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La segunda pérdida de Cuba
A los ciudadanos la política exterior española nos interesa lo justo, por eso está pasando relativamente desapercibida lo desastrosa que viene siendo la acción del Gobierno en el exterior
A los ciudadanos la política exterior española nos interesa lo justo (siempre que los gobernantes no nos metan en una guerra, claro), por eso está pasando relativamente desapercibida lo desastrosa que viene siendo la acción del Gobierno en el exterior. Y es curioso, porque el ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación, José Manuel García Margallo, es de los miembros del Ejecutivo mejor valorados, según el CIS (eso sí, en un Ejecutivo en el que nadie aprueba). Hay varios casos que demuestran lo absolutamente fallida y errática que está siendo la política exterior española llevada a cabo por el Gobierno de Mariano Rajoy.
Podemos citar la reciente demostración de impotencia diplomática en el rescate de tres montañeros españoles en Marruecos.
Podemos citar la tímida protesta, si es que se puede llamar protesta a esa reacción oficial del Gobierno de Rajoy, por el asesinato a manos del Ejército de Israel de un casco azul español en Líbano.
Podemos citar el descalabro de la ayuda a la cooperación internacional: España es el país de la OCDE que más la ha recortado en 2014 (un 20,3% menos de presupuesto en un año). De hecho, este Gobierno, tan amante de la jerga deportiva, ha situado a España en el último puesto de la liga de los países que más contribuyen a que el mundo sea mejor… ¿Recordáis aquel anhelo de destinar el 0,7% del PIB a ayuda al desarrollo? España dedica el 0,17%, y de hecho en 2014 sólo ejecutó el 0,14%. Más allá de la solidaridad necesaria y exigible, la ayuda al desarrollo también sirve a los intereses estratégicos del Estado que la envía, por eso cuando España deja de invertir en África, por ejemplo, pierde al mismo tiempo influencia en esa región del planeta.
Pero el suceso diplomático que mejor muestra hasta qué punto la política exterior española es un fracaso es lo sucedido en Cuba en los últimos meses. Todo el mundo sabe lo que supone Cuba en la historia de España.
“Ésta es la tierra más hermosa que ojos humanos hayan visto jamás”, dijo Colón al desembarcar en Cuba… con dinero español. Durante más de cuatro siglos Cuba fue España. Desde 1492, hasta el Tratado de París, en 1898, por el que la isla pasó a estar bajo tutela estadounidense.
Desde el siglo XV al XIX, más de cuatrocientos años de tensiones y violencia, pero también de intercambio cultural, de hermanamiento e identificación mutuas. Ninguna otra nación latinoamericana tiene tanto en común con España como Cuba.
Por encima de ideologías y bloques, España y Cuba siempre han mantenido una relación especial, estrecha, de familia. Pero el pasado 26 de noviembre el presidente de Cuba, Raúl Castro, plantó al ministro de Exteriores español, García-Margallo. Este hecho puede parecer menor… pero menos de un mes después el presidente de Estados Unidos anunciaba el fin del bloqueo a Cuba, tras una negociación que llevaba meses gestándose.
Creo que no hemos sido conscientes del enorme ridículo diplomático que ha hecho España en todo este proceso de acercamiento entre Estados Unidos y Cuba.
¿Qué dijo Margallo cuando el deshielo entre Washington y La Habana le pilló con el pie cambiado, en total fuera de juego diplomático? Algo que suena a disculpa: “El Gobierno español ha trabajado en el seno de la UE. Apostamos por este diálogo”.
En febrero, el expresidente Zapatero y el exministro de Exteriores Miguel Ángel Moratinos sí fueron recibidos por Raúl Castro y el diario oficial Granma habló de que en el “cordial encuentro [que duró dos horas y media] se abordaron temas de mutuo interés de la agenda regional e internacional, así como de las relaciones históricas que unen a ambas naciones”.
La España de Rajoy no sólo carece de influencia en Cuba, es que ni siquiera ha tenido constancia de la inminencia del deshielo en las negociaciones entre La Habana y Washington… Ni influencia, ni información…
¿Qué peso político internacional tiene la España de Rajoy, esa España tutelada por Merkel, ausente en África y ninguneada en Latinoamérica? No hace falta ni responder.
De caída en caída por el barranco de la ignorancia petulante, se estrella de ultimo con Venezuela. Se nota que ni siquiera leen los diarios. No pegan una. Con razón catalanes y vascos buscan como salvar la honra.
Otra cosa que ha quedado clara en la VII Cumbre de las Américas, es que España ya no pinta nada dentro de un continente que une vez fue uno y suyo…
http://neoclubpress.com/la-segunda-perdida-de-cuba-041436874.html
Un reciente editorial de El País[1] pedía en “el nuevo tablero geoestratégico que se está dibujando en la cumbre de Panamá (…) un esfuerzo por parte del Gobierno y del mundo económico españoles para no permitir que España quede relegada en un momento clave que definirá el futuro en Latinoamérica”. Lamento comunicarle al editorialista de ese panfleto al servicio del nacionalismo catalán, que eso ya no es posible.
Margallo es de lo mejor valorados (dentro del desastre de todo el ejecutivo no es ningún mérito) porque con los problemas internos que existen a nadie le importa nuestra ridícula presencia exterior. Pero este caballero, que viene también de la derecha más rancia, está dejando nuestro prestigio en latinoamérica por los suelos.
http://casaquerida.com/2015/04/14/huelgas-silenciadas/