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Volver al cole sin haber salido de él
Ni has recargado las pilas, ni vuelves con renovadas energías, ni con grandes proyectos, ni con la moral alta y, tampoco, cargado de ilusión.
Han vuelto. Están lozanos, bronceados y relajados. Y tú no. Eres una bomba de relojería, ¿cómo evitar que estalles? Ni has recargado las pilas, ni vuelves con renovadas energías, ni con grandes proyectos, ni con la moral alta y, tampoco, cargado de ilusión. Tú no has olvidado la clave del ordenador, querido pringadillo (autónomo o precario), porque te has pasado el verano en la gran ciudad.
El tono de tu piel ofrece reflejos irisados que van desde el blanco verdoso al marfil violáceo, pasando por toda una gama de amarillos-bilis. Te pareces a E.T. cuando estaba tan malito. Pero lo peor no es eso.
Lo peor es que ahora te toca escuchar los lamentos de tus compañeros porque se les han acabado las vacaciones. Y, también, soportar el entusiasmo de tus jefes que dan por sentado que estás tan fresco y revitalizado como ellos. No descartes alguna arenga motivacional en grupo, en la que los jefes empiecen diciendo: «ahora que estamos todos frescos y con energías…».
A tu frustración se añadirá el tener que soportar el regreso en masa de los que se habían ido. Olvida esa ciudad amable y habitable, sin tanto coche. Adiós a la facilidad para encontrar mesa en las terrazas, al ir al cine sin necesidad de sacar la entrada tres años antes o a la ausencia de colas en la caja del súper.
Pero la cosa no para ahí, ¿sabes quiénes vuelven con más ganas que nunca? Te doy una pista: aunque se hayan dejado ver en los medios, están todos bronceaditos y con mejor aspecto. En efecto, has acertado: los políticos. Desde las candidaturas de confluencia de la izquierda hasta los más rancios conservadores, no verás a ni un sólo político que no haya ganado unos tonitos de lozanía y buen color. La razón es simple: viven mejor que tú.
En fin, la cosa no puede pintar peor. O sí. Dentro de nada volverán las rutas escolares y la ciudad se colapsará del todo. Cambiarán la hora. Anochecerá antes y entonces…
… llegará Cortilandia.
Feliz Navidad.