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Llega la inversión extranjera, ¿llega la recuperación?

Esta semana se ha celebrado en Madrid la V edición del Spain Investors Day, con discursos de empresarios que dan por terminada la crisis

Pedro Ramiro* // “La economía española se está recuperando, el desempleo se reduce, vuelve la inversión y las exportaciones siguen creciendo”. El martes pasado, el director de la Oficina Económica del Presidente del Gobierno inauguraba la V edición del Spain Investors Day con un discurso con el que daba por terminada la crisis: “España es una historia de éxito –decía Álvaro Nadal– y se debe a la receta española para el crecimiento basada en la estabilidad macroeconómica, en las reformas estructurales y en ganar competitividad”.

Organizado por la consultora Estudio de Comunicación y patrocinado por BNP Paribas, Grant Thornton, AON, Cecabank, Prisa y el ICEX, el Spain Investors Day es un foro en el que las grandes corporaciones españolas se reúnen con 200 fondos internacionales para concretar estrategias de inversión. En sintonía con el discurso de la marca España, que nos habla de que hay que mejorar la imagen-país en el extranjero cuando de lo que se trata es de construir un relato de “la salida de la crisis” que está dirigido al consumo interno, el presidente de este encuentro empresarial, Blas Calzada, lo define como “una ocasión única para impulsar internacionalmente la imagen de las empresas españolas”. En la misma línea, el gobierno español apuesta por lo que, según asegura la organización del evento, “se ha convertido en una plataforma única para que las grandes compañías den a conocer su realidad, dinamicen las inversiones de los grandes grupos internacionales y, en definitiva, impulse la actividad económica de España en el mundo”.

“Hay que convertir la crisis en oportunidades”, reza uno de los mantras más repetidos desde el estallido del crash global. Y eso es justamente lo que están haciendo los grandes inversores y fondos de inversión extranjeros: aprovechar el desplome de la cotización bursátil de numerosas empresas españolas para invertir en ellas, especialmente en los sectores de las finanzas y la construcción. Multimillonarios como Carlos Slim, George Soros, Warren Buffett y Bill Gates ya han invertido más de 3.000 millones de euros en diferentes compañías españolas en los últimos años. “España tiene atractivo, se ha convertido en un mundo de oportunidades”, afirmaba el consejero delegado de FCC tras la adquisición del 6% de las acciones de esta empresa por parte del fundador de Microsoft en octubre de 2013. Así, una operación especulativa del hombre más rico del mundo se transformaba, en el storytelling de la España-marca, en un argumento para promocionar la idea de que “los inversores están comenzando a volver” y, en palabras del ejecutivo de la constructora española, “representa una confirmación de la recuperación de la economía tanto a nivel de país como de empresa”.

Luego vinieron las compras de acciones del Santander, Iberdrola, FCC, Endesa y Bankia por parte de Soros; la adquisición de títulos de Caixabank, Prisa y también FCC —empresa de la que ya es el máximo accionista— a cargo de Slim; la compra de terrenos y bienes inmuebles por una sociedad domiciliada en Madrid cuyo propietario es Buffett. Y para el futuro, junto a la llegada de más fondos soberanos y corporaciones translatinas, se prometen nuevas inversiones que, al igual que las anteriores, no parece que vayan a servir para la tan citada “recuperación”: “Observamos que multinacionales empiezan a invertir en Canarias para poder trabajar con países africanos, empresas mineras se han centrado en las islas porque creen que es la plataforma más interesante para operar con África”, aseguraba el secretario de Estado de Comercio, Jaime García-Legaz, en el Spain Investors Day.

El caso es que mientras Gates —cuya cartera de inversiones incluye participaciones en Coca-Cola, McDonald’s, Exxon Mobil, Wal-Mart y muchas otras corporaciones— ya había obtenido una plusvalía de 16 millones de euros solo en su primer día de accionista de FCC, no hay ninguna noticia sobre las repercusiones positivas de todos estos movimientos financieros para la ciudadanía de a pie. “España ha vuelto”, declara el alto comisionado para la marca España: “Las empresas invierten cuando hay certeza. Y desde la primavera de 2013 ésta ha regresado, lo dicen los bancos de inversión, principalmente estadounidenses”. Sin embargo, la razón de que los grandes capitalistas estén viniendo a adquirir títulos de propiedad por estas tierras no se encuentra en la mejora de la imagen de marca-país ni en que “la economía española se está recuperando”, sino en que —como titulaba El País la noticia de la entrada de Bill Gates en el accionariado de FCC— los inversores buscan gangas en España. Simplemente, los procesos de “reestructuración bancaria” y “saneamiento inmobiliario” les han preparado el terreno a los fondos buitre y a los grandes inversores extranjeros —también a españoles como el dueño de Inditex, Amancio Ortega— que buscan obtener la máxima rentabilidad con el excedente de capital acumulado.

En realidad, la inmensa mayoría de estas inversiones no tiene nada que ver con la mejora del tejido productivo ni con la creación de empleo; esto se llama, lisa y llanamente, especulación. Como en la América Latina de “la larga noche neoliberal”, cuando las reformas del Consenso de Washington obligaron a los países de la región a abrir sus economías al capital transnacional con la promesa de que así se alcanzaría el bienestar para la mayoría de la población, las instituciones que nos gobiernan hoy nos aseguran que la atracción de inversión extranjera va a ser uno de los motores para “salir de la crisis” y continuar con esa “historia de éxito”. Pero seguir apostando por la lógica de la especulación financiera y de la acumulación de capital, tal y como nos lo demuestra el ejemplo latinoamericano en las tres últimas décadas, sólo sirve para sostener el “progreso” de esa reducida minoría que controla la propiedad y la gestión de las grandes compañías.

 

* Pedro Ramiro (@pramiro_) es coordinador del Observatorio de Multinacionales en América Latina (OMAL)Paz con Dignidad

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Comentarios
  1. Engaño tras engaño y lxs televidentes y lectorxs de la prensa «dependiente» y conservadora creyendo todavía en los Reyes Magos del neoliberalismo económico.

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