Opinión | OTRAS NOTICIAS
La pistola del escolta de Rajoy y otras piezas de esperpento
"Lamento que tanto el inquilino de la Moncloa como el de la Generalitat hayan colaborado con su irresponsabilidad a ese clima de crispación con sus respectivos y fatuos comportamientos", escribe el autor
Durante muchos años hemos venido asistiendo en la sociedad vasca a un enfrentamiento entre quienes podrían ser calificados como independentistas violentos, partidarios de la lucha armada y el terrorismo de ETA, y quienes no compartían esos procedimientos y los rechazaban, acaso no con toda la rotundidad de quienes no podían desasirse del miedo. Aquella sociedad era el peor ejemplo para seguir adelante, por eso tenía que venirse abajo, tal como sucedió con el acabamiento de los que mataban para imponer sus ideas.
Ahora, con métodos más civilizados -de los que no está exenta en los últimos tiempos una cierta crispación que por sus atisbos debería empezar a preocuparnos-, la sociedad catalana asiste a una convocatoria electoral de carácter autonómico en la que la mayoría de los partidos están empeñados, al parecer, en gobernar no para todos, sino para las dos mitades en que se tiende a dividir aquel país: independentistas y unionistas. ¡Cuidado! Quienes han favorecido eso deberían recapacitar sobre la historia cainita que nos precede. O incluso en sus propias palabras, hace un lustro: “Jamás iniciaré un proceso de independencia dividiendo en dos mitades a Cataluña”, dijo Mas en 2010.
Acabamos de leer en el Diari de Tarragona una información que no pudo considerar anecdótica, con una fotografía ciertamente significativa de ese estado de crispación al que me refiero. Este pasado martes se vivieron en Reus (Baix Camp) -tal como nos dice el citado periódico- algunas escenas de mucha tensión con la visita del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, a la ciudad, que dio lugar a una contundente protesta independentista y contra los recortes sociales del Gobierno (desconozco si se incluían también en la protesta ciudadana los recortes aplicados por el gobierno de la Generalitat, a juego con los del ejecutivo de Rajoy).
Entre estas escenas destaca el caso de un ciudadano que fue apartado y reducido en el interior de un portal en la calle Llovera, después de un cara a cara con un agente de paisano. Como se ve en la foto, el escolta del presidente del Gobierno llegó a empuñar su pistola en la cartuchera en plena calle, durante la discusión con el joven, que paseaba con su perro y se había unido a la protesta contra la presencia del presidente del Gobierno en la citada localidad.
Deploro, lamento y me irrita hasta extremos impensables en quien se considera un admirador de la cultura catalana que tanto el inquilino de la Moncloa como el de la Generalitat hayan colaborado con su irresponsabilidad a ese clima de crispación con sus respectivos y fatuos comportamientos (el último de Mas haciendo el indio me parece insuperable). No debería ser tanto ese clima de enfrentamiento como para que asomaran las pistolas, pero han asomado (ignoro si a don Mariano se le pasará también por alto este detalle).
Y estando en estas leo que Karmele Marchante posó en cueros con la estelada para una portada de Interviú, que Belén Esteban debatirá sobre el procés con un partidario de la independencia en un espacio de una televisión local barcelonesa y que, según ha podido saber el diario El Mundo, la corporación RTVE ha propuesto a sus profesionales jurar o rejurar la bandera española el próximo 31 de octubre en el mismo acuartelamiento desde el que partió la unidad militar que ocupó Prado del Rey el 23-F. Ojo al dato.
Añadamos a esto último que el cardenal y arzobispo Cañizares, que lo es de Valencia, ha dicho que la unidad de España es obra del espíritu santo, y que al obispo de Solsona le ha faltado tiempo para responderle pidiendo el voto para los independistas e instando a que las campanas repiquen el domingo para anunciar que ha llegado el día de la libertad. Sólo falta que TV3 replique con la jura de la estelada y que desde la abadía de Montserrat se disienta -como sería también previsible- de la obra unificadora del espíritu santo, con las campanas a rebato el próximo día 27.