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Inquisitorial Aguirre
El PP de Madrid creará este lunes un "gobierno en la sombra para vigilar cada una de las actuaciones del equipo de gobierno de Carmena"
No se podía esperar otra cosa de su mala sombra. Tampoco de la sombría campaña inquisitorial iniciada por sus asesores una vez elegido el nuevo Ayuntamiento de Madrid de Manuela Carmena. Mucho menos si se repara en la identidad de quienes la acompañaron en la gobernación de la Comunidad de Madrid durante sus años de gestión como presidenta, algunos de ellos a la sombra, en las cárceles que ellos mismos inauguraron, como el corrupto Granados. No, no se podía esperar otra cosa de quien se hizo con la presidencia regional a costa del sombrío tamayazo.
La ahora portavoz del grupo municipal del partido en el Gobierno en el Ayuntamiento de Madrid -leo en El Mundo-, Esperanza Aguirre, creará este lunes un «gobierno en la sombra para vigilar cada una de las actuaciones del equipo de gobierno de Carmena«, según ha informado literalmente el grupo parlamentario de ese partido en un comunicado. Así, la también presidenta del Partido Popular de Madrid reunirá mañana a los concejales de su formación en el edificio de Grupos Municipales para presentarles las líneas básicas que ejercerá en la oposición, tras lo que ofrecerá una rueda de prensa.
Me gustaría pensar, en contra de lo que creo, que a pesar del sombrío calificativo y los afanes de vigilancia expresos con que se anuncia ese gobierno, el plan no consista -como hasta ahora- en reverdecer el espíritu de Torquemada, fraile dominico, confesor de la reina Isabel la Católica y primer Inquisidor General de Castilla y Aragón en el siglo XIV. Sin embargo, es bien sabido que en el lenguaje que utilizamos nos reflejamos, y el Partido Popular no deja de hacerlo en esa misma clave sombría e inquisitorial desde que le apearon los votos de mucho poder en Ayuntamientos y regiones.
Eso de plantear gobiernos en la sombra que vigilen a los gobiernos democráticamente elegidos por los ciudadanos, a quienes estos gobiernos representan, suena a páginas muy negras de nuestra historia. Sobre todo si quienes promueven esos gobiernos sombríos proceden de gobiernos enfangados en tramas y corruptelas sobradamente aireadas como las que han acorralado al PP hasta inscribirlo en la historia de los últimos cuarenta años como el partido más corrupto del país.