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Un proyecto educativo en riesgo por la imposición de una dirección externa
En la escuela Mar Nova de Premià de Mar (Barcelona) los alumnos aprenden a partir de proyectos, sin libros de texto. Tras la renuncia de la directora, la Generalitat desoye la petición de los padres de que tome las riendas un docente conocedor del proyecto, que temen que desaparezca
BARCELONA // En la escuela Mar Nova, situada en el barrio de Can Pou de Mar de Premià de Mar (Barcelona) los alumnos no tienen libros de texto. Las clases se desarrollan a partir de proyectos y racons (rincones), en los cuales los pequeños aprenden de manera interactiva, fomentando el trabajo en grupo. En el rincón de verdulería, por ejemplo, se trabajan las matemáticas para dar cambio. A primera hora, en el espacio Bon dia al matí (Buenos días por la mañana), explican en inglés cómo han empezado el día. Un día a la semana, las madres y padres que lo deseen acuden al centro y trabajan con los alumnos. “Al final los objetivos son los mismos, lo que varía es la forma de adquirir conocimientos. En lugar de seguir tema uno, dos, tres, los chavales llegan a unas conclusiones a partir de la investigación”, explica Tatiana Donoso, madre de una estudiante de tercero de Primaria.
Aunque es minoritario en el sistema público, este modelo educativo funciona en otras escuelas catalanas, como la Mas Maria de Cabrils (Maresme), la Vilamagore en Sant Pere de Vilamajor (Vallès Oriental) o la veterana el Roure Gros de Santa Eulàlia de Riuprimer (Osona), donde hace cuatro décadas que lo ponen en práctica. La Mar Nova es de las más jóvenes en aplicar esta metodología, que sigue desde que se fundó en la época del Tripartito, hace ocho años. Tras la renuncia de la directora el pasado junio por desavenencias con el resto del equipo directivo, la Conselleria de Educación ha impuesto a un director externo que, junto a la llegada de ocho profesores de fuera, hace temer a las madres y padres de la escuela por la pervivencia del modelo educativo.
“De los catorce profesores y medio que integrarán el claustro, seis conocen el proyecto y nueve, no. Y tres de esos nueve formarán el equipo directivo”, explica el presidente del AMPA del centro, Jordi Estarlich. “Pedíamos que quien viniese tuviese la experiencia suficiente para dirigir un claustro de profesores que trabajen con esta metodología. En el propio claustro había personas sobradamente preparadas para garantizar el proyecto educativo”, añade.
Alumnos de la Mar Nova trabajan en el huerto de la escuela.
La asociación de madres y padres reclamaba que fuese la antigua secretaria –que se había postulado- quien asumiese la dirección, pero desde Serveis Territorials del Maresme-Vallès Oriental, de quienes depende la escuela, se negaron en redondo. “Cada año recibimos maestros que no conocen el modelo, pero que lo van aprendiendo ayudados por otros maestros. Pero si cambias tantos de golpe… El Departament no tiene ninguna estrategia para favorecer este modelo”, se lamenta Estarlich. “En determinadas escuelas del Maresme donde existían estos proyectos han entrado equipos directivos que han hecho que desaparecieran, volviendo a un modelo tradicional”, apunta Donoso.
Las familias se movilizan
En protesta por el cambio de dirección, un grupo de padres de la Mar Nova impulsó una gran movilización que los llevó a acampar en la escuela, que desde su fundación se mantiene en barracones, hasta que el Departament que dirige la consellera Irene Rigau no rectificase su decisión. Entregaron 104 peticiones de madres y padres de la escuela para que diesen marcha atrás, y la protesta forzó preguntas parlamentarias y que toda la oposición del consistorio (gobernado por CiU y el PSC), excepto el PP, les brindase su apoyo y aprobase una moción reclamando que la dirección y la jefatura de estudios recaigan sobre miembros del claustro conocedores del proyecto. Pero ha sido en vano, y la llegada de un director externo ya es firme.
“Nos hemos identificado como un AMPA muy batalladora, y en Serveis Territorials no están acostumbrados a que las familias reclamen con mucha insistencia”, subraya Estarlich, que denuncia que durante todo el proceso la Administración ha actuado con una gran opacidad, dando el menor volumen de información posible a las familias. “Siento una sensación de impotencia total, porque se trata del futuro de mi hija”, afirma Donoso, que subraya que proyectos educativos como el que se llevan a cabo en la escuela “permiten a la gente pensar por sí misma y no estar adoctrinada, y eso no interesa al sistema”.
Acampada de las familias en protesta por la llegada de una dirección externa.
“En mi caso es una apuesta personal. La educación por libros, en esta época de bombardeo informativo, es poco válida. Mejor que te obliguen a pensar, a reflexionar, a que te hagas preguntas y busques respuestas”, expone Donoso en defensa del modelo de la escuela. Estarlich explica que con el paso de los años cada vez son más las familias que llegan al centro interesadas por su proyecto educativo, y que por ello “se genera una gran complicidad y están muy implicadas”.
“Normalmente, cuando se impone una dirección desde fuera es porque ha pasado algo gordo, porque ha habido algún caso de maltrato, se ha robado dinero, que el claustro sea un desastre… Pero este no es nuestro caso”, apunta Estarlich, que acusa a Rigau de “no cumplir su palabra” porque les trasladó que “vendría alguien con suficiente capacidad”. “Ahora los profesores nuevos sólo tendrán once días para formarse porque el 14 de septiembre empieza el curso”, lamenta.