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Nepal estrena Constitución siete años después de la instauración de la república
La nueva Constitución proclama al país asiático como un Estado federal y secular
KATMANDÚ.- Raja Akim limpia con esmero las vitrinas de su pequeña joyería en Thamel, el barrio más turístico de Katmandú. Es muy probable que hoy tampoco consiga una sola venta, pero sonríe más que de costumbre porque no es un domingo cualquiera. A las cinco de la tarde, el presidente de Nepal promulgará la nueva Constitución, un texto que sentará las bases de esta joven república y tratará de impulsar su desarrollo económico, gravemente afectado por los terremotos y la inestabilidad política.
«Estoy seguro de que la Constitución nos traerá paz y seguridad, y eso hará que regresen los turistas y mi negocio vuelva a funcionar», explica Raja. En la cafetería de enfrente, dos jóvenes leen el periódico con algo más de escepticismo. Es lógico que no terminen de creérselo; desde la abolición de la monarquía en diciembre de 2007, los numerosos partidos políticos de Nepal han fracasado en todos sus intentos de llegar a un acuerdo para elaborar una ley fundamental.
Pero eso cambió hace unos meses, cuando la crisis originada por los terremotos de abril y mayo aumentó la presión sobre los líderes nepalíes. La catástrofe puso aún más en evidencia las debilidades de un país que se encuentra entre los más pobres del mundo y obligó a los políticos a dar una respuesta rápida a la emergencia, pero también a tomarse más en serio la búsqueda de soluciones para el desarrollo a largo plazo.
El 9 de junio firmaron una primera declaración de intenciones, que esta semana ha desembocado en la aprobación del texto definitivo. De los 597 miembros de la Asamblea Constituyente, elegida de manera democrática por primera vez en la historia del país asiático, 540 participaron en la votación y 507 optaron por el sí.
Hubo ocho votos en blanco y 25 en contra, correspondientes a las minorías étnicas de Terai, un área fronteriza con la India cuyos habitantes se oponen a la nueva división territorial. En esta zona es donde se han registrado las revueltas más violentas en las últimas semanas, que han causado la muerte de al menos 40 personas, incluyendo varios policías.
Un estado federal y secular
El trazado del mapa del país ha sido uno de los puntos más polémicos de la nueva Carta Magna y el que más ha retrasado su aprobación. El texto acordado define Nepal como un Estado federal con siete provincias, aunque su nombre y sus competencias todavía deben ser concretadas por una Comisión Constitucional.
Por otro lado, los sectores más radicales reclamaban un país hinduista, religión que profesa el 80% de la población, aunque finalmente será una república secular. «Es lógico que un país con tanta diversidad de etnias, lenguajes y creencias sea secular», explica Nitish Kafel, de Butwal, estudiante de Ingeniería y miembro de la organización juvenil internacional AIESEC. Está contento de que por fin termine este proceso político, pero le habría gustado que se abordara una reforma más profunda del sistema educativo.
Aunque el texto no se ha sometido a un referéndum popular, los nepalíes se muestran orgullosos de haber elegido a sus representantes en la Asamblea. En general, consideran que esta ley fundamental es un primer paso para el progreso social y económico de su nación. «Un país sin Constitución estaba condenado al fracaso», asegura Nirajan Batajoo, jubilado de Pokhara. «Ahora tendremos paz, y esta paz conducirá al desarrollo».
Sin embargo, no parece probable que los disturbios en Terai y las jornadas de huelga finalicen con la promulgación del texto, y está por ver cómo aplicarán los líderes políticos la nueva normativa. La Asamblea Constituyente se disolverá y sus miembros se convertirán en parlamentarios hasta las próximas elecciones, que deberán convocarse en un plazo máximo de cuatro años. Hasta entonces, depende de ellos que Nepal, uno de los países más pobres del mundo, continúe avanzando en la buena dirección.