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El Toro de la Vega más violento y peligroso de la historia
Los activistas denuncian a la organización por soltar al toro con cientos de personas tratando de bloquear el recorrido. Aseguran que se ha puesto en riesgo su vida frente a la inoperancia del dispositivo policial.
MADRID // Veinte minutos. Es el tiempo que ha tardado en morir Rompesuelas, el toro que este año estaba destinado a recibir los lanzazos de los participantes en el Toro de la Vega. El joven leonés de 21 años Francisco Alcalá, alias Cachobo, fue el encargado de acabar con la vida del animal. Un desenlace que, pese a todo, ha sido considerado nulo por la organización: las normas especifican que ha de ser una sola persona la que alancee al toro hasta la muerte, y que ésta ha de producirse frente a frente y nunca por la espalda. Hoy fueron tres los que lo hicieron, y en todas direcciones, antes de que Cachobo terminara la faena.
De poco sirvieron las protestas del centenar de activistas que se habían desplazado a la localidad vallisoletana de Tordesillas. Los insultos se sucedían entre defensores y detractores. «Asesinos», gritaban unos. «Piojosos», contestaban del extremo opuesto. En medio de la tensión, un periodista ha sido agredido a manos de un defensor de la fiesta, que le propinó un bastonazo en la cabeza. Fue, según los activistas, sólo una de las muchas agresiones sufridas tanto por periodistas como por detractores del Toro de la Vega: han llovido pedradas y garrotazos.
«No tengo palabras para explicar lo que ha sucedido hoy en Tordesillas». Casi sin aliento y visiblemente impactada, Ruth Toledano relata lo que ha vivido en lo que ella misma define como un auténtico campo de batalla. La periodista y activista por los derechos de los animales lleva años acudiendo a Tordesillas a protestar contra el Toro de la Vega, y asegura que nunca antes encontró tanta hostilidad como éste. «Han soltado al toro con un montón de gente ocupando el recorrido pacíficamente. Han puesto en peligro la vida de decenas de personas, lo que sin duda tiene que tener una responsabilidad civil, penal y política». Preguntado por la cuestión, el alcalde de Tordesillas, el socialista José Antonio González Poncela, ha declarado que «todos somos adultos y cada uno sabe lo que hace».
Momentos de pánico
El plan de los activistas era conseguir retrasar la salida de Rompesuelas para tratar de detener el festejo. Sin embargo, cuando estaban formando una ‘cebolla’ al principio del recorrido, la organización decidió soltar el toro por sorpresa, lo que generó momentos de auténtico pánico. El grupo fue, además, atravesado por un gran número de lanceros a caballo. «Podía haber sido una auténtica masacre», apunta Toledano.
La pregunta que surge de manera inevitable es, ¿dónde estaba la Guardia Civil? ¿Qué fue del numeroso dispositivo policial que anunció Delegación del Gobierno para tratar de poner coto entre defensores y detractores del Toro de la Vega? «Allí no había ni un solo policía», denuncia Toledano. «Otros años sí se ha protegido a los activistas de los ataques de los lanceros, pero este año simplemente no estaban donde tenían que estar. No me entra en la cabeza pensar a quién le podía haber beneficiado que el toro se llevara una o varias vidas por delante».
Los activistas tiene claro que lo sucedido hoy en Tordesillas es el principio del fin de este festejo. «Se han sobrepasado todas las líneas rojas. Incluso se trata de dar una imagen de seriedad declarando nulo el torneo, algo excepcional, cuando en realidad esas supuestas normas se incumplen sistemáticamente todos los años», apunta Ruth. «Lo de hoy ha sido la escenificación de la desesperación de unos asesinos que quieren morir matando: saben que están heridos de muerte y se revuelven como un animal herido, con la diferencia de que el animal es un ser inocente y ellos son culpables».