Grecia se compromete a adoptar medidas en los próximos días para desbloquear la ayuda

BRUSELAS // El primer ministro griego, Alexis Tsipras, que convocó una reunión de urgencia con los grandes líderes europeos tras la cumbre europea de jefes de Estado y de Gobierno celebrada este jueves en Bruselas, ha asegurado de madrugada que se muestra «más optimista» de cara a cumplir con los puntos acordados en la última reunión del Eurogrupo del 20 de febrero y que Grecia presentará medidas en los próximos días para ser implantadas rápidamente.

Así, tras una «minicumbre» en la que sólo fueron invitados los mandatarios de Francia y Alemania, Francois Hollande y Angela Merkel –pese al malestar del resto de países–, el presidente de la Comisión Europea, Jean Claude Juncker, el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, el presidente del BCE, Mario Draghi y, en última instancia, el presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, parece claro que Grecia vuelve a tener un ‘penúltimatum’ sobre la mesa y que esta vez se ha comprometido a aceptar en los próximos días para tratar de desbloquear la ayuda.

Según fuentes diplomáticas, Grecia necesita una inyección de alrededor de 4.000 millones de euros en deuda a corto plazo en las próximas semanas, hecho que hasta este jueves se veía complicado de lograr si no se lograba rebajar la tensión existente.

Pese a que justo antes de la cita algunos líderes europeos y todas las instituciones quisieron restar importancia a la «minicumbre» organizada por el líder de Syriza, lo cierto es que se ha convertido en el punto caliente de la reunión de los líderes de los 28, teniendo en cuenta la fecha límite que se le impuso a Grecia (principios de abril) para cumplir los acuerdos sobre la prórroga del rescate y hacer frente a su falta de liquidez –los griegos obtuvieron cuatro meses adicionales para intentar completar la última revisión del programa de rescate establecido por la Troika–.

No obstante, tanto Merkel –que se reunirá con el propio Tsipras en Berlín el próximo lunes– como Hollande ya aseguraron a su llegada al Consejo Europeo que en dicha cita no habría avances y que las decisiones debían ser tomadas en el Eurogrupo. En este sentido, la canciller alemana señaló en rueda de prensa una vez acabó la reunión que «el dinero no va a ser entregado si no se garantizan las condiciones tomadas en el último Eurogrupo», alegando que “nada ha cambiado” desde el 20 de febrero.

«El punto de referencia debe ser el acuerdo alcanzado por el Eurogrupo», aseguró la canciller al tiempo que aseguraba que los ministros de Economía y Finanzas de los Estados miembros “están listos para un encuentro en cuanto sea necesario”. Por otra parte, Merkel lamentó el hecho de que estas prácticas no se hubieran llevado a cabo antes, pero mostró su satisfacción cuando explicó que el gobierno heleno se había «comprometido a proponer una lista de reformas específicas para ser implementadas rápidamente».

«Encuentro informal»

Por su parte, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, expresó su indiferencia ante este “encuentro informal” justo antes de entrar en la reunión del Partido Popular Europeo y aseguró que no le había molestado el no haber sido invitado. «Lo determinante es lo que diga el Eurogrupo que es donde se toman las decisiones por unanimidad», señaló.

Al respecto, el presidente del Parlamento Europeo, Martin Schulz, que se reunió también con los líderes europeos explicó en rueda de prensa que esperaba un «gesto» por parte del Gobierno heleno que ayudara a minimizar la tensión existente y poder llegar así a un acuerdo.

La cumbre, que ha tratado también los pasos hacia una futura unión energética y la prórroga de las sanciones a Rusia hasta que el tratado de Minsk se cumpla por completo –que incluye el alto el fuego completo e inmediato y la retirada de tropas en varios distritos de Donetsk y Lugansk (Ucrania)–, ha acabado por enfriar las relaciones entre Grecia y el resto de países a la espera de que de una vez por todas, los helenos pasen a la acción y cumplan con sus promesas.

Pese a ello, son muchos los que creen que Atenas no cumplirá con su palabra y que por tanto no recibirá el dinero, lo que puede llevar a una situación crítica que, aseguran los expertos, sería traumática tanto para Grecia como para la Eurozona.