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Los siete pecados capitales de la izquierda

La división, el infantilismo o el mesianismo son algunos de los "pecados capitales" que Dios Tuitero encuentra en el seno de la izquierda

Hijos míos, esto de ser tres personas en una es un lío a la hora de votar. Mi yo del Antiguo Testamento es de derechas: conservador (del mundo que creó), amante de las tradiciones y la ley, contrario al matrimonio gay y poco dado a los avances sociales. Mi yo del Nuevo es un perroflauta de izquierdas, utópico, soñador y revolucionario. Y el Espíritu de Santo es de centro, ¡menudo pájaro!

De este modo, si el mes pasado os ofrecía Los Diez Mandamientos Neoliberales, en esta ocasión os voy a revelar Los Siete Pecados Capitales de la Izquierda:

1. La división

Todo el mundo sabe que es el principal pecado de la izquierda. Es famoso el dicho de que entran dos izquierdistas al servicio y salen tres corrientes de izquierda. Mi primo Brian lo vio cuando el Frente Popular de Judea y el Frente Judaico Popular. Y hoy no tenéis más que observar el panorama.

2. La sensación de superioridad moral

Uno de izquierdas siempre se creerá moralmente superior a alguien de derechas. Al fin y al cabo, se sabe abogando por una sociedad más justa, más solidaria, con un reparto más equitativo de los recursos y menos individualista. Quiere arreglar el mundo y hacer de él un lugar mejor, a diferencia de esos malvados individuos de derechas que solo miran su propio culo.

3. El infantilismo

Ya lo describió Lenin hace casi cien años. Os pasa como a mí: os liáis a predicar, multiplicáis un par de panes, y os venís arriba. Y al final acabáis crucificados por la realidad.

4. El mesianismo

Debe ser porque al no tener fe en Dios, que sois unos ateos, la volcáis en vuestros líderes de turno, que al final os acaban decepcionando casi siempre. Si la izquierda defiende lo colectivo frente a lo individual, ¿por qué lo fiáis todo a una persona? En la derecha os llevan ventaja: no esperan nada del ser humano. De ningún ser humano.

5. La dictadura de lo políticamente correcto

Hice el mundo de muchos colores, no solo de blancos y negros. Y dentro de estos colores, de muchas tonalidades. Por eso no os debería dar miedo decir que veis esto de tal o de cual manera. La izquierda, que tanto luchó contra la censura, se impone hoy a sí misma la autocensura de lo políticamente correcto, como si por expresar un día algo distinto te fuesen a quitar el carnet de izquierdista.

6. La inacción

Son legendarias las asambleas de varias horas de duración tras las cuales ni siquiera se ha decidido el orden del día. Eso sí, cada uno nos hemos soltado un discurso maravilloso. Participar, debatir, votar… está bien: hacer de ello un hobbie de fin de fin de semana, no tanto.

7. El utopismo

El utopismo es necesario: es lo que hace que cambie el mundo. De otro modo, no veríamos más allá de nuestras narices y la resignación haría que todo siguiese igual. Pero como todas las drogas, debe usarse en su justa dosis. Un poco de utopismo viene bien. Un exceso provoca el efecto contrario al deseado: al final no se logra cambiar nada de nada.

Pues aquí os he dejado estos siete pecados capitales. Ahora que ya sabéis cuáles son, seguid pecando. Al fin y al cabo, el Infierno es un lugar mucho más divertido.

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