Opinión | OTRAS NOTICIAS
Las reinas magas indignan a la prensa conservadora
La prensa de derechas utiliza adjetivos racistas y machistas para criticar la Cabalgata de reyes de Manuela Carmena en Madrid
MADRID// La realidad nunca ha sido algo que haya importado demasiado a la prensa conservadora. Precisamente como la verdad es accesoria llevan mal que alguien reinvente los cuentos y ficciones que consideran de su propiedad. La polémica sobre los reyes magos de la cabalgata de Madrid ha sido el ejemplo perfecto de que sus mentiras no son mutables. Para ejemplificar los relatos de la prensa ficción que adornan las páginas de los diarios de gente decente no hay nada mejor que los artículos de Alfonso Ussía.
Resulta que el noble de cuero cabelludo escamado se encontró con Manuela Carmena en un mercadillo en Cabezón de Sal, y para él eso es suficiente para criticar a la alcaldesa.
“Para mí que Manuela Carmena lo que compró en el mercadillo de Cabezón de la Sal, donde creyó que no iba a ser reconocida, fue un portal de Belén, las figuras del Misterio, y pastores, ovejas, ocas, lavanderas y algún puentecillo para ubicarlo en el nacimiento sobre un río de papel de plata. Y los tres Reyes Magos… Puede parecer un cuento de Navidad. La Alcaldesa de Madrid, que nada quiere saber de las festividades religiosas, comprando en Cabezón el nacimiento al que cantó villancicos cuando era niña”.
Alfonso Ussía ha pillado a la hipócrita Carmena comprando un Belén en un mercadillo de provincias. Ya la ha cogido en un renuncio el avispado columnista. Aunque el “para mí” con que comienza el párrafo deja lugar a la duda de que lo cuenta sea cierto no puede haberla para el lector de derechas ávido de noticias de este tipo. Continúa Ussía:
“Un edificante y milagroso cuento de Navidad. Lo cierto es que no pude ver lo que contenían sus bolsas”.
Vaya, saltó la liebre. Resulta que todo era una ensoñación de Ussía. Muy dado a confundir sus deseos con la realidad. Se nos ha jodido el cuento de la hipócrita Carmena. Recordemos que la verdad es accesoria. Se trata de sus cuentos.
Machismo
La primera característica del columnismo de la carcunda es el desprecio absoluto a la verdad. La segunda es el machismo. No puede faltar la misoginia y la pervivencia de todos los clichés que llevan a perpetuar una sociedad donde son asesinadas decenas de mujeres cada año por estas actitudes.
Pedro Narváez es columnista de La Razón, el «buen salvaje» se hace llamar, y en su columna titulada “Las Magas Pop” deja claro cuál iba a ser el tono del artículo: “Díganme machista pero…”. No, seguro que tras esa frase no habrá ningún motivo para denominarle así, Don Pedro.
“Ya todo vale para subirse a una carroza, hasta el ‘efecto Pedroche’ de las reinas republicanas de Valencia asomadas al balcón mientras ellas mostraban el suyo como de cabaret de la huerta, producto fresco de la cosecha política que prefiere el mamarracho melonero a la zambomba intelectual de la que presumían. Díganme machista pero entre las mama chicho de Ribó y el flequillo de la líder de la CUP, la chica que nunca celebró la Navidad, ahora se entiende el semblante hostil de la exiliada del pesebre, me pongo de antisistema que es mal que arregla un peluquero”
Porque el buen salvaje que escribe en La Razón ha descubierto el maquiavélico plan que se esconde tras las ideas de la izquierda de la nueva política:
“Las reinas magas y todo ese chusmerío no es inocente bagatela sino parte del plan de travestismo ideológico que entra como un chiste y acaba como una película de terror”.
Un plan que también ha detectado Ignacio Camacho en ABC, que en su columna “La Fantasía intervenida” desbroza la verdadera intención de Carmena al disfrazar a los reyes magos con colores chillones:
“No perdonan ni la inocencia de los niños. El proyecto leninista es un designio totalitario de ingeniería social que pretende encajar todas las relaciones humanas en la uniformidad de un marco ideológico”.
Racismo
Ya hemos hablado del desprecio absoluto a la verdad y a la mujer, y queda el racismo. Otro gran ítem de la prensa conservadora. El ejemplo postraumático que ha dejado la cabalgata entre las plumas de bien esta vez ha sido representado por Julián Cabrera, en La Razón, con un titular que no deja lugar a dudas por donde irán los tiros: “Las magas de Punta Cana”.
Este buen hombre anda escandalizado porque Baltasar fuera Baltasara en la Cabalgata de San Blas. Porque la tradición y las sagradas escrituras marcan que es preferible pintar a Gallardón de betún con carmín Russian Red que poner a una chica negra.
“De igual forma que las hadas no son hados estos son tres señores barbudos y bonachones llegados en camellos y siguiendo una estrella, y no dicen ‘amol’, ‘colol’, ‘calol’, y ‘sabol’, porque no vienen de Punta Cana, sino de Oriente. Así de claro y sencillo”.
Y de racista, señor Cabrera. Y de racista.