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Venas abiertas y heridas que se cierran en América Latina
"Mientras los golpes de Estado promovidos por Estados Unidos en la región derrocaban a los gobiernos democráticos, el éxito del libro iba en aumento", denuncia la autora
Amy Goodman, con la colaboración de Denis Moynihan
Por primera vez en más de medio siglo, los presidentes de Estados Unidos y de Cuba se reunieron formalmente. Barack Obama y el presidente cubano, Raúl Castro, mantuvieron una reunión en el marco de la séptima Cumbre de las Américas, celebrada este año en la ciudad de Panamá. La participación de Cuba en estas cumbres había sido bloqueada por Estados Unidos desde que comenzaron a celebrarse en 1994. Este momento histórico, sin embargo, se produce con cierta tristeza: Eduardo Galeano, el gran escritor uruguayo que tanto hizo para explicar las relaciones profundamente desiguales entre América Latina y Estados Unidos y Europa, murió dos días después de la finalización de la cumbre.
El libro más conocido de Galeano es Las venas abiertas de América Latina: Cinco siglos de saqueo de un continente. Se publicó en 1971 y fue uno de los primeros en explicar el impacto de la dominación colonial del hemisferio a través de una amplia gama de acontecimientos históricos. El propio Galeano fue parte de muchos de esos acontecimientos fundamentales de la historia. Según contó, escribió el libro “en 90 noches plagadas de cafeína”, en las que trabajó para interconectar las historias que ya se habían contado antes por separado y en el lenguaje codificado de los historiadores, economistas o sociólogos. “Traté de escribir de una manera tal que pudiera ser leído y disfrutado por cualquier persona”, dijo.
Mientras los golpes de Estado promovidos por Estados Unidos en la región derrocaban a los gobiernos democráticos, el éxito del libro iba en aumento. Esto convirtió a Galeano en un blanco de las dictaduras militares. Fue encarcelado en Uruguay y tras su liberación comenzó una vida en el exilio. Se radicó en Argentina, donde fundó y editó una revista cultural llamada Crisis. Después del golpe militar respaldado por Estados Unidos en ese país en 1976, el nombre de Galeano se agregó a la lista de los condenados por los escuadrones de la muerte: “Finalmente me tuve que ir volando de Argentina también. No podía quedarme en Uruguay porque no me gusta estar en la cárcel y no me quedé en Argentina, no podía, porque no quería estar en un cementerio. Porque como dije antes, la muerte es muy aburrida” dijo Galeano a Democracy Now!.
Nuevamente voló, esta vez a España, donde comenzó a escribir su famosa trilogía Memorias del fuego, que reescribe la historia de América del Norte y del Sur: “Tenemos una memoria cortada en trozos y yo escribo intentando recuperar nuestra memoria real, la memoria de la humanidad. Lo que yo llamo ‘el arcoiris humano’, que es mucho más colorido y hermoso que el otro arcoiris. Pero el arcoiris humano había sido mutilado por el machismo, el racismo, el militarismo y un montón de otros ismos. Hemos estado matando de forma terrible nuestra grandeza, nuestra grandeza posible, nuestra belleza posible”.
Y ahora, una parte de esa historia, la que tiene como protagonistas a Estados Unidos y Cuba, está en proceso de reescritura. El presidente Obama ha enviado al Congreso un informe del Departamento de Estado que recomienda que Cuba sea eliminada de la lista oficial de países que patrocinan el terrorismo, confeccionada por el gobierno de Estados Unidos. El grupo pacifista CODEPINK aplaudió la medida, declarando en un comunicado: “La tristemente célebre lista de países terroristas de Estados Unidos incluye solamente otros tres países: Irán, Sudán y Siria, y curiosamente omite a Corea del Norte. Muchas personas en el mundo consideran una hipocresía de Estados Unidos señalar a Cuba y por otro lado hacer caso omiso del apoyo al terrorismo por parte de aliados de Estados Unidos como Arabia Saudita, Pakistán, Egipto e Israel, sobre todo porque Cuba es conocida por la exportación de médicos, músicos, maestros, artistas y bailarines… no de terroristas”.
Le consulté a un ex diplomático cubano, Carlos Alsugaray Treto, su opinión acerca de las críticas que recibió el presidente Obama por su propuesta de retirar a Cuba de la lista de países terroristas, especialmente de personas como el senador republicano y ahora candidato a la presidencia Marco Rubio, un cubano-estadounidense de Florida. Marco Rubio dijo: “La decisión tomada por la Casa Blanca hoy es terrible, pero lamentablemente no me toma por sorpresa. Cuba es un estado que auspicia el terrorismo. Alberga fugitivos de la justicia estadounidense, entre ellos una persona que mató a un policía en Nueva Jersey hace más de treinta años. Es también el país que está ayudando a Corea del Norte a evadir las sanciones de armamento impuestas por Naciones Unidas. Deberían haber permanecido en la lista de Estados patrocinadores del terrorismo y creo que esto envía un mensaje escalofriante a nuestros enemigos en el extranjero, de que esta Casa Blanca ya no se toma con seriedad el hecho de llamar al terrorismo por su nombre”.
