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“Los sin papeles no tienen acceso normalizado a tratamientos de VIH”
En el Día Mundial contra el SIDA la asociación Salud por Derecho lanza una campaña para exigir a los políticos que se comprometan a erradicar la enfermedad en 2030
MADRID // La organización Salud por Derecho ha aprovechado la celebración este 1 de diciembre del Día Mundial contra el SIDA para lanzar la campaña Comprometidos, en la que exige a los políticos que se presentan a las elecciones generales que «den la cara» y añadan a sus programas electorales el compromiso de hacer todo lo posible para que en el año 2030 se acabe con pandemias como la del SIDA, tuberculosis y malaria. Vanessa López es la presidenta de Salud por Derecho.
Este 1 de diciembre las calles se llenarán de lazos rojos por la lucha contra el SIDA. ¿Cuál debe ser la reivindicación principal?
Es un día para recordar a los 35 millones de personas que han fallecido prematuramente a causa del SIDA y para celebrar todo lo que se ha conseguido en las últimas décadas gracias al esfuerzo colectivo. Aún estamos lejos de haber resuelto el problema del VIH/SIDA, por lo que la lucha para terminar con esta terrible pandemia debe de seguir siendo una prioridad en la política de salud pública y salud global. Nuestra demanda principal para el Gobierno español es que vuelva a ejercer la responsabilidad que tenemos como país para contribuir a asegurar el acceso universal al tratamiento y prevención del VIH para todas las personas y hacer posible el fin del sida en el futuro cercano.
Se estima que más de 25 millones de personas en el mundo no tienen acceso a los antirretrovirales. ¿De quién es la responsabilidad?
Está claro que la comunidad internacional debe hacer un esfuerzo mayor para combatir una enfermedad que afecta sobre todo a países en desarrollo y a las poblaciones más vulnerables. El 95% de las personas con SIDA vive en ellos. De todos modos, el último informe de ONUSIDA es alentador y nos dice que ya hay casi 16 millones de personas bajo tratamiento y que las nuevas infecciones por el VIH habían disminuido en un 35% desde el máximo del año 2000 y las muertes relacionadas con la enfermedad se redujeron en un 42% desde el máximo de 2004. Queda mucho por hacer para alcanzar una cobertura global, pero estamos en el camino adecuado. Para poner fin a estas pandemias en 2030, como parece que es posible, hay que aumentar la inversión y que todos los países ricos aporten fondos a largo plazo en función en función de su PIB. El precio de la inacción, o de mantenernos al nivel actual, sin aumentar los esfuerzos, sería terrible.
En el caso de España algunas decisiones políticas como el RD16/2012 han complicado al acceso a los medicamentos. ¿Qué piensa al respecto?
Los inmigrantes en situación irregular no están teniendo acceso normalizado al tratamiento para el VIH. Se está vulnerando el derecho humano a la salud que recoge nuestra constitución y la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Si realmente se quiere incidir sobre la sostenibilidad del sistema nacional de salud habría que poner en marcha medidas para bajar drásticamente el precio del medicamentos más costosos, como los del SIDA o la hepatitis C, y sin embargo eso no se está haciendo.
¿De qué manera han podido afectar los sucesivos años de recortes a los enfermos?
En España los recortes se han dejado notar sobre todo en el al apoyo por parte del Plan Nacional de Sida que reciben las organizaciones de pacientes y de la sociedad civil, que hacen una labor importantísima en atención, combatir la discriminación o en prevención con poblaciones clave. España ha abandonado totalmente su apoyo a la lucha global contra la pandemia. Esto ha tenido un impacto muy importante por ejemplo en la inversión en investigación biomédica, por ejemplo la relacionada con la vacuna del SIDA, que se ha visto también recortada.
¿Ha dejado de ser el SIDA un problema de salud pública?
En absoluto. Hoy 35 millones de personas viven con el virus. 1.2 millones murieron a causa de la enfermedad el año pasado. 6.000 personas se infectan cada día. Y una de cada dos personas afectadas no conoce su estado VIH positivo. Es cierto que se han hecho muchos progresos y que acabamos de alcanzar un hito: en 2014, por primera vez, las personas en tratamiento superaron a las personas que se infectaban con el virus. Aun así, cuando todavía millones y millones de personas viven con el virus sin saberlo y tantas otras personas mueren en el mundo, no podemos decir que haya dejado de ser un problema de salud pública. Esperamos que pronto deje de serlo, eso sí.
¿Cuál es la responsabilidad de las farmacéuticas en la lucha contra el SIDA? ¿Se invierte suficiente en investigación o se está dejando de lado ante nuevos tratamientos más “rentables” desde el punto de vista económico?
El rol de la industria farmacéutica ha sido clave en la lucha contra el sida, tanto para bien y como para mal. Los tratamientos antirretrovirales han permitido salvar la vida de millones de personas y en este éxito la industria farmacéutica tiene mucho que ver. Pero no hay que perder de vista que estos fármacos fueron desarrollados sobre la base de dinero público. El alto precio de estos medicamentos antirretrovirales ha sido, especialmente en los países empobrecidos, un problema fundamental para garantizar el acceso universal de los pacientes. La entrada de los genéricos consiguió que los precios bajaran radicalmente de los 10.000 dólares por paciente al año a los 100 dólares. Sin embargo, los precios para los medicamentos más novedosos para el VIH alcanza los 5.000 euros en países de medios y bajo ingresos, y es algo que está limitando el acceso y la efectividad de la respuesta a la pandemia. Por otro lado, la industria farmacéutica tradicionalmente invierte muy poco en la búsqueda de una vacuna preventiva para el VIH, la mayoría de la investigación se desarrolla en centros públicos de investigación y gracias al dinero público y a la filantropía. Esta es sin duda una asignatura pendiente.
¿En qué consiste la campaña Comprometidos?
Desde Salud por Derecho llevamos trabajando muchos años en conseguir compromisos políticos para erradicar el sida. Comprometidos es una nueva campaña que busca conseguir el compromiso político de todos y cada uno de los candidatos para volver a situar a España a la cabeza de la lucha contra esta pandemia. Utilizaremos imágenes de nuestros políticos sin rostro y les pediremos que ‘den la cara’. Hemos creado un vídeo muy bonito que explica la situación y una gran cantidad de material para que la gente lea y le pida también a los políticos un compromiso.
¿Qué objetivos buscan con ella?
Queremos que los políticos y sus partidos se comprometan a erradicar el SIDA en 2030, y eso pasa por volver a donar dinero al Fondo Global de lucha contra el sida, la tuberculosis y la malaria, un actor clave si queremos ver acabar estas pandemias. Hemos visto como España, que en la década pasada fue un el quinto mayor donante del Fondo Global, lleva desde 2011 sin donar ni un solo céntimo. Hay que revertir esa situación, ser conscientes de que el fin de estas terribles pandemias es algo factible en 2030 y que debemos formar parte de ese hito histórico. Debemos ser parte del mundo que cambió el mundo.