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Barcelona en Comú y CUP-Capgirem: listas separadas, objetivos compartidos
Aunque con matices, los programas electorales de la candidatura que encabeza Maria José Lecha y la que lidera Ada Colau coinciden en muchos de los aspectos fundamentales de la ciudad
BARCELONA // Tras los sucesivos encuentros promovidos tanto por la CUP en los espacios de la Trobada Popular Municipalista (TPM, Encuentro Popular Municipalista, en castellano), como por Guanyem Barcelona, que abrió un proceso de confluencia con distintas fuerzas de la izquierda en Barcelona, ambas formaciones han terminado por concurrir por separado a las elecciones municipales del próximo 24 de mayo. Las discrepancias en los límites salariales y periodos de mandato, la defensa de distintas estrategias (priorizar la aprobación de un código ético antes que hablar de programa, o a la inversa), y la presencia de Iniciativa per Catalunya (ICV), formación que la CUP considera corresponsable de las políticas implementadas en la ciudad en las últimas décadas al haber integrado varios gobiernos municipales, fueron algunas de las claves de que se frustrase el acuerdo.
Una vez en la carrera electoral, las candidaturas de Barcelona en Comú (que finalmente integra a Guanyem Barcelona, ICV, EUiA, Podemos, Equo y Procés Constituent), y CUP-Capgirem Barcelona (que forman la CUP y otros actores de la izquierda anticapitalista y los movimientos sociales como el Sindicat d’Estudiants y Pirates de Catalunya) han presentado unos programas derivados de procesos participativos. En el caso de Capgirem BCN, en el marco de las TPM; y en el de BCN en Comú, con la participación de hasta 5.000 personas a través de internet. Estos coinciden en muchos aspectos, aunque divergen en otros. ¿Hasta qué punto existen diferencias programáticas que, más allá de las eventualidades de la negociación, respalden la idoneidad de presentarse por separado?
Ambos programas otorgan un papel central a la reducción de las desigualdades y la garantía de derechos básicos. También defienden las remunicipalizaciones de servicios como el agua, una auditoria de los órganos y empresas municipales para determinar el origen de los costes y los beneficios de las empresas que prestan servicios a la Administración, así como el desarrollo de mecanismos reales de participación democrática de la ciudadanía que descentralicen el poder municipal en los barrios y distritos. A continuación describimos las principales coincidencias y diferencias programáticas en algunos de los temas de más relevancia en la ciudad.
Vivienda y suministros básicos
Acabar con los desahucios por motivos económicos es un objetivo común a las dos propuestas, si bien el programa de BCN en Comú habla de “evitar” y el de Capgirem Barcelona, de “suspensión inmediata”. Ambas candidaturas plantean penalizar los pisos vacíos con multas. La formación que encabeza Ada Colau señala que las sanciones se aplicarán sobre los inmuebles propiedad de los bancos. El programa de Capgirem BCN, que las multas se impondrían a los dos años de estar vacía una vivienda, “empezando por las entidades financieras”, y que se impulsará la expropiación temporal del usufructo de estos inmuebles para destinarlos a vivienda social. Los dos programas contemplan ampliar el parque social de vivienda y la creación de órganos de prevención de desahucios.
En relación a los suministros básicos, una de las principales coincidencias es la voluntad de retomar el control público de la gestión del agua en la ciudad, actualmente en manos de una empresa mixta con la multinacional Agbar, filial de la francesa Suez Environnement. También la necesidad de auditar las concesiones efectuadas a la empresa desde el Ayuntamiento para determinar los costes reales y el origen de los beneficios obtenidos por la compañía. Además, ambos programas hacen referencia a garantizar que a las familias que no puedan pagarlos no se les corten los suministros. Capgirem Barcelona habla de “impedir los cortes de suministros y obligar a las empresas suministradoras a asumir el coste”, mientras que BCN en Comú propone tarifas ambientales para que ningún hogar destine a esta partida más del 10% de sus ingresos.
Turismo
Ambas candidaturas coinciden en señalar al turismo masivo como uno de los problemas más acuciantes para los vecinos. Por ello, Capgirem Barcelona propone la “abolición de los apartamentos turísticos” y una moratoria global a nuevos alojamientos, además de impulsar una regulación para los establecimientos de Bed&Breakfast. Por su parte, BCN en Comú plantea el “cierre de los pisos turísticos ilegales” y revisar y auditar las licencias otorgadas a hoteles, albergues y otros alojamientos.
