Opinión | OTRAS NOTICIAS | Política
Alfonso Rus, el hombre que contaba billetes, en cinco frases
El PP le suspende cautelarmente de militancia al darse a conocer unas grabaciones donde podría estar recibiendo dinero por el cobro de comisiones
Alfonso Rus, alcalde de Xàtiva y presidente de la Diputación de Valencia, ha sido suspendido de militancia de forma temporal en el Partido Popular. El motivo, unas grabaciones que ha aportado Esquerra Unida ante la Fiscalía y en las que se le escucha contar billetes (hasta 12.000 euros) por el presunto cobro de comisiones.
La decisión de Alberto Fabra de suspender de militancia al que es candidato a la alcaldía de Xàtiva, un municipio de casi 30.000 habitantes y donde gobierna Rus desde el año 1995, ha desatado una crisis en el partido.
Fuentes conservadoras ven en el golpe de autoridad del candidato a la Generalitat Valenciana una excusa para quitarse de encima a una de las voces más polémicas del PP. Estas son algunas de sus frases que muestran la forma de gobernar de Alfonso Rus:
En 2007, en un encuentro junto a militantes del PP, explicó su particular forma de encarar las campañas electorales. «Donde no gobernamos hay que crear la ilusión de gobernar. Yo dije ‘traeré la playa a Xàtiva’. ¡Y se lo creyeron! ¡Si yo mando, traeré la playa! Y van y se lo creen todo. ¡Serán burros! Y me votaron«. Cuatro años después repitió la misma estrategia al afirmar en un miting junto a Francisco Camps: «Yo tenía un Ferrari y no querían que lo tuviera. Me lo compré antes de entrar en política y, después, me lo cambié. Y por eso me tienen malicia, pero yo digo: si me votáis, tendréis uno«. En ambas ocasiones ganó las elecciones.
“Gilipollas”, así definía Rus a los profesores que hablaban un valenciano normativo. Con esa frase alcanzaba el climax un speech que lanzó ante un auditorio de 300 personas en abril de 2009. Los educadores son una de sus obsesiones, en el año 2004 ya había calificado de “chupópteros” y “membrillos” a los profesores de la Universitat de València.
“Las exposiciones son exposiciones, no política”. Con esas palabras defendió la censura de una exposición de fotografías en el Museo Valenciano de la Ilustración y la Modernidad (MuVIM). En marzo de 2010, la Unió de Periodistes tuvo que retirar una exposición del MuVIM después de que la Diputación decidiese retirar cinco fotografías del resumen anual que los fotoperiodistas valencianos hacían de la actualidad. El museo acogía esa exposición como cada año y en esa edición se podían ver algunas imágenes de políticos valencianos relacionados con la trama Gürtel, auténtica noticia de ese año. El director del museo, Román de la Calle, dimitió al día siguiente de la censura y Rus apeló a su “libertad de opinión” para censurar las fotografías, y en que “las exposiciones son exposiciones y no política«.
El exceso verbal de Rus le llevó a una de sus actuaciones más lamentables como gobernante. Durante la inauguración de un jardín, el presidente de la Diputación se encontró con unas personas que protestaban por los problemas de accesibilidad. Rus, ante las protestas, llegó a plantearles a las personas con discapacidad la posibilidad de instalar cuerdas en lugar de ascensor. Después aseguró que sus palabras fueron maliterpretadas. Tras la inauguración se colocó una pegatina del ‘No a la guerra’ entre risas y burlas.
En la campaña electoral de las elecciones generales de 2011, un Rus eufórico ve cercano el triunfo de Mariano Rajoy y vaticina una noche ‘movidita’. “El 20N [fecha de las elecciones] por la noche en Valencia, champán y mujeres”.
Así es Alfonso Rus, el político que afirma que todo es un «complot» contra él y apunta a intereses de dentro de su propio partido. «El día 26 [uno después de las elecciones] se aclarará todo», confirma a quien quiere escucharle. El mismo político que pidió el indulto para Pedro Hernández Mateo, exalcalde de Torrevieja, condenado a tres años de cárcel por prevaricación y falsedad documental, «porque es amigo mío«. Alfonso Rus, para quien «todo inmigrante que venga a trabajar es como nosotros, pero el que robe, a su casa», aunque lamente ver españoles en Cáritas, donde antes «sólo iban rumanos y marroquís». El presidente de la Diputación que dejó de ir a Valencia con su Ferrari porque pensó que podía dar mala imagen. El hombre que contaba billetes.