El diplomático cubano Carlos Alzugaray respondió: “Bueno, en el primer lugar el señor Rubio no es cubano-americano. No nació en Cuba; es hijo de inmigrantes cubanos y no sabe nada de Cuba”. En segundo lugar dijo que Rubio “debería preocuparse por tener terroristas, un terrorista como Luis Posada Carriles, viviendo en Miami. Tiene al terrorismo muy cerca, en la propia Miami, a mucha menor distancia de su casa que los 145 kilómetros que separan a Cuba de la Florida. Y no se queja”. Luis Posada Carriles fue agente de la CIA y admitió haber sido el autor intelectual del atentado contra un avión de Cubana de Aviación en 1976, en el que murieron las 73 personas que iban a bordo. Venezuela ha procurado su extradición por mucho tiempo, pero el gobierno de Estados Unidos se niega a cumplir, permitiendo que Carriles camine libremente por las calles de Miami.
No obstante, el bloqueo estadounidense contra Cuba, una de las reliquias más perdurables y perjudiciales de la Guerra Fría, sigue vigente. Este pilar central de la política hostil de Estados Unidos hacia Cuba, que ya lleva medio siglo de duración, es cada vez menos popular aquí. El sector empresarial estadounidense está cansado de desaprovechar las oportunidades de las que gozan los inversionistas de Canadá, Europa, Japón y China. La Cámara de Comercio de Estados Unidos elogió la iniciativa del presidente Obama para normalizar las relaciones. Empresas como Facebook y Airbnb ya han desembarcado en Cuba y planifican expandirse tan pronto sea legal hacerlo. El asesor adjunto de Seguridad Nacional estadounidense, Ben Rhodes, dijo recientemente: “Nuestra política hacia Cuba, en lugar de aislar a Cuba, terminó por aislar a Estados Unidos de nuestro propio patio trasero”. Y el presidente Obama, al anunciar su intención de normalizar las relaciones con Cuba el pasado mes de diciembre, admitió: “Creo que podemos hacer más para apoyar al pueblo cubano y promover nuestros valores a través de compromisos. Después de todo, estos 50 años han demostrado que el aislamiento no funcionó. Es hora de un nuevo enfoque”.
La Cumbre de las Américas ha terminado y la trayectoria de las relaciones entre Estados Unidos y Cuba ha tomado un nuevo curso. En la primera cumbre a la que asistió Obama tras ser elegido presidente, en la de 2009, el fallecido presidente de Venezuela Hugo Chávez le entregó una copia de “Las venas abiertas”.
Eduardo Galeano dijo en Democracy Now!: “Fue una acción generosa y, de hecho, el libro se convirtió después de tantos años –casi cuarenta– en una especie de símbolo. Mi estilo ha cambiado mucho. Ahora escribo de una manera muy diferente, pero yo no estoy arrepentido de esa obra en absoluto, ni de una sola coma, ni de un solo punto. Y creo que puede ser un libro útil para entender que la riqueza y la pobreza están íntimamente conectadas, así como también la libertad y la esclavitud. No hay riqueza realmente inocente de causar pobreza y no hay libertades que no tengan algo que ver con la esclavitud. Así que traté de escribir el libro de una manera tal que pudiera ser leído y disfrutado por cualquier persona. Y es por eso que perdió el Premio Casa de las Américas, debido a que el jurado consideró que no era serio. En ese momento, los intelectuales de izquierda estaban seguros de que para ser serios, había que ser aburridos. Y el libro no era aburrido, por lo que no era lo suficientemente serio. Después, afortunadamente para mí, la dictadura militar consideró que era muy serio y lo mandó a la quema. Y esa fue mi mejor publicidad, mi mejor herramienta de mercado”.
Si aún no lo leyó, Obama debería leer el libro. Como dijo el escritor británico John Berger sobre Galeano: “Publicar a Eduardo Galeano es publicar al enemigo: el enemigo de la mentira, de la indiferencia y, sobre todo, del olvido. Gracias a él se recordarán nuestros crímenes. Su ternura es devastadora; su veracidad furibunda”.
Ojalá Eduardo Galeano descanse en paz. Probablemente, pocas cosas lo harían más feliz que el hecho de que el bloqueo a Cuba también sea enterrado.
Denis Moynihan colaboró en la producción periodística de esta columna.
© 2015 Amy Goodman
Traducción al español del texto en inglés: Inés Coira. Edición: María Eva Blotta y Democracy Now! en español, spanish@democracynow.org
Amy Goodman es la conductora de Democracy Now!, un noticiero internacional que se emite diariamente en más de 800 emisoras de radio y televisión en inglés y en más de 450 en español. Es co-autora del libro «Los que luchan contra el sistema: Héroes ordinarios en tiempos extraordinarios en Estados Unidos», editado por Le Monde Diplomatique Cono Sur.