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El Nega: “No estamos muy orgullosos de algunas letras, pero sí de la evolución”

Hablar del machismo de los demás siempre es fácil, pero hacer una introspección en uno mismo es un ejercicio más complejo

[Entrevista incluída en el dossier de feminismo del número de octubre de nuestra revista, que puedes comprar en quioscos y aquí]

Hablar del machismo de los demás siempre es fácil, pero hacer una introspección en uno mismo es un ejercicio más complejo. Nadie quiere reconocerse como machista y sin embargo, todos lo somos en mayor o menor medida. Más allá de sentirnos atacados por este hecho, debemos ponernos en contexto: todos hemos crecido en una estructura patriarcal que nos ha hecho normalizar el machismo.

Como cualquier cambio que se quiera tornar social debe empezar por una reflexión sincera sobre nosotros mismos, hemos preguntado a Ignacio Escolar (director de El Diario), Nacho Vigalondo (director de cine), El Nega (miembro de Los Chikos del Maíz) y Miguel Llorente (médico y profesor, experto en violencia de género), invitándoles a la autocrítica, a pesar de su declarado posicionamiento a favor del feminismo. Hoy empezamos por el Nega.

Es difícil, por la educación que recibimos de una sociedad patriarcal, darse uno cuenta del propio machismo. ¿En qué momento fue consciente del mismo?¿Cómo ha sido su evolución feminista?

Supongo que la toma de conciencia total vino cuando se empezó a hablar de violencia machista en los medios, sobre todo en el cine. Nos habían vendido que este tipo de violencia era «crímenes pasionales». Existía cierto consenso que nos decía que no había que entrometerse en lo que ocurriera de puertas para dentro en la relación de una pareja. Era como «tú no sabes lo que ha pasado, no te metas». Creo que los medios alternativos (con sus escritos feministas) han sabido presionar a los grandes para que se hable de machismo y de epidemia. También se toma conciencia cuando vives en pareja.

En su caso, la evolución es más llamativa ya que ha confesado haber hecho revisión de discos pasados y encontrar letras machistas. ¿Cómo se siente al respecto? Cuando vuelve a cantarlas, ¿las modifica o las canta tal cual fueron compuestas?

No estamos muy orgullosos de esas letras, pero sí de la evolución. En cualquier caso hay que saber centrarse y pasar de la gente. Habrá algunos que valorarán positivamente esa evolución, pero habrá otros que nunca te perdonarán esa letra machista de 2009. Luego está el factor puramente político. A la izquierda se le exige el triple: es intolerable que Los Chikos del Maíz digan «puta» en una canción pero no decimos ni mú a otros grupos de rap que hablan abiertamente de dejarle el ojo morado a la novia o de violar a menores. Por lo visto, como no son de izquierdas, pueden decir cualquier barbaridad que nadie les va a pedir cuentas. Respecto a las letras en los conciertos, la mayoría son viejos temas y ya no los cantamos. Hay dos que sí y lo que hacemos es cambiar la palabra si queda bien y se puede, o decir «bla bla bla» que queda más gracioso, supongo.

¿De qué actitud o micromachismo nota que le cuesta más desprenderse?

No sé, hace poco me dijeron lo del metro, lo de sentarte y abrir la piernas como si fueras solo en el vagón. Y joder, es verdad, lo haces y no te das ni cuenta. Y luego cuando estás solamente con tíos y alguno cuenta que anoche se fue con una y «no veas, menuda puta, y me hizo de todo y bla bla bla», entonces te ves con media sonrisa riendo las gracias como uno más. Y no sabes si interrumpir y decir que ella también tiene derecho a divertirse y a disfrutar, o callar y seguir con la media sonrisa. Supongo que cada contexto es un mundo y depende mucho de la gente con quien estés en cada momento.

El feminismo pide a los hombres que tomen partido cuando presencian injusticias o actitudes machistas en su entorno cercano, haciendo hincapié en la importancia de no permanecer equidistante ante estas situaciones. ¿Manifiesta de alguna forma su desacuerdo cuando se le presentan situaciones así, o se mantiene en silencio?

Si es un contexto público, creo que muchos hombres ya se atreven a denunciar determinadas actitudes o comentarios. Otra cosa es un contexto privado. En esos micro-espacios es mucho más difícil que se denuncie. El feminismo sigue teniendo mala prensa entre muchos hombres (y entre muchas mujeres).

Luego existe el mantra de «tú eres un hombre, no me vas a decir cómo llevar mi lucha, perteneces al sexo opresor». Por un lado se pide a los hombres que denuncien y por otro me da la sensación de que hay hombres que a veces darían un paso al frente y denunciarían, pero no lo hacen por miedo a cagarla. Nosotros hemos intentado eliminar expresiones machistas y sexistas de nuestras letras, además hemos escrito un tema abiertamente feminista y a favor del colectivo LGTB, y hay peña que te dice que te has vendido a las feministas y cosas así. No sé, es complicadísimo. Creo que hace falta mucha pedagogía y mucha paciencia. La conciencia feminista no brota en las mentes como la hierba en un jardín: hay que inculcarla, inocularla desde fuera.

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