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Cayetana y la ‘venezofrenia’

El autor refexiona acerca de la 'venezofrenia' desatada tras el tuit de Cayetana Álvarez de Toledo y Peralta-Ramos, marquesa de Casa Fuerte, sobre la cabalgata de los reyes magos en Madrid

Imagen de la cabalgata de los Reyes Magos de 2016. AYUNTAMIENTO DE MADRID.

Desde su canal de Youtube, la periodista Yael Farache señala y denuncia actos cotidianos de barbarie socialista, como aquella vez en la que, en unos probadores de una tienda de moda en la América de Obama, entró con dos o tres prendas y cuando pidió ayuda para que le acercaran otra talla se encontró con que el dependiente al otro lado de la cortina era “un negro de dos metros hablando súper ghetto y con muy mal aspecto”. Al no encontrar una chica como ella que pudiera auxiliarla y tras rechazar la ayuda del negro, indignada, Yael tuvo que arreglárselas sola con los vestidos. Al llegar a caja y plantear lo ocurrido, con la pertinente queja, vino lo peor: la dependienta le respondió que esa cadena de tiendas de ropa tiene probadores mixtos. Somos una empresa inclusiva, le explicaron a Yael. Hijos de puta socialistas, los hombres y mujeres tienen que ser iguales porque ellos lo deciden, están haciendo un statement, están imponiéndonos a todos sus ideas, se quejaba al final del vídeo en el que terminaba reconociendo que la culpa había sido suya por haber entrado a una tienda frecuentada por “estudiantes de Filosofía, luchadores de la justicia social, feministas y gente así”.

De un tiempo a esta parte, en la que España vive sumida en la venezofrenia, Yael Farache ilumina a la resistencia nacional anti-Carmena con el conocimiento y la autoridad moral que le dan a esta joven periodista ser de origen español y haberse criado en Venezuela. Yael es hoy un referente habitual en las cuentas de Twitter y Facebook de los miembros más activos del movimiento de liberación nacional del barrio de Salamanca, con Esperanza Aguirre a la cabeza de la resistencia y del timeline. La septuagenaria jueza emérita del Tribunal Supremo que gobierna la capital de España habrá engañado a muchos madrileños por desconocimiento, pero no a Yael, que conoce de cerca el infierno y sus engranajes. Comentaba el otro día en su canal la estrategia seguida por Carmena y demás socialistas del mundo para imponer como válidos todo tipo de caprichos megalómanos, como los probadores únicos en el caso de Obama o las Reinas Magas en las cabalgatas en el caso de la alcaldesa de Madrid. Estos de Podemos lo aprendieron de Venezuela, explicaba Yael, el primer paso para acabar con los derechos democráticos es el de tomar todo tipo de decisiones absurdas para que se hable de los dirigentes populistas, como lo de las Reinas Magas, le sobraban ahora las mujeres que no había en el probador a Yael, o lo de decirte dónde puedes o no aparcar, solventaba la periodista el asunto de los índices de contaminación en la capital. Así su cara, explicaba la estrategia, la cara de Carmena, la de Colau o la de los demás populistas, están todo el rato en nuestra cabeza, concluía.

La cosa venía calentita y no era para menos. Aunque por estrategia no habían quemado los belenes, Carmena y los suyos  se dejaban para el final de las fiestas el ataque letal a la Navidad y con la cabalgata aparecían los primeros síntomas. Reinas Magas de dudosa belleza, “que parecían prostitutas”, en contraste con los honorables y apolíneos concejales de urbanismo y constructores con cara pintada a los que estábamos acostumbrados, reestructuraciones de preferencias en el palco VIP o un toque Ágatha Ruiz de la Prada en las vestimentas de SSMM de Oriente confirmaban los rumores que corrían por las sedes de la resistencia salmantina. Y Cayetana explotó. Cayetana Álvarez de Toledo y Peralta-Ramos, marquesa de Casa Fuerte. Dejar a alguien con unos apellidos así y un título nobiliario en la cartera, fuera del palco VIP, sin poder ver en primera fila la cabalgata es ya de por sí una transgresión o como lo llamaría Yael un statement socialista, lo mires como lo mires. Cayetana, al igual que hizo Yael de camino a la caja tras el incidente del negro, intentó tranquilizarse, intentó decirse a sí misma que no era para tanto, que no hay que perder los nervios, que saldremos de esta. Cayetana lo intentó pero la realidad fue más fuerte que ella y explotó, como una Scarlett O’hara expulsada del palco jurando y perjurando que no lo perdonaría jamás. Jamás.

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