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Florentino Pérez y la operación de la ciudad deportiva del Real Madrid
Madrid ayudó al club con la venta de terrenos en la Castellana, pero la remodelación del Bernabeú ha sido vetada por la Justicia
El Real Madrid ha transformado el paisaje urbano de la capital. La venta de la Ciudad Deportiva de la entidad, al norte del Paseo de la Castellana, donde hoy se elevan las cuatro torres, salvó el club de la quiebra pero provocó una de las polémicas más grandes durante la primera presidencia de Florentino Pérez. En 2000, el constructor había logrado el visto bueno del alcalde José María Álvarez del Manzano y del presidente de la Comunidad de Madrid Alberto Ruiz-Gallardón para recalificar estos terrenos de uso deportivo a suelo edificable.
Los dos dirigentes del PP gozaban de mayoría absoluta pero Florentino buscaba el consenso total de todas las fuerzas a este proyecto controvertido. Izquierda Unida abandonó sus recelos iniciales y acabó votando a favor. Los sindicatos UGT y CC.OO también eran favorables. Sus líderes frecuentaban el palco del Estadio Santiago Bernabéu, y Pérez concedía favores a la cooperativa de viviendas, Vitra, según relata Juan Carlos Escudier en su libro. Sólo se oponía con contundencia la portavoz del grupo municipal socialista, Matilde Fernández. No claudicó ante las presiones de sus compañeros de partido, Alfredo Pérez Rubalcaba y Jaime Lissavetsky, dos grandes madridistas, así como del propio Florentino Pérez. El PSOE fue el único en votar en contra del proyecto.
El ‘tamayazo’
Con el dinero, el presidente saneó las cuentas del club y se dispuso a construir una nueva ciudad deportiva en Valdebebas. En principio se pretendía convertir esta zona de la ciudad en un gran parque con poca edificación, pero el gobierno autonómico de Esperanza Aguirre permitió la construcción. Otra vez fue el PSOE el que recurrió esta decisión en mayo de 2003. El mismo mes, cuando Rafael Simancas estaba a punto de convertirse en presidente con el apoyo de IU, la misteriosa deserción de los diputados socialistas Eduardo Tamayo y María Teresa Sáez facilitó que Aguirre conservara el poder. En mayo de 2004 empezaron las obras de la nueva ciudad deportiva. “Lo que compramos ahora será un buen negocio en el futuro”, dijo en 2003 en una entrevista con el Financial Times.
Sin embargo, el último gran proyecto de Florentino ha corrido peor suerte. El Ayuntamiento había autorizado una gran remodelación de Bernabéu, con cubierta, y la construcción de un centro comercial y hotel en un terreno que da a la Castellana. A cambio, el club devolvería al Ayuntamiento unos terrenos en Las Tablas, de uso deportivo. Eso sí, a 46 veces el valor por el que los había obtenido en primer lugar.
La Comisión Europea inició una investigación por supuestas ayudas ilícitas del Estado a la entidad deportiva. Mientras, un grupo de vecinos del Bernabéu y la ONG Ecologistas en Acción pusieron una demanda contra la remodelación del estadio. Florentino ya tenía apalabrado con inversores del Golfo Árabe rebautizar el campo como Abu Dhabi Bernabéu o Cepsa Bernabéu, la petrolera propiedad de los jeques. Finalmente, la Justicia ha tumbado el plan.