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50 sombras de abuso
"'50 sombras de Grey' no habla de BDSM, sino de abuso y maltrato, de la clásica dominación de quien ocupa un lugar privilegiado en la jerarquía social", sostiene la autora
50 sombras de Grey no habla de BDSM. Trata de algo tan poco original como el amor romántico heterosexual en los tiempos del consumismo postindustrial. No estamos ante un juego de sumisión y dominación sensato, seguro y consensuado (prerrequisitos básicos de este tipo de prácticas eróticas) sino ante la clásica dominación de quien ocupa un lugar privilegiado en la jerarquía social: varón, blanco, heterosexual, joven, con alto poder adquisitivo…
E. L. James empezó a escribir esta historia basándose en los personajes de la saga Crepúsculo, a la que añadía un ligero toque picante. El resultado es una novela rosa clásica en la que pueden cambiar los actores y el escenario pero se mantienen los elementos fundamentales y dañinos del género. Antes de conocerte, mi vida no tenía sentido. Por ti iría al fin del mundo. Te amo tanto que voy a cambiar radicalmente. Te amo tanto que tienes que cambiar radicalmente.
Mujeres de todas las edades esperaban ansiosas el estreno de 50 sombras de Grey en la gran pantalla, cuya fecha se ha hecho coincidir con la noche previa a San Valentín. A pesar de la etiqueta comercial de porno para mamás, la saga ha calado también entre jóvenes. Esta misma semana conocíamos un espeluznante informe sobre igualdad según el cual un 33% de adolescentes en España está muy o algo de acuerdo con que «el hombre que parece agresivo es más atractivo».
Un termómetro del éxito de 50 sombras es la cantidad de noticias y productos que tratan de captar la fugaz atención del lector incluyendo referencias al título de moda. Como una ferretería de Inglaterra que, supuestamente, recomienda a su personal que lea la obra para familiarizarse con los usos eróticos de las cuerdas, la cinta aislante y las bridas. O ropa de bebé con la frase “soy el resultado de que mi mamá leyese 50 sombras de Grey” bordada en colores pastel. Incluso Álvaro Reyes, el “seductor científico” que acumula críticas por su apología del maltrato, imparte su próxima conferencia en Madrid bajo la promesa de que los chicos que acudan (previo paso por caja), podrán “dar un giro de 180º» a sus relaciones y lograr que “las mujeres tengan fantasías eróticas contigo como si fueras Christian Grey”.
El sexo vende y la promesa de atisbar sus dimensiones más ocultas y poco convencionales, más. La polémica y furor que ha despertado la obra de James parece borrar de un plumazo de la historia de la literatura títulos como La filosofía en el tocador de Sade, La Venus de las pieles de Sacher-Masoch, Historia de O de Pauline Réage o El rapto de Blancanieves, firmado bajo pseudónimo por Anne Rice (por ceñirnos únicamente al canon occidental).
¿La trilogía de 50 sombras ha popularizado el BDSM o más bien ha sabido interpretar los primeros signos de una tendencia para explotarla al máximo antes que nadie? (Es necesario repetirlo: este libro no habla de bondage, dominación, sumisión, sadomasoquismo.) Con la extensión de internet, las personas interesadas en estas prácticas han creado comunidades y existen desde hace años múltiples eventos públicos dedicados a las mismas. Sin ir más lejos, este sábado se celebra en Madrid la BiBo, una fiesta para practicar BDSM dirigida exclusivamente a mujeres y con un enfoque feminista que cuenta con más de cinco años de trayectoria.
A pesar de confundir el abuso y el maltrato con el romanticismo o con prácticas sexuales consensuadas, a pesar de que, comparada con James, Corín Tellado merezca el Cervantes, y a pesar de que su principal objetivo sea vender, me alegro de que se haya publicado 50 sombras de Grey. Suscribo la opinión de la historietista Erika Moen que, en su última viñeta, confiesa “como feminista defensora de una vivencia positiva de la sexualidad” que le parece muy bien que este libro esté haciendo feliz y poniendo cachondas a muchas mujeres. Confiemos en que la gente sepa distinguir entre una historia de ficción y la realidad.
Siempre se confunde o dicen que BDSM es maltrato. Se preguntan dónde puede haber placer. SSC es Seguro, Sensato y sobre todo CONSENSUADO. BDSM es algo más Bondage, Dominación, disciplina, Sadismo, sumisión y Masoquismo.
Parecerá increíble, pero dentro hay una sinceridad aplastante, pues es necesaria para confiar a ciegas en la otra persona, sinceridad por ambos lados, conocimiento de enfemedades, alergias y sobre todo amabas partes cuidan una de la otra. Autoestima siempre alta.
Está no solo la figura del Dominante y la del sumiso, ojo, hay otra llamada SWITCH
Podría seguir hablando, pero me limito a decir que somos personas sensibles, honradas y cuyo nivel cultural medio es de nivel alto.
El libro es sólo un pantallazo de esta tendencia sexual que ha resultado muy controvertida pero será mejor interpretada cuando la gente pueda abrir más su mente sino mientras tanto van a seguir pensando que es la historia del.multimillonario con la chica virgen cuando en realidad la historia va más alla allá.es fácil mirar mucho más difícil.es observar.
Bueno, tampoco obligan a nadie a leerse el libro o ver la película.
No, no obligan a nadie, pero es una pena que los adolescentes que todavía no tienen una conciencia formada den un salto atrás y sigan los modelos donde el machismo, el hombre rico y dominante siga siendo el prototipo.
Peor es Historia de O
Nora, cuando un adolescente viene preguntando sobre BDSM, se e informa, pero cuando dice quiero ser «Am@» o «»sumis@», es entonces cuando le decimos que tiene que experimentar y aprender muchas otras cosas. Además no solo es peligroso para ellos, sino que lo son para el resto, pues no saben lo que es tener limites y los tenemos, de echo se pactan límites.
La lectura es fácil: La basura cocainómana, putera, sadica y neoliberal que nos domina abusa de la sociedad con su consentimiento (o no). ¿O este libro/película habla de otra cosa? Ah, de liberación sexual, ya. No habíamos caido.
Pero el mayor problema que tienen las mumjeres hoy es no poder ser madres y vivir una familia cuando quieren o lo desean, en su momento, no cuando el dueño de Google lo permita (si tienen los óvulos congelados, claro. Sigamos hablando de minorías «marginadas»,pero que realmente tienen hoy el poder, Lagarde la dómine, Strauss-Kahn el dómine…mientras la Inmensa Mayoría es azotada…sin piedad alguna. porque nos acabará gustando.