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Pablo Iglesias y Canal Sur
"A veces pasa que no hay buenos ni malos en una historia, pasa que la suma de dos verdades conforma un follón difícil de desenmarañar", señala el autor
A veces pasa que no hay buenos ni malos en una historia. Pasa que no hay forma de encontrar una verdad irrefutable ni de demostrar una mentira. A veces pasa que la suma de dos verdades conforma un follón difícil de desenmarañar. Los hechos en torno a la polémica entre Pablo Iglesias y Canal Sur es uno de estos casos.
“Tenemos la entrevista acordada desde hace una semana y resulta que ayer nos llaman de Canal Sur y nos dicen: entrevista cancelada. Y nos dicen algunos amigos trabajadores de Canal Sur que el problema es que la jefa, Doña Susana, se había enterado. Telefonazo: no se entrevista en mi televisión al Coletas. ¿Cuál es la diferencia con la TVE de Rajoy que nos organiza encerronas? ¿Cuál es la diferencia con la Telemadrid de Esperanza Aguirre?”. Era Pablo Iglesias el pasado sábado 17 de enero en su primer mitin en Sevilla como secretario general de Podemos.
La acusación de Pablo Iglesias contra Canal Sur dejó daños entre mucha gente del entorno. Trabajadores que entendieron que sí se le retiró el micrófono al líder de Podemos o al menos no se le facilitó. Y trabajadores que entendieron que Pablo Iglesias acusó sin motivos y sin medir consecuencias el pasado sábado a la cadena pública. El Sindicato de Periodistas de Andalucía sufría tensiones internas que acababan en un comunicado exigiendo una rectificación ante lo que consideraban una mentira injustificable del líder de Podemos.
Hechos contados de primera mano. Preguntado por quien escribe, el equipo de comunicación de Podemos asegura que Canal Sur se mostró interesado en la entrevista con el líder de Podemos. Un profesional de Canal Sur les habría dado luz verde a la posibilidad de que Pablo Iglesias entrara en directo durante el informativo del sábado posterior al mitin. Horas antes, la comunicación con el profesional de Canal Sur se habría roto repentinamente. No había nadie al otro lado de la línea. No hay pruebas “porque estas cosas no se hacen con un burofax, se negocian por teléfono”. Muestran como único documento escrito una conversación vía whatsapp en la que el jueves (dos días antes) se habla de cómo cuadrar la agenda y se indica cómo llegar hasta los estudios que Canal Sur tiene a las afueras de Sevilla.
Preguntada la otra parte por quien escribe, el profesional de Canal Sur asegura no entender nada de lo sucedido. “No se cancela ninguna entrevista porque no había ninguna entrevista cerrada. Les pedimos tener a Pablo Iglesias para el viernes, que es el día que tenemos un programa de entrevistas, y nos dicen que no puede ser. En lugar de Pablo Iglesias viene Sergio Pascual (secretario de organización de Podemos). Y ahí se queda todo. El whatsapp que hacen público es del jueves y entiendo que es de la preparación de la entrevista que se le hace el viernes a Sergio Pascual. No soy malpensado, no creo que haya mala intención por parte de Podemos. Entiendo que se trata de un error de entendimiento”.
Pablo Iglesias sufrió el pasado sábado el mal del mitinero. Ese mal que hace que de tu boca salga un discurso similar en las formas, milites en un partido o en otro. Pablo llegó a Sevilla. Qué duende tienen los andaluces, cómo se respira aquí el arte. ¿Tú también, Pablo? El mal del mitinero lo llevó a cometer el error de acusar de veto, con el peso que tiene ese concepto, a la misma cadena a la que dos meses atrás Íñigo Errejón agradecía el gesto de pluralismo y salud democrática de haberle invitado. Es muy arriesgado denunciar veto en una cadena que ha contado, gracias a la presión de sus trabajadores, según unos, por naturalidad democrática, según otros, en varias ocasiones con miembros de Podemos.
El error de los jefes de Canal Sur fue usar como escudo humano a los trabajadores de la cadena ante el ataque que Pablo Iglesias dirigía contra las alturas del PSOE. Síndrome de Estocolmo en el mejor de los casos. Otro error de Canal Sur es que tiene pasado. Décadas de pasado. Toneladas de pasado. Y tiene trabajadores a los que no les cabe duda, porque lo sufren cada día, de que la cadena pública tiene un dueño que todos, también los que no somos trabajadores de la casa, conocemos.
Aunque Canal Sur tenga un dueño, no parece que hubiera veto el pasado sábado a Pablo Iglesias. Todo apunta a algo mucho menos dramático: por formato y tiempo no se consiguió cerrar una entrevista que teóricamente ambas partes querían. ¿Llegará un tiempo en el que no tengamos que sospechar de las muy reales sombras que recorren los despachos de las cadenas públicas? ¿Llegará el momento en el que quienes quieren un nuevo tiempo político se tatúen en la piel que las formas de hacerlo también hay que cambiarlas?
Un artículo que demuestra una vez más el ojo crítico e imparcial de Gerardo. Te admiro profundamente.
¿Y las pruebas de quién es ese dueño? ¿Quién puede demostrar que se ha llamado para imponer un veto, o que la cadena sigue unas determinadas directrices de un partido político? ¿Alguien tiene pruebas fehacientes o es todo charla de bar?
Los andaluces tenemos un duende y los que recurren al tópico «mu» mal ángel…
Esta es la uva número 13 de la pasada Noche Vieja. Se están luciendo.
Lo deja claro CGT-RTVA http://www.cgtrtva.es/comunicados/2015/2015-01-20_podemos.html
Una buena explicación que invita a la prudencia.
Hay una cosa que no me termina de quedar clara: ¿De dónde se sacó eso de la llamada telefónica de Doña Susana citando incluso la frase en concreto «No se entrevista en mi televisión al coletas»? Con esta certeza demostraba el veto que denunciaba. Si no la hubiera citado así yo podría creer perfectamente que se trata de un simple malentendido, pero al citarla tan tajante me cuesta más trabajo. Y bueno como andaluza debo añadir que todos tenemos un duende que nos dan de nacimiento, que vive bajo nuestras camas, y al que alimentamos cada noche o nos gruñe.
Buen articulo. Es una pena que se cumpla aquello de «En una guerra, la verdad es la primera victima». Sinceramente no se le puede pedir peras al olmo. En politica es muy facil y muy productivo los golpes de efecto, los chistes, el marketing, en serio se puede cambiar eso? Seguimos votando por lo bien que nos cae (o lo mal que nos caen los otros). Yo no creo que haya que pedir imposibles, y quitarles a los politicos esa dimension mistica de salvadores y santos, y exigirles cada vez mas, que hay cosas que no queremos y no vamos a permitir. Mas transparencia, que nos digan, mirad si no entramos en esta guerra USA nos cruje, por mucho que creamos en la libertad, esto nos va a costar tanto en negociaciones. Veremos algunas vez esa relacion honesta politicos-sociedad?? Lo dudo, pero debemos aspirar a ello.