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¿Por qué no hay pacto todavía en Valencia?
Compromís y PSPV mantienen su tira y afloja por la alcaldía de Valencia y la Generalitat. Ciudadanos sigue a la expectativa y se deja querer.
Las aritméticas y la política no siempre son buenas aliadas. El resultado electoral del pasado 24 de mayo ha dejado en un complicado sudoku la alcaldía de Valencia y el gobierno de la Generalitat. PSPV, Compromís y Ciudadanos juegan sus bazas para conseguir el poder, mientras PP y Podemos miran desde la barrera esta lucha.
La noche del 24-M el cava y la mistela corrieron por las calles de Valencia y de buena parte del País Valenciano. La ciudadanía con ganas de cambio veía de forma clara un gobierno de izquierdas. Joan Ribó podría desbancar a la eterna alcaldesa de la ciudad, Rita Barberá, y un tripartito (PSPV, Compromís y Podemos) se podría hacer con la Generalitat Valenciana.
Hoy, 16 días después, continúa el tira y afloja de los partidos. Los resultados marcan las conversaciones de bar y entre los negociadores. En Valencia el PP tiene 10 concejales; Compromís, 9; Ciutadans, 6; PSPV, 5 y València en comú: 3. En el País Valenciano el PP alcanza 31 diputados; PSPV, 23; Compromís, 19 y Podemos y Ciudadanos, 13. Con estas cifras, la aritmética entra por la puerta y la política decide saltar por la ventana. Vayamos por partes.
La semana pasada se anunció a bombo y platillo un pacto entre PSPV, València en comú y Compromís. El acuerdo posibilitaría que el representante de este partido, Joan Ribó, accediese a la alcaldía. Atrás quedaban Ciudadanos y PP, una posible coalición que estaría a dos concejales de conseguir la hegemonía municipal.
De manera paralela, Compromís y PSPV, es decir, Pasqual Mollà y Ciprià Císcar o, lo que es lo mismo, Mónica Oltra y Ximo Puig tenían sus reuniones con mensajes velados a la prensa sobre quién de los dos estaba más legitimado para presidir la Generalitat. En el reparto varias consejerías, la portavocía del Gobierno, la presidencia de Les Corts, lo normal en una negociación. Todo normal hasta que este mismo martes, el PSPV anunciaba, a través de un comunicado, que rompía negociaciones para pactar un gobierno autonómico (hasta nuevo aviso, se supone) con Compromís, harto de los desplantes de los nacionalistas.
Ante esta nueva situación, Ciudadanos ha reivindicado su papel, espoleado por su acuerdo para apoyar en Andalucía a Susana Díaz, y se ha ofrecido a apoyar a Ximo Puig a cambio de obtener el gobierno del Ayuntamiento de la ciudad para su candidato Fernando Giner. Vayamos todos juntos para evitar que haya un alcalde nacionalista o que continúe Rita Barberá, han venido a decir desde Ciudadanos.
¿Y qué dicen los socialistas? Pues se dejan querer. Hartos de las exigencias y actitudes de los negociadores que envió la formación de Mónica Oltra, según explican fuentes socialistas, han lanzado un órdago con un recorrido que está por ver. “No nos pueden estar insultando todo el día”, aseguran. Encima de la mesa también está la exigencia de la formación de Oltra de que se aumente el gasto en 4.000 millones de euros, con el objetivo de cubrir las necesidades sociales de los valencianos.
¿Y Compromís? Pues entre la presión interna y externa. Este fin de semana, en el Consejo General de la formación, aparecieron las primeras voces que exigían a la formación responsabilidad y huir de personalismos. Un miembro de Compromís que estuvo allí asegura que hubo una campaña de acoso contra Mónica Oltra para que se cerrase el pacto ya. En cambio, la actitud de este lunes y martes de la persona encargada de la negociación no fue nada pacificadora con el PSPV.
¿Y Ciudadanos? La formación de Albert Rivera sigue soñando con una alcaldía bajo su tutela y con un gobierno en el que quede excluido todo aquello que suene a nacionalista o de izquierdas.
¿Y el PP? Alberto Fabra está desaparecido. La noche electoral reconoció el triunfo del tripartito y felicitó a sus adversarios. Incluso ha amagado con dejar la secretaría general del partido. En cambio, Rita Barberá está dispuesta a dar batalla, y si la noche electoral le ofreció un “pacto de estado” al PSPV para la alcaldía, está dispuesta a lo que sea con tal de no tener a Ribó al frente del Consistorio. Para ello cuenta con el apoyo de medios como La Razón o el ABC que destacan en cada titular el origen catalán del candidato de Compromís (nació en Manresa) y su pasada pertenencia al Partido Comunista.
¿Y Podemos? Hay de todo. Por un lado, Antonio Montiel, el candidato a la Generalitat ejerce su papel de pacificador. No en vano, él trabajó junto al gobierno del expresidente socialista Joan Lerma y acudió a las reuniones de Compromís hasta el pasado mes de diciembre, cuando dejó de luchar por unas primarias en la formación de Oltra para encabezar Podemos. Por otro lado, Pablo Iglesias, quien con la mente puesta en las elecciones generales de finales de año sueña con tener el apoyo de Compromís, tuvo una reunión la semana pasada en Madrid con la propia Oltra para hablar de futuros pactos.
Y mientras todo esto sucede, crece la indignación entre el electorado de izquierdas que piden una mayor altura de miras a sus responsables políticos. Esta semana será clave para saber qué sucederá en las elecciones de alcaldías del próximo sábado 13 de junio. Esa será la pista definitiva para saber quién ocupará la presidencia de la Generalitat Valenciana. La solución, en pocos días.