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El borrador de acuerdo de la Cumbre de París elude hablar de descarbonización
Los países reunidos en la Cumbre de París deben firmar el acuerdo contra el cambio climático que no será vinculante y que queda lejos de las expectativas de los medioambientalistas.
MADRID // Cuando quedan pocas horas para que las delegaciones de los 195 países reunidos en la Cumbre de París firmen el acuerdo para luchar contra el cambio climático en los próximos años, todo parece indicar que esta cita terminará sin cubrir las expectativas que había suscitado.
La noche del jueves se dio a conocer el último borrador, que poco variará respecto al definitivo, y en el que se quitaron algunas exigencias a propuesta de China, India y EEUU como por ejemplo que el acuerdo sea vinculante. Tampoco aparece ningún indicador sobre la igualdad de género en la propuesta, se elimina cualquier referencia a la descarbonización y únicamente se habla del objetivo de los dos grados centígrados, aunque se habla de «orientarlo» hacia los 1,5 grados, sin concretar ninguna medida.
Los grupos ecologistas que participan en la Cumbre definen el encuentro como una «nueva oportunidad perdida«. Por ejemplo, desde Amigos de la Tierra denuncian que “las negociaciones se han rendido ante los intereses de los lobbies energéticos y los países que los respaldan”. A su juicio, las recomendaciones que se plantean en el borrador harán difícil que la temperatura global se mantenga por debajo incluso de los dos grados y critican la inconcreción de expresiones como la de “cuanto antes” para referirse a la reducción de emisiones. Por este motivo, desde la asociación medioambientalista aseguran que «los países se han rendido a los intereses de los combustibles fósiles» y llama a «la rebelión ciudadana y a que los países no industrializados se opongan a este acuerdo y eviten que nos conduzca a una catástrofe climática».
En la misma línea, desde Ecologistas en Acción apuntan que la Cumbre del Clima de París se dirige hacia un «acuerdo de mínimos, claramente descafeinado y sin ambición ni herramientas objetivas para convertirse en un instrumento eficaz contra el cambio climático». La organización también señala que el borrador no cuestiona los mecanismos inscritos en anteriores tratados que han mercantilizado el clima, como los mercados de carbono, que «favorecen la especulación y la política del talonario frente a los esfuerzos reales de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero». «Supone una huida hacia adelante del mismo modelo devorador de recursos que nos ha traído a la situación actual e ignora los límites planetarios», concluyen.
Pese a ello, Florent Marcellesi, portavoz de Equo en el Parlamento Europeo, confía en que «aún hay tiempo para conseguir un acuerdo que sea al menos aceptable«. Para ello, asegura que «hace falta más ambición de las partes presentes y más valentía y generosidad sobre el espinoso asunto de la diferenciación». Marcellesi es uno de los pocos políticos (o el único) que sigue la Cumbre, los demás están inmersos en la campaña electoral y dejan de lado el importante encuentro de París. De hecho, la ministra de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, Isabel García Tejerina, participaba en un acto electoral en Murcia en defensa del trasvase Tajo-Segura.