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Tres mujeres maltratadas en cien metros cuadrados
Unas charlas sobre violencia de género en un pueblo sevillano animan a las mujeres a contar sus casos
SEVILLA // ¿Alguna pregunta? «Yo no quería hacer ninguna pregunta. Mi hija sufrió violencia por parte de su pareja. No quería que fuera al instituto, no quería que estudiara. Le decía que a ella no le hacía falta estudiar», cuenta una señora. ¿Alguna pregunta más? «Yo quiero decir que no sólo las mujeres mayores sufren maltrato. Yo tengo 19 años y he sido maltratada», añade una joven. Se echa a llorar y prosigue: «Cuando te dicen qué fea estas, no se puede permitir. O qué tonta eres. Tampoco. Porque al final terminas pensando que eres fea y tonta y muchas más cosas. Pero se sale de eso, como ha dicho ella».
Ella es Soledad Vila, otra víctima de violencia de género, que acaba de participar en unas charlas organizadas por el PSOE de Los Palacios y Villafranca (Sevilla). Estuvo 14 años sometida a su marido y ahora preside la asociación Terrogénero. Tres mujeres maltratadas en apenas 100 metros cuadrados, que es lo que mide la sede socialista.
En esa localidad, de 38.000 habitantes, hay actualmente más de un centenar de denuncias y medio centenar de órdenes de alejamiento, según los datos aportados por Vila. «Cuando la violencia de género no era un delito, hubo un caso en que un juez dictó arresto domiciliario al marido, quien, claro, se fue a casa con su mujer«, narra a modo de anécdota otra de las ponentes, la diputada socialista Silvia Oñate, directora del Instituto Andaluz de la Mujer hasta el pasado enero.
«¿Y hay un perfil?», preguntan también desde el público. «No, ni de maltratador ni de víctima. El maltratador es un hombre y la víctima una mujer«, responde Oñate. A modo de clase pedagógica, Carolina González, psicóloga, coach y miembro del proyecto Buentrato, mostró también la importancia de combatir los micromachismos. Destacó, no obstante, un aspecto positivo: «Hay muchos alumnos y alumnas que vienen contándome situaciones, las denuncian y eso es positivo. Todo depende de la educación», concluye.
En la sala hay hombres y mujeres. Algunos hombres están cuidando de sus hijos. «En las reuniones del colegio siempre se dirigían a las madres y estábamos varios padres también allí. Les dije que nosotros también queríamos participar», cuenta Juan Diego Valverde, presentador del acto y secretario general del PSOE palaciego. Oñate valoró el cambio y recordó que hasta hace muy poco las AMPAS (asociación de madres y padres) eran APAS (asociaciones de padres) cuando eran las mujeres las que siempre acudían a todas las reuniones y se encargaban de la educación.
«Antes era lo que nos tocaba», afirma otra señora desde el público. Ningún hombre pregunta. Todos y todas atienden con atención. Nadie abandona la sala hasta que el acto no ha concluido.