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Sangre en las vías

"El incidente del día 2 de enero que resultó con la trágica muerte de un policía nacional fue a raíz de esas redadas que se han convertido en rutina en el centro de Madrid", denuncia el autor

Ben Zahra // La Ley de Extranjería de este querido país arroja a dos ciudadanos a las vías del Metro de Embajadores. El primero estaba cumpliendo con su deber como funcionario y el segundo como un simple aspirante a ser ciudadano libre que no pudo tener en la tierra que lo excomulgó.

El incidente del día 2 de enero que resultó con la trágica y dolorosa muerte de un policía nacional fue a raíz de esas redadas que se han convertido en rutina en el centro de Madrid. Esas redadas de la vergüenza se practican con total inmunidad y en plena luz del día es el holocausto del siglo XXI que se desarrolla en un país que se autoproclama democrático, y que tiene de democracia lo mismo que tiene el señor Fernández Díaz de coherencia y honradez, y lo mismo que tiene su ley llamada Ley de Seguridad Ciudadana, cuyo único objetivo es plantar el miedo y crear un estado de terror para dominar al pueblo como si de la Edad Media se tratase.

Según cuenta una testigo que vio lo ocurrido, el policía se acercó al individuo y le pidió la documentación, y éste le preguntó por qué no se lo pedía a la chica que estaba justo a su lado. Después de esa discusión tan absurda y surrealista como injusta, los dos acabaron agarrándose de la ropa y cayéndose en las vías a escasos segundos de la llegada del tren.

Lo que pasó fue una metáfora que refleja solemnemente el objetivo de la política del miedo que ejerce el Gobierno para saciar sus antojos fascistas. ¿Qué otra manera más brillante se le hubiera ocurrido a un gobierno que sigue esnifando el polvo mágico de las últimas partículas del franquismo para establecer un estado de derecho y el bienestar del pueblo?

Después de la desgracia, los medios de comunicación sacaron sus colmillos para chupar la sangre derramada en el metro usándola como tinta para redactar sus necedades en forma de titulares nauseabundos alarmando a los ciudadanos de la amenaza de los inmigrantes. Empezaron a hablar de los antecedentes penales como si el objetivo de las redadas fuera buscar a delincuentes y no humillar a ciudadanos libres que sólo tienen un color que no coincide con el de los que estaban en el mismo anden. En vez de decir que se trataba de una persona harta de ser identificada y maltratada a diario en las calles por el color de su piel y que en una situación muy desesperada decidió acabar con su vida y arrastrar a otra que encontró en el camino injustamente.

Si realmente el objetivo de las redadas fuera buscar a delincuentes de verdad, la tasa de la delincuencia habría bajado considerablemente en España, pero no es el caso, porque ser extranjero en España se convirtió en ser delincuente y su modus operandi es el color.

No pretendo justificar la muerte del policía, ni minimizar la tragedia, sino invitar a reflexionar sobre un hecho del que algunos medios y sobre todo los mimados por las nefastas instituciones políticas empiezan a sacarle jugo para desviar la atención y al mismo tiempo justificar las atrocidades cometidas diariamente cuyas víctimas son inocentes y merecen ser tratadps con dignidad.

Y de sobra saben que los auténticos delincuentes van en coches oficiales y no en Metro.

De sobra saben que los que realmente deben ocupar celdas en los Centros de Internamiento son los que están saqueando y horrorizando al país, los que exhiben sus bolsos de Gucci y sus trajes hechos a medida con toda la desfachatez del mundo riéndose en la cara de todos los contribuyentes. Esos sí que son delincuentes.

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Comentarios
  1. Que los CIEs son alegales por no decir ilegales y fuera de la Constitución, sí. Que existe una politica migratoria racista o mejor dicho clasista, que margina a los inmigrantes de paises más pobres, sí. Que el comportamiento de algunos policías y de muchas personas en esta sociedad es claramente racista, sí. Pero justificar una agresión que acaba con una muerte-homicidio, porque le hayan pedido la documentación muchas veces…, creo que la violencia no se justifica de ningún modo, cometa los actos violentos quien los cometa, tenga el color de piel que tenga.

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