La candidatura que encabeza Maria José Lecha (CUP) quiere limitar las visitas en los “espacios saturados” y fomentar las actividades turísticas “más respetuosas con el medio ambiente y el entorno social y cultural”, mientras que la formación de Colau aspira a “cumplir con los planes de uso de los barrios para proteger al pequeño comercio”. Ambas defienden que la tasa turística implantada por el Govern se destine íntegramente al municipio para revertirla en la ciudad, y no se reparta con la Generalitat como sucede actualmente.
Espacio público y transporte
“Fin de la explotación privada de la vía pública”, así de contundente se muestra el programa de Capgirem Barcelona sobre la regulación del espacio público en la ciudad. La candidatura que encabeza Ada Colau hace hincapié en la necesidad de “parar o revisar” proyectos como el de la Marina Port Vell, el Hotel Deustche Bank y la pista de esquí en la Zona Franca, entre otros, así como en recuperar la continuidad del frente marítimo y la construcción de corredores verdes.
Las propuestas más contundentes en cuanto al transporte público se incluyen en el programa de Capgirem Barcelona: Rebaja del 25% de la T-10 (el billete más usado) y gratuidad para los denominados “títulos sociales” (jóvenes, parados, pensionistas…), además de una auditoría y “no pago de la deuda ilegítima” de la Autoritat Metropolitana del Transport. Además, plantea “abrir el debate público” sobre la necesidad de pagar billete por circular en transporte público y sobre “el fin del ‘repago’, vía impuestos y billete”. BCN en Comú no hace referencia a rebajas de precios, pero propone integrar todos los tipos de transporte (también bicicletas y coches compartidos) en un sistema único, y enlazar el tranvía por la Diagonal. Ambas defienden recuperar los servicios de bus recortados, finalizar las líneas 9 y 10 de metro.
Democracia y participación
Aunque con matices, las dos candidaturas apuestan por constituir espacios de participación y decisión en los barrios, habilitar mecanismos de participación ciudadana y celebrar consultas y referéndums sobre aspectos destacados de la política municipal. Una propuesta común es la elección directa de los concejales de distrito, así como el desarrollo de presupuestos participativos. En el caso de BCN en Comú, en este último aspecto se especifica que “un mínimo del 5% del presupuesto municipal será asignado por los vecinos del distrito en proyectos y propuestas ciudadanas”, mientras que Capgirem Barcelona amplía a defender una “elaboración participativa del Programa de Actuación Municipal y de los presupuestos”.
La candidatura que encabeza Maria José Lecha propone auditar la deuda municipal, así como constituir los Consejos de Barrio como “órganos de gobierno político descentralizados”, un planteamiento compartido con BCN en Comú, si bien esta última los contempla como “órganos principales de proximidad y participación ciudadana para vehicular propuestas y emitir dictámenes preceptivos”. Las dos formaciones defienden el impulso de referéndums revocatorios en caso de que los cargos públicos incumplan sus compromisos.
Otros aspectos
Implantar la perspectiva de género de forma transversal en las políticas del consistorio, impulsar la economía cooperativa, la compra de alimentos de proximidad y las energías renovables, e implementar medidas para reducir los altos niveles de contaminación de la ciudad son otros de los puntos de encuentro. Como una de las diferencias destacadas aparece la postura respecto al proceso soberanista catalán: Capgirem BCN apuesta por “declarar Barcelona ciudad por la independencia” y “ser parte activa en la movilización necesaria para abrir un proceso constituyente hacia la República Catalana”. BCN en Comú opta por “defender, impulsar y facilitar el derecho a decidir, ya sea vía referéndum o consulta”, así como por “dar pleno apoyo a las iniciativas de la sociedad civil para abrir procesos constituyentes que lleven a transformaciones democráticas y sociales”.
Como resultado de los respectivos códigos éticos, los cargos públicos de Capgirem Barcelona no cobrarán más de 1.800 euros netos y como máximo ejercerán durante dos mandatos. Los de BCN en Comú, podrán alcanzar los 2.200 euros y prorrogar a un tercer mandato tras un proceso de validación ciudadana. Pero más allá de estas y otras diferencias, parece evidente que, si Capgirem Barcelona logra entrar al consistorio (el último CIS le daba 3 regidores), los de una y otra formación coincidirán en multitud de votaciones durante los próximos cuatro años.
Parece que Barcelona volverá a ser la Barcelona progresista, vanguardia del Estado español.
Una noticia esperanzadora dentro de la zafiedad que nos rodea.
Esperemos que, más pronto que tarde, Barcelona deje de estar ocupada por el imperialismo español y sea vanguardia en todo caso de la nación catalana 😉