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Matemática electoral: Ganemos
Un ejercicio matemático ante las posibles coaliciones y pactos en las próximas elecciones municipales
¡Pactos preelectorales, alianzas, coaliciones! ¿Renunciamos a los principios y peleamos por una cuota? ¿O es lo de la unidad de la izquierda? ¿Frente Popular.. o Frente Popular del Pueblo Judaico?
Estamos en época de negociaciones y pactos, y esto va a ser determinante para la evolución de la política municipal de los próximos cuatro años. Lamentablemente, los efectos reales de estos pactos suelen estar mal entendidos. Y para mayor complicación, este año tenemos la novedad, bastante relevante, de los Ganemos/Guanyem. Vamos a hacer un estudio de lo que implica una coalición electoral en términos de concejales y redondeos. Nos centraremos, por motivos que ahora mismo no vienen al caso, en las aspiraciones de Guanyem Benetússer.
Para tener unos datos con los que trabajar, ficticios pero no absolutamente descabellados, he consultado los datos de las dos últimas municipales y de las dos últimas europeas (usando esta herramienta), además de las tendencias de las encuestas, de acuerdo con esta gráfica. Para quien esté interesado en discutirme los datos (ficticios) con los que voy a trabajar, podéis querer saber que he realizado las siguientes suposiciones: (a) pese a que repitamos cada vez que tenemos ocasión que Guanyem/Ganemos no es sinónimo de Podemos, para este cálculo he supuesto que en este municipio se votará como si lo fuera; (b) he supuesto que la variación de votos entre dos elecciones europeas consecutivas estima la variación de voto de dos municipales consecutivas para la suma PP+PSOE; (c) igualmente, en aumento de votos, he supuesto que la variación entre europeas predicen la tendencia del aumento de voto para IU, Podemos, Compromís, y la suma UPyD+Ciudadanos en las municipales y (d) he supuesto que desde las últimas elecciones europeas la intención de voto ha evolucionado, en términos porcentuales, tal y como dicen las encuestas Lo menos arriesgado: por peculiaridades del pueblo, UPyD no se presenta, y Ciudadanos es fuerte, de forma que he sumado esos votos a la hora de calcular tendencias. Resumo e insisto: son datos ficticios, pero he rehecho los cálculos con otras suposiciones, y la lógica de cuántos concejales se pierden y ganan es la misma. Pasemos a verlo.
votos | partido | concejales |
1269 | PSOE | 3 |
1084 | PP | 3 |
810 | EUPV (IU) | 2 |
1690 | Guanyem Benetússer | 4 |
1174 | Ciudadanos | 3 |
779 | Compromís | 2 |
¿Nos creemos los detalles? No: son datos ficticios. ¿Qué sacamos en claro? Que este ayuntamiento, como muchos, va a quedar muy fraccionado: hay hasta 6 grupos políticos con buenas opciones de obtener un concejal. ¿Esto qué significaría, en términos de gobernabilidad? Supongamos que Guanyem Benetússer, que ya se ha reunido con los grupos locales de Izquierda Unida y de Compromís (además de con el círculo de Podemos, que, recordemos, no se presenta a las elecciones), se quiere entender con ellos tras las elecciones. Suman 8 concejales de los 17. Y llegan los lamentos: ¡al ir por separado, con el redondeo, cada formación puede perder casi hasta un concejal! ¡Qué no hubieran logrado acudiendo a las urnas en coalición! Sumemos los votos y veamos qué pasa en ese caso:
votos | partido | concejales |
1269 | PSOE | 3 |
1084 | PP | 2 |
3294 | Guanyem Benetússer+IU+C | 9 |
1174 | Ciudadanos | 3 |
¡Victoria! Con la coalición, se obtiene una mayoría por la mínima, y encima el concejal se lo quitamos al PP. Un momento… ¿pero todo el mundo ha votado a una coalición sin repensarse su voto? Vamos a suponer por un momento que hay una porción del electorado, digamos 150 de esos 3294, menos de un 5%, que es melindroso y que tiene reglas de «yo nunca votaría a» que resultan incompatibles con esa coalición, y que por tanto se abstiene. En este caso, el reparto de concejales queda así:
votos | partido | concejales |
1269 | PSOE | 3 |
1084 | PP | 3 |
3144 | Guanyem Benetússer+IU+C | 8 |
1174 | Ciudadanos | 3 |
¿Qué tenemos? Que estamos donde estábamos. ¿Es esto una predicción? No. Pero sí es una muestra de la repercusión típica de una coalición en un caso realista. He de decir que he rehecho la simulación con distintas suposiciones, y la conclusión siempre es muy similar: baila un concejal aquí y otro allá, pero la coalición a tres partidos típicamente sube el número de concejales en uno. Y eso es lo esperado, porque la forma de distribuir los concejales implica en términos matemáticos un redondeo al entero inferior, esto es, que cada partido con más de medio concejal pierde, en promedio, medio concejal, o, más propiamente, no aprovecha un número de votos equivalente a la mitad de lo que cuesta un concejal. Así, un único partido o coalición pierde medio concejal mientras que tres partidos por separado pierden un concejal y medio: la diferencia esperada entre ir juntos o ir por separado es un concejal. Por otro lado, si esa coalición rechina a un 10% del electorado, el efecto esperado estadísticamente es que se pierda ese concejal, al menos en estas elecciones y para un pueblo de este tamaño Algo muy distinto serán las generales, donde el tamaño de la circunscripción desbarata todos estos cálculos, favoreciendo, como veremos cuando llegue el momento, el bi- o el tri-partidismo.
