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El PP se acicala para su próxima cita… electoral
El partido de todas esas medidas opuestas a lo que en un periodo preelectoral idéntico al que estamos viviendo hoy, pero en 2011, figuraba en su programa
ANDREA RUBIO // Desde hace poco menos de un mes, el Partido Popular comenzó a usar algunos cosméticos de esos que parece que ponen de oferta en periodo preelectoral. Un par de cambios en la cúpula, el sacrificio de Rato, el «enfrentamiento» con Bárcenas, una cara joven y con dominio del arte de manipular para los debates en La Sexta Noche, un logo nuevo casualmente idéntico al del partido más emergente (Podemos), y, para finalizar, el broche de oro, el castillo de fuegos artificiales de fin de fiestas, el pintalabios rojo de Marilyn Monroe de los cosméticos: “Salir a la calle, hablar con las Mareas y recoger propuestas”. ¡Toma ya! Tres hurras por Rajoy.
El partido de la Reforma Laboral y el abaratamiento de los despidos; de la nueva Ley de Educación -no consensuada con la comunidad educativa ni con el resto de partidos-, cuyos principales objetivos o consecuencias derivan a la segregación por sexos, la aparición de las reválidas que marcan el acceso a la universidad de los niños desde bien jóvenes y cuya estructura está inundada de mercantilismo, excesiva competitividad e intereses económicos; del recorte adicional de 10.000 millones de euros en Educación y Sanidad; de la supresión a las ayudas; del copago sanitario; de la subida sistemática del IVA; de la reforma de la Ley del Aborto que impide a las mujeres interrumpir libremente su embarazo y ser dueñas de su propio cuerpo y sentimientos; de los rescates a la banca y el ahogo y la estafa a los ciudadanos; de la Ley de Seguridad Ciudadana –Ley Mordaza- (cuyo objetivo no es precisamente la seguridad ciudadana sino el salvamento del culo de los políticos) que sanciona y condena manifestarse ante el Congreso y el Senado, fotografiar y difundir agresiones y abusos policiales, parar un desahucio, protestar, hacer sentadas y resistencias pacíficas; y de un largo etcétera de medidas desmesuradas que atentan directamente contra la libertad de expresión, de reunión y manifestación, y contra la declaración de los Derechos Humanos.
Ese partido. El partido de todas esas medidas opuestas a lo que en un periodo preelectoral idéntico al que estamos viviendo hoy, pero en 2011, figuraba en su programa; el partido de las promesas no cumplidas; el partido de los robos a la ciudadanía; el partido de las puertas giratorias, de las manzanas podridas, el árbol pasado y las raíces oxidadas; el partido de las cuentas en Suiza, de los sobresueldos y de las mentiras; el partido que no condena el franquismo y se atreve a llamar pro-dictadura a otras formaciones; pretende, a tres meses de las elecciones, recuperar la confianza de sus ex votantes y ganar seguidores cambiando el logo, quitándose la corbata y saliendo a la calle a pie.