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El legado de cinco años de recortes de David Cameron: 13 millones de pobres

Los ciudadanos del Reino Unido acuden hoy a las urnas en un país donde los bancos de comida y los centros sociales son el último soporte para millones de personas que han sido condenadas a la pobreza

Reportaje publicado en el número de mayo de La Marea, a la venta en quioscos y en nuestra tienda virtual

LONDRES // Lisa llega al Star Project a media mañana. Es una mujer bajita, de unos 35 años, media melena morena y mofletes colorados. Lo hace cansada por el trabajo pero sonríe con dulzura al resto de personas que la saludan sentadas en la salita de estar de este centro social. Viene de una de las casas que limpia. En un rato le toca la siguiente. “Mi marido también trabaja, en un McDonald’s, pero hemos tenido que acudir en muchas ocasiones al banco de comida porque no nos llega con el dinero que ganamos”, comenta. Nos encontramos en el concejo de Renfrewshire, en Escocia, uno de los más pobres del Reino Unido. “Aquí las tiendas de barrio venden huevos por unidades porque hay familias que no tienen para media docena”, explica el consejero Mike Holmes, presidente de la Comisión sobre la Pobreza en la localidad. Según un informe de este organismo, publicado el pasado 30 de marzo, en el concejo uno de cada cinco niños vive en la pobreza. La situación de la gente de Renfrewshire, como la de Lisa, no es una excepción, ni tan siquiera un problema regional, en uno de los países que acumula más riqueza de Europa.

La Fundación Joseph Rowntree, que lleva más de 100 años monitorizando la pobreza en el Reino Unido, asegura que más de la mitad de los 13 millones de pobres que viven en el país tienen un empleo. El Gobierno de conservadores y liberaldemócratas mantiene que, durante la legislatura que acaba, la tasa de desempleo ha bajado hasta el 5,7%. Sin embargo, la oposición lamenta que esa cifra se ha logrado a base de los controvertidos «contratos de cero horas«, que no garantizan un ingreso pero que obligan al trabajador a estar disponible en los tiempos pactados. Este tipo de contrato se usa mucho en cadenas de bares, restaurantes o tiendas para adaptarse a la fluctuación de demanda. El empleado tiene la obligación de acudir a trabajar cuando hay muchos clientes, pero si no le llaman no cobra nada.

Cada vez que Lisa llama a la puerta del centro del Star Project encuentra mucho más que un sándwich, una sopa caliente y un té, algo que se ofrece a cualquiera que acuda al lugar, sin necesidad de pedirlo ni explicar las circunstancias en las que vive. Esto no es un banco de comida. El Star Project es un lugar donde los más desfavorecidos de esta comunidad encuentran el apoyo profesional de Sharon McAulay y Emma Richardson, las responsables del centro. “Aquí lo mismo prestamos un teléfono o un ordenador para tramitar una solicitud de trabajo que damos asistencia psicológica y asesoramiento para lidiar con la burocracia del Servicio Nacional de Salud”, explica McAulay. “Hemos creado una comunidad tan estrecha que muchos vienen sólo para charlar con los amigos y apoyarse los unos a los otros”, añade.

Un «éxito económico»

Los servicios sociales llevan años alertando de que la situación es insostenible para muchas familias en el país. Aún así, el primer ministro David Cameron ha adelantado que mantendrá su programa de recortes si el partido conservador consigue otra victoria en las elecciones parlamentarias que se celebran este jueves. Durante el único debate celebrado en campaña electoral, el dirigente conservador repitió una y otra vez que su plan de austeridad ha sido “un éxito económico”. Cameron se refiere a los datos macroeconómicos que, efectivamente, funcionan. La economía crece más que la de ningún otro país del G-7, un 2,8% en 2014, pero esa riqueza no está bien repartida. En el Reino Unido se percibe de manera aplastante la desigualdad que están acarreando las políticas de austeridad.

A la hora del té, es fácil encontrar a algunas de las personas más vulnerables de esta comunidad y sus denuncias podrían traerles aún más dificultades, por eso los nombres de todos ellos son ficticios. Las sanciones que Cameron ha impuesto a aquellos que buscan trabajo y no cumplen estrictamente con los requisitos del proceso es uno de los temas más calientes en la tertulia de esta mañana gris en Renfrewshire. William es una de las personas afectadas. “Tengo dos hijos y fui sancionado por llegar 15 minutos tarde a la oficina de trabajo”, cuenta. Su prestación de desempleo fue reducida en 73 libras por semana durante tres meses. Sin embargo, durante ese periodo de tiempo sólo recibió dos pagos. “No fui informado de que tenía que ir a firmar cada dos semanas y dejé de cobrar», cuenta. La sanción, como a muchas otras personas en el Reino Unido, le dejó sin hogar. “Primero dormí en casa de un amigo y luego en la calle, donde fui asaltado y tuve que ser hospitalizado. No he vuelto a ver a mis hijos desde que me quedé sin casa”, explica.

pobreza UK 05 CMYKUsuarios del centro Star Project. M. R.

