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Mas y las CUP apuran las horas para desbloquear el ‘procés’

Las organizaciones de la sociedad civil favorables a la independencia convocaron a JxSí y a las CUP a una reunión que se celebró este jueves. Un gobierno presidido por una persona de consenso y con Mas como ‘conseller en cap’ sería la única posibilidad de evitar nuevas elecciones en marzo.

Las declaraciones de los últimos días parecen haber certificado la ruptura entre Junts pel Sí y la CUP de cara a cualquier posible pacto. Pese a ello, las dos formaciones continúan su ronda de reuniones. Así lo hicieron ayer jueves, animadas por las organizaciones independentistas de carácter social Òmnium y la ANC y lo volverán a hacer hoy viernes, según ha anunciado el coordinador general de Convergència, Josep Rull, en una entrevista al diario Ara. «Si hoy no hay acuerdo entre Junts pel Sí y la CUP para investir al candidato de la coalición, el lunes se firmará el decreto de convocatoria de elecciones», ha firmado el convergente.

Sin embargo, parece que no se logrará llegar a ningún acuerdo que cambie la probable convocatoria de elecciones anticipadas para el próximo marzo. El president en funciones, Artur Mas, lo dejó claro en una entrevista concedida el jueves por la noche a TV3. Algo que ya había hecho, una vez más, Junts pel Sí, para quien el papel de Mas como president es “innegociable”. La CUP, por su parte, ya decidió definitivamente que no le apoyaría en la investidura.

Antes del encuentro, los dirigentes de Òmnium y la ANC valoraron de forma positiva el hecho de que produjera otra reunión y destacaron que ésta nacía sin condiciones, ni siquiera que Mas sea el president. “No ponemos condiciones ni en un sentido ni en otro, son los partidos quienes ponen sus propias condiciones”, aseguró Jordi Sànchez, presidente de la ANC. Sin embargo, advirtió: “No podemos generar falsas expectativas, pero si no lo intentásemos todo no nos lo perdonaríamos nunca”.

«Un momento trascendente de este país»

Por su parte, Junts pel Sí parece orientada a explotar la división de criterios en el seno de la CUP sobre la investidura de Mas, que quedó patente en la asamblea de Sabadell, en la que hubo un empate al 50% sobre este tema. El apoyo de dos diputados anticapitalistas sería suficiente para la investidura. Este martes, Mas apuntó a esa diversidad de posturas: “Ha habido mucha gente de la CUP que en estos dos o tres meses se ha movido, que entiende que estamos en un momento trascendente de este país”.

También destacó la dimisión del cabeza de lista, Antonio Baños. “Si se va y es su cabeza de lista quiere decir que hay partes muy sustantivas de la CUP que discrepan”, remarcó. Raül Romeva, cabeza de lista de Junts pel Sí, declaró que su formación ponía “a disposición de este último intento” de llegar a un acuerdo, pese a que no cambiará ni una coma de su oferta.

En el seno de Junts pel Sí no existe esta división que se ha visto en la CUP, al menos de forma manifiesta. CDC cierra filas en torno a Mas pero también lo hace ERC, con menos convicción pero de manera efectiva. Muchos dirigentes verían bien un paso atrás del líder conservador pero se mantienen cohesionados “por lealtad” al proyecto, en palabras de Oriol Junqueras, el líder de ERC.

Propuesta de Mas

El jueves, antes de la reunión con las CUP, se reunieron por separado las cúpulas de ambos partidos que integran Junts pel Sí. Allí el presidente en funciones de la Generalitat le ofreció a ERC entrar en un Gobierno que opere en funciones hasta las próximas elecciones aunque no haya acuerdo con la CUP. La idea sería que el Ejecutivo que ya estaba acordado en caso de investidura tomara posesión igualmente y así visualizar unidad hasta el 6 de marzo, fecha probable para los comicios.

Desde ERC han rechazado esta propuesta que consideran un “fraude democrático” y creen que estaría “fuera de la ley”, según explicaron fuentes republicanas a La Vanguardia. Las mismas fuentes remarcaron que un gobierno de este tipo en plena campaña electoral “no se ha visto en ninguna parte del mundo”.

Por otro lado, a lo largo del jueves tomó fuerza una opción que podría desbloquear el proceso: un acuerdo entre las CUP y Junts pel Sí en virtud del cual el Gobierno estaría presidido por una persona de confianza de Mas y éste pasaría a ser el conseller en cap, es decir número dos nominal del ejecutivo. Según la organización soberanista Súmate la oferta sería aceptada por las CUP e incluso puso nombre a esa figura de consenso: Neus Munté, algo que la propia vicepresidenta en funciones de la Generalitat se ha encargado de rechazar en Twitter.

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