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Cuerpos y fuerza: la princesa Leia cumple 60 años

Las críticas a la apariencia de Carrie Fisher, que interpreta a Leia Organa en la última entrega de Star Wars, muestran que el patriarcado permanece activo en el planeta Tierra. En cualquier caso se agradece la diversidad racial y de género en los personajes de la película, sostiene la autora.

Fotograma de 'Star Wars: El despertar de la fuerza' (Disney, 2015)

Hace mucho tiempo, en una galaxia muy, muy lejana, la lucha de la resistencia feminista ha triunfado sobre el lado oscuro del patriarcado. En el reparto del episodio VII de la saga Star Wars, El Despertar de la Fuerza, caben múltiples mujeres en papeles muy diversos, desde la temible capitana Phasma hasta la pirata centenaria Maz Kanata. Además, hay personajes negros y asiáticos que aportan una diversidad más realista que la ofrecida por droides y wookies.

La protagonista de la película y, presumiblemente, de las dos próximas entregas es uno de los personajes más feministas que han pisado nunca una superproducción. Rey, interpretada por Daisy Ridley, es una joven chatarrera que vive sola en el planeta desértico Jakku. No conocemos nada sobre su pasado pero pronto demuestra ser una excelente piloto y mecánica, capaz de manejar el Halcón Milenario a la perfección, una hábil luchadora y una persona íntegra y leal.

Otros personajes femeninos fuertes que han protagonizado recientes películas de fantasía, como Katniss Everdeen (Jennifer Lawrence) o Imperator Furiosa (Charlize Theron), no acaban de convencer como modelo a seguir para las futuras generaciones de feministas. En el caso de la primera, toda su autonomía se ve ensombrecida por la subtrama amorosa de Los juegos del hambre. A pesar del enfado de muchos por “estropear” una buena película de acción poniendo a una mujer como protagonista, lo cierto es que la violenta conductora de Mad Max: Furia en la carretera podría ser un hombre y sólo cambiaría la apariencia externa del personaje.

Rey es un personaje enormemente realista, dejando a un lado su nivel de midiclorianos en sangre. Duda, llora y siente miedo. Busca una figura paterna y encuentra sabios consejos de mujeres mayores. Acostumbrada a una vida dura en la que nadie cuida de ella, no entiende los avances caballerosos de Finn ni su insistencia en tomarle la mano mientras huyen. En una escena, Han Solo le ofrece un arma. “Creo que me las puedo arreglar”, contesta ella, a lo que el veterano piloto responde: “Ya lo sé. Por esto te la estoy dando”.

Las princesas también envejecen

Pero lejos de la nueva Estrella de la Muerte, de Jakku y de Takodana, aquí en el planeta Tierra, el feminismo ha despertado pero la Fuerza aún no es suficientemente poderosa en él. Carrie Fisher, una mujer de 59 años que además de actriz ha sido guionista y escritora, sigue siendo juzgada principalmente por su peso y apariencia.

En 1977, cuando aparece por primera vez en forma de holograma pidiendo ayuda a Obi-Wan Kenobi, la actriz tenía 21 años, y 27 cuando la (des)vistieron con el bikini dorado como esclava de Jabba el Hut. La princesa Leia, en la trilogía original, era un personaje con poder y personalidad aunque claramente secundaria respecto a Luke Skywalker y Han Solo, quienes la rescatan en más de una ocasión. Ahora Leia Organa ya no es una princesa sino generala del ejército rebelde. Y Carrie Fisher, una mujer empoderada, inteligente y sin pelos en la lengua.

«Por favor, dejad de debatir sobre si he envejecido bien o no. Por desgracia, esto hiere mis sentimientos. Mi cuerpo no ha envejecido tan bien como yo. Idos a la mierda”, escribía en su cuenta de Twitter el pasado 29 de diciembre ante el aluvión de críticas a su cuerpo recibidas tras el estreno de la película. «La juventud y la belleza no son logros; son los felices y temporales productos secundarios del tiempo y/o del ADN. No pongas tus esperanzas en ellos», añadía al día siguiente.

No hay papeles para mujeres maduras en las películas de Hollywood. Como señaló la revista Vulture en 2013, los grandes galanes del cine actual envejecen con el tiempo pero la chica de la película se mantiene muchos años más joven que él. Como apuntaba un tuit compartido por Carrie Fisher, “no es que los hombres envejezcan mejor que las mujeres. Simplemente es que a ellos se les permite envejecer”.

Éste es el caso de Harrison Ford, coprotagonista junto con Carrie Fisher y Mark Hamill de la trilogía original de La guerra de las galaxias. El intérprete de Han Solo e Indiana Jones tiene 14 años más que la actriz que da vida a Leia y las marcas del tiempo se muestran claramente en su rostro. Sin embargo, los comentarios sobre el aspecto del ahora septuagenario contrabandista inciden en que, independientemente de su edad, sigue siendo un sex-symbol. La Primera Orden ha sustituido al Imperio en aquella galaxia tan lejana. Aquí, el patriarcado permanece.

 

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