Mi conclusión para estas municipales es que las coaliciones habrá que hacerlas o no, pero no con la ilusión de que eso le de un vuelco al resultado. Si la coincidencia entre los programas es muy grande, si las bases están apasionadas por la idea, si se encuentran sinergias en los meses de (pre)campaña y se prevén sinergias durante los siguientes años, adelante. Si va a dar más problemas que alegrías, (casi) lo mismo va a dar encontrarse y pactar tras las elecciones… siempre fijándose en el programa, programa, programa. Una conclusión más general es que los conocimientos básicos de matemáticas vienen bien en las áreas más insospechadas de la vida.
El análisis matemático obvía la centralidad del discurso de los Guamyem, que cobran fuerza en dicha realidad cooperativa. Ese discurso no es otro que la necesidad de unidad ante la situación de emergencia. El reconocimiento de la emergencia infiere la unidad, y por tanto la cooperación de todos entorno a un nuevo proceso los Guamyen. Construyéndose un sujeto, que aún teniendo la fórmula jurídica de coalición o partido, es un nuevo orgánico que recoge todas las energías organizadas o no.
De tal forma que la esencia, el núcleo del ADN que conforma los GUAMYEN, son el reconocimiento de la anteposición de lo común y unitario, ante la emergencia social. Dicho discurso compartido en una nueva realidad(Guamyen), sólo puede abrir sinergias políticas que superan no ya al redondeo de la suma, sino que van más allá del incremento aritmético. Esa es la fuerza política de los GUAMYEN, no son suma van más allá de la aritmética.
Llevas mucha razón, Cayetano, aunque ese efecto sea más difícil de cuantificar. En mi análisis he recogido el contrario, que también es real, el «yo si van con XX no les voto». Creo que dependiendo del municipio, de las historias y de las personas implicadas, pesarán más o menos esas reticencias, comparadas con la ilusión de construir un nuevo sujeto.
Para lo que pretendían servir estas cuentas es para cuantificar lo cuantificable, para dar datos que rebatan el discurso de lo falsamente práctico: «si pactamos después de las urnas perdemos concejales, así que hay que unirse como sea». Creo que hay que ir juntos por los motivos correctos y de la forma correcta, algo que normalmente es lento pero que vale la pena.
No puedo quitarte razón, discutir lo correcto es siempre incorrecto.
Pero ¿que es lo correcto?, en núcleos urbanos que superan las historias de encuentros o desencuentros personales o familiares, la sinergía política que implica el reconocimiento de la emergencia al tomar cuerpo en la unidad, es indudable y supera los aritmético.
Hablar de emergencia con posiciones comunes, pero desde distintos foros en competencia es incongruente y desacredita el diagnóstico de emergencia o la prioridad de la misma, y con ella la credibilidad de las propuestas.
Y esto mismo, servirá aún cuando existan reticencias y roces, por qué su superación en nuevo orgánico es por priorizar el reconocimiento de la emergencia, que deberá en dichos sitios ser aún mayor y traducirse.
Ir juntos y revueltos en un nuevo orgánico,donde más dificultades existan, con propuestas comunes compartidas, aportándose identidades colectivas y personales, será indudablemente por priorizar más y reconocer más la emergencia.
Es una ecuación con diversas variables: emergencia, propuestas comunes, reticencias o roces (historias), y coeficiente de prioridad. Como ves, matemáticamente se puede explicar, y en dicha ecuación surgirá siempre un orgánico nuevo, si el coeficiente (monomio o numero) que es la prioridad se coloca a la emergencia.
Indudablemente si lo colocamos a la reticiencia o roces, por encima de la emergencia que pone en valor al programa, mejor esperar una intersección que mientras no reconozca dicha prioridad no se producirá ni antes, ni durante, ni después.
La Sinergía de Guamyen o de Ganemos ahora en Madrid, son la coherencia de dicha prioridad, parece que en Sevilla se abre paso también la posición de Barcelona(a la espera de lo que haga podemos).
En cualquier caso, ambos abogamos por la unidad de un nuevo orgánico, y compartimos que para distraernos en disputas mejor cada uno vaya por su lado.
La diferencia se establece sólo en el valor que se le concede a la urgencia o emergencia.
Pero en cualquier caso, dicho valor no depende de nosotros, y probablemente si dependiera compartiriamos la extensión de un orgánico sinérgico en todos lados.
Un saludo.
Muy bueno el análisis. A pesar de las limitaciones evidentes, las aproximaciones elegidas son razonables y el resultado por lo tanto, plausible. Además, la forma detallada de explicar la metodología usada invita a aventurarse a reproducir el mismo análisis para otros municipios. Ayer estuve en una primera puesta en común publica de Compromis, EUPV, ERPV y Podemos; en el futurible Guanyem Catarroja. Buen ambiente, cordialidad, diferentes fuerzas que comparten el 95% de su programa. Y la idea más que razonable entre la mayor parte de los asistentes de que ahora es el momento, de que sería una falta de responsabilidad volver a perder el tren. Pero por desgracia, demasiada tensión no resuelta entre las diferentes fuerzas políticas presentes. Y un choque entre la forma de materializarlo, de llevarlo a cabo.
¡Gracias, Cristóbal! Es cierto que hay mucha ilusión, pero también un reto muy alto. Personalmente, veo inevitable que algunas cosas salgan bien este año (el vuelco electoral está ahí), y a la vez veo que lo que muchos querríamos -que va mucho más allá de lo electoral- seguirá siendo inalcanzable, e incluso algunas victorias muy necesarias seguirán quedando muy lejos. Hay que tejer con los mimbres que tenemos, que dicen algunos.
Creo que es el momento para trabajar mucho, para hacer las cosas muy bien, y para tener una amplia perspectiva y ser generosos.