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Cara a cara con Casablanca, la única plataforma petrolífera de España
Entre 2001 y 2013 se produjeron 16 episodios de contaminación, el más grave cuando se vertieron al mar 130.000 litros de crudo. Activistas de Greenpeace simulan un vertido ante la instalación de Repsol
TARRAGONA// A 53 kilómetros de la costa de Tarragona se alza una estructura imponente. Casablanca, la única plataforma petrolífera de todo el Estado español, es un complejo mastodóntico en el que trabajan unas 30 personas entre personal de Repsol y subcontratado. Todo, para extraer unos 8.000 barriles de petróleo diarios, una cantidad que, incluso habiéndose cuadriplicado en pocos años y parecer elevada, apenas supone el 0,5% de la que se consume en España, aproximadamente un millón y medio de barriles al día.
Pese a que las noticias sobre vertidos apenas han copado grandes titulares en la prensa durante los últimos años, éstos han sido numerosos: entre 2001 y 2013, Casablanca tuvo 16 episodios de derrames contaminantes en aguas del Mediterráneo. El más grave ocurrió en 2009, cuando la Capitanía Marítima de Tarragona detectó una mancha de fuel de 19 kilómetros cuadrados, fruto de un vertido que no fue comunicado por Repsol. Un año después, el Juzgado nº 3 de Tarragona abrió un procedimiento penal acusando a dos directivos de la compañía de delito ecológico por el vertido de 130.000 litros de petróleo. No hubo consecuencias, ni económicas ni penales.
Hoy, Repsol parece haber limpiado la imagen de Casablanca después de aquellos contratiempos. En 2011 anunció una inversión de 130 millones de euros para «minimizar el riesgo» de vertidos. Las búsquedas en la Red remiten a amables publirreportajes como el que Televisión Española le dedicó en 2012. Y las últimas noticias en los medios de comunicación se refieren a la inspección periódica que Repsol realizó el pasado mes de enero, en la que se utilizaron drones submarinos, y con la que se trató de transmitir una imagen de absoluta normalidad. Todo está bajo control, hasta el punto de que el pasado mes de octubre el Ministerio de Medio Ambiente dio luz verde a nuevas prospecciones en la zona, en un área situada a 27 km al sureste del puerto de Tarragona y a tan solo 17 km al este del Delta del Ebro.
Manchas en el agua
Desde Greenpeace no opinan lo mismo. A bordo de sus características zodiacs, y armados con unos paneles de caucho flotantes que imitaban la forma de grandes manchas de fuel sobre la superficie del mar, los miembros de la organización ecologista han simulado este viernes un vertido frente a la plataforma. El objetivo: denunciar lo que consideran un riesgo inasumible e innecesario. El lema que portaban sus activistas era claro y contundente: «Prospecciones no».
Miembros de Greenpeace frente a la plataforma. Pablo Blázquez / Greenpeace
«La cantidad de petróleo que se extrae en Casablanca es irrelevante «, asegura, rotundo, Julio Barea, responsable de campaña de Greenpeace. «Incluso aunque se triplicara la producción sería equiparable a simples medidas de ahorro y eficiencia energética». Entonces, ¿por qué no hacerlo y prescindir de este riesgo? Barea lo tiene claro. «Tener una plataforma como Casablanca es una cuestión de imagen de marca, de cara a que una gran multinacional como Repsol pueda decir que tiene explotaciones petrolíferas en su país de origen».
El portavoz de la organización ecologista hace hincapié, a su vez, en «el evidente trato de favor que Repsol tiene por parte del Ministerio de Industria», en referencia a la autorización para realizar nuevas prospecciones en la zona. «Lo hemos visto con las prospecciones en Canarias y ahora con las que se pretenden hacer en Casablanca. Este tipo de búsquedas sólo perpetúan la quema de combustibles fósiles en un contexto de cambio climático acuciante”, ha explicado Barea.
Una bomba de relojería
Muchos en Tarragona no apoyan las tesis ecologistas. Al fin y al cabo, Casablanca da trabajo y, aunque graves, los vertidos están lejos de los grandes desastres medioambientales como el Prestige. «El problema no son los grandes vertidos, sino la contaminación crónica», explica Barea. «Es la que producen las pequeñas fugas, la limpieza de los tanques, etc. Son cosas que pasan inadvertidas, pero que son las que en realidad dañan gravemente nuestros mares. En una zona de valor medioambiental incalculable, como Tarragona, es ridículo asumir un riesgo como la plataforma Casablanca, una auténtica bomba de relojería».
La protesta de este viernes ha tenido lugar horas antes de llegar a Barcelona, donde el Arctic Sunrise permanecerá amarrado durante todo el fin de semana. El buque podrá ser visitado gratuitamente en el muelle del Maremagnum.
HOLA total mente deacuerdo soy pescador en extinción total. artes menores cofradía da pescadors de Tarragona. SIN NINGUN APOLLO MAS CONTAMINACION Y CORRUPCION TQTAL…HASTA LA PROSIMA .