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Grecia y Podemos: De la determinación al posibilismo
Un análisis de las enseñanzas que deja al partido de Pablo Iglesias la situación por la que pasa Syriza en Grecia
Podemos, capitalizado en sus metas por la necesidad de vencer, al vincular tan fervientemente al de Syriza su proyecto político, ha caído en la misma contradicción que el anterior o al menos que el grupo del anterior vinculado a Tsipras. Con ello además ha universalizado la desazón de buena parte de los alternativistas que creían que efectivamente había una alternativa a la Europa de la austeridad y se apropiaron personalmente de la victoria de la democracia sobre la austeridad, presentada en forma de victoria electoral de Syriza.
Esta sumisión de la democracia a la economía política europea, produce que la única argumentación para mostrar su apoyo a Tsipras estribe en que éste ha hecho todo lo que ha podido, ya que si se analiza al gobierno griego en función del resultado la conclusión resultaría dantesca. Igualmente dantesca, resulta para los alternativistas el reconocimiento de que quien en enero aparentaba ser el Che Guevara griego, hoy día no sea sino una persona sumisa que ha reconocido no tener poder capacidad alguna para confrontar a la institucionalidad jurídica política europea en su luterano austericidio
Si Tsipras ha medido mal sus fuerzas, podrá hacérsele una crítica política de no haber jugado bien sus capacidades o no haber tenido el coraje suficiente para usar la baza definitiva de la salida del euro, baza que hasta el momento nadie ha sido capaz de usar, pese a la fuerza que algunas personas que no tienen que tomar decisiones la defienden fervientemente. Si las ha medido bien y ha acertado, la conclusión será si cabe más descorazonadora, ya que supondrá que efectivamente el Fin de la Historia y el advenimiento hegemónico liberal han vencido sin dar lugar a la réplica. Claro que la posibilidad de contrastar estos hechos es casi imposible.
Podemos y su principal figura Pablo Iglesias, cualquiera que sea la resolución de la digresión previa, habrá pasado de un determinismo disruptivo a un posibilismo que buena parte de sus bases difícilmente podrán apoyar con entusiasmo para las próximas elecciones, aunque confíen en las tremendas capacidades de la persona al mando. Quizás piensen que irremisiblemente no haya alternativa o que no puede llevarla a cabo alguien con un discurso fundado en la realidad.