Como este padre, más de medio millón de personas han sido sancionadas por no acudir a citas o no responder a las llamadas de la oficina de empleo, después de que el Gobierno pusiera en marcha las nuevas normas. Esta reforma del sistema de benefits –las prestaciones sociales– pretendía ahorrar a las arcas públicas el dinero de las personas que supuestamente viven del Estado de manera abusiva. Todas las organizaciones consultadas para este artículo denuncian que miles de personas están siendo abandonadas entre las grietas de un sistema que, advierten, se ha hecho más hostil para los pobres. “Nuestra línea de ayuda está registrando niveles de preocupación nunca vistos con anterioridad. La demanda se ha doblado en dos años. Hemos visto personas clasificadas como malnutridas porque han sido sancionados y eso les ha puesto en una posición en la que era imposible mantener sus casas y comprar comida», comenta Alison Watson, jefa de servicio de la ONG para gente sin hogar Shelter Escocia. «Las personas que han sido sancionadas se sienten tremendamente estigmatizadas. Las sanciones someten a la gente a una presión nunca vista. Muchos de los usuarios de Shelter son personas que jamás pensaron que iban a tener que utilizar nuestros servicios”, explica Watson. Lo que sigue a las sanciones es una espiral de la que difícilmente se puede salir: deudas, estigma, falta de autoestima y ausencia de oportunidades.

Glasgow es, tradicionalmente, uno de los territorios más empobrecidos del país pero la dureza extrema de los recortes se está notando en toda la geografía británica. Trussel Trust, una organización con sede en Londres, llegó a abrir tres bancos de comida por semana entre 2012 y 2013 por todo Reino Unido. “Más del 45% de los usuarios son personas que han sido sancionadas y se han quedado sin subsidio”, cuenta Molly Hudson, portavoz de la organización. En general, las condiciones de vida han empeorado para todos. Mientras el salario medio ha bajado un 8% desde 2008 el coste de los productos y servicios básicos se ha incrementado. Desde el inicio de la recesión los precios de la energía han subido un 62%, el transporte público un 59% y el precio de la comida un 28%, según la fundación Joseph Rowntree.

En el tradicionalmente opulento condado de Kent, al sur de Inglaterra, otro centro social, el Rainbow Centre, en la localidad de Folkestone, ofrece desde hace 30 años un lugar donde lavar la ropa, darse una ducha y tomarse una taza de té caliente, entre otros servicios. “En 2012 se recortaron los fondos y las autoridades locales no renovaron la ayuda que solían darnos. Supongo que nosotros fuimos uno de los primeros daños colaterales a nivel local. Eso nos empujó a hacer una auténtica operación a corazón abierto en el centro. Tuvimos que parar nuestro servicio de terapia por falta de fondos”, afirma el religioso Richard Bellamy, director de las instalaciones. Los recortes con los que Cameron continuará si sale vencedor este 7 de mayo podrían incrementar aún más la brecha social. Lisa, William y los otros usuarios del Star Project se juegan mucho en estas elecciones.

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El crecimiento no llega a toda la población

Aumento del PIB del 2,8% en 2014

La economía británica creció el año pasado al mayor ritmo desde 2006 y bastante por encima de casi todos los demás países del mundo industrializado.

La tasa de paro sigue descendiendo: 5,7%. 

En enero, la Oficina Nacional de Estadística registró 1,86 millones de personas sin empleo, la cifra más baja desde 2008.

13 millones de personas pobres

Según la Fundación Joseph Rowntree, casi una quinta parte de la población carece de unos ingresos mínimos que le garanticen una vida digna.

3,5 millones de niños viven en pobreza

Es casi una tercera parte de los menores del país, según Barnardo’s, una ONG en defensa de los más jóvenes. La mayoría vive en hogares con un asalariado.

La Marea, Suscripción, Revista

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Comentarios
  1. Hombre, si papá estado estuviera al servicio del pueblo y no del puñado de insaciables capitalistas sin escrúpulos que se han apoderado del mundo….
    pero se han apoderado por que les hemos dejado, por que el pueblo estamos adormecidos, entretenidos con un juguete u otro.

  2. La alternativa no es el voto, como dice el artículo, que esta peña se juega en el parlamento, ya vendrá otro con otras monsergas y el capital de la City le dirá ¡quieto parao!.
    Mientras siga existiendo el asistencialismo que si, que hace su labor caritativa, el capital financiero que es el Estado seguirá empobreciendo al personal, pero en vez de tener uno o dos curros para ser pobres puede que tengas hasta que pagar por trabajar.
    O se rompe la baraja o a tomar por saco, y romper la baraja es dejar de vivir de papá Estado y pensar en acabar con él, pero claro eso es utopía, pues nada a vivir la realidad del sistema, verás que bien.

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