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Mi experiencia en una ONG
Si tienes ganas de participar en una ONG, y más si vas a entrar como voluntario/a, infórmate antes de todo cuanto se mueve
Marina Arnes // Quería aprovechar este pequeño espacio público para hablar de lo que venimos conociendo como ONGs, asociaciones, instituciones… todas ellas subvencionadas por fondos propios dicen, en la mayoría de los casos, conseguidos de las aportaciones de tantos y tantos socios/as que colaboran con su pequeña donación a conseguir que el mundo vaya un poco mejor, y porqué no a limpiar también sus propias conciencias. Una manera de ayudar, en estos tiempos donde las cosas no parecen pintar nada bien.
Aparentemente tienen una imagen intachable, especialmente aquellas grandes organizaciones que a lo largo del mundo y por su trayectoria histórica se han ido haciendo cada vez más importantes. Tanto, que son muy pocos quienes se plantean cómo funcionan por dentro, llegando incluso a colaborar con ellas o prefieren hacer oídos sordos, porque lo que cuenta al final es el resultado de una ayuda. Todo aunque la ayuda rara vez vaya a ser medida por valores cualitativos desde la propia institución, y por el contrario, desgraciadamente como todo en esta vida últimamente, solo se medirá de manera cuantitativa, cuando estamos hablando de ayudas a personas en situaciones de grave riesgo de exclusión social, pobreza, desastres naturales… Y es que, pese a quien le pese, con ciertas instituciones deberíamos de replantearnos el término “Organización no gubernamental” y valorar si lo que vienen realizando al fin de cuentas no está tan lejos de lo que unos y otros ya venimos conociendo con el término tan sencillo como complejo de empresa, empresas encubiertas desde luego, pero en su interior funcionando sin duda como tal.
Su funcionamiento es básico, mano de obra barata: mediante el voluntariado, el mismo puede llegar a formar el 80 o 90% de la misma. Personas que dedican parte de su tiempo a dar lo mejor de si mismas, a formarse, a colaborar e implicarse en situaciones a las que muchas veces no saben como responder, pues en la mayoría de los casos no son profesionales de ese ámbito. A ellas se les exige compromisos, dedicación, y creencia en aquello en lo que participen, a cambio, han tenido la suerte de formar parte de grandes equipos multidisciplinares, y coger experiencia, algo que en esta década parece que se valora con gran ahínco, pues trabajo más bien poco, ahora llama a una puerta solicitando ser voluntario que te abrirán hasta las ventanas. Lo peor de todo, es que entre medias, un 10 o 20% lo forman técnicos/as, personas cualificadas para los puestos ofrecidos, y a las que su crecimiento profesional, se les va a dejar menguado, hasta que comprendan claramente que su función en estas empresas es única y exclusivamente la de dar apoyo a un voluntariado, que repito no siempre es experto en materia. De esa manera los puestos de trabajo quedan plenamente reducidos, la satisfacción profesional rebajada hasta el punto más mínimo, y todo ello llevado nuevamente por otro tipo de voluntarios que se consideran propietarios de estos lugares, cuando han sido elegidos por los propios compañeros y socios que son junto con los técnicos quienes forman la Institución.
Como en todo últimamente, que parece que funciona cada cosa a la perfección, en cuanto hueles un poco, descubres la mierda, y si quieres limpiarla, ándate con ojo, porque antes te limpiará ella a ti: amiguismos, degradación de puestos de empleo, despidos, no renovaciones por no hacer indefinida a la gente, explotación de personas con buena fe, contratos indescriptibles sin funciones señaladas, asistencia en horario laboral o en tu compromiso a actos en los que no crees, o simplemente no consideras oportuno participar estando en los tiempos que corren…todo eso haga más o menos daño, se está moviendo hasta en los espacios que considerábamos se movían con buena fe.
Así que amigo/a, si tienes ganas de participar en un proyecto solidario sea de la índole que sea, y más si vas a entrar como voluntario/a, infórmate antes de todo cuanto se mueve, e implícate bien en esa vida institucional una vez que entres, que tu palabra se oiga, que tengas voz y voto, y todo se mueva con transparencia, si es así, adelante, si no, corta por lo sano, es tu tiempo, tu ilusión, tu motivación… que lo hagan ellos, que lo hagan quienes mueven los hilos de estas empresas, llamadas tristemente ONGs.
en las ONGs grandes confunden los términos, voluntario y trabajardor.
El voluntariado debe ser una actividad que no suponga una carga horaria excesiva a la persona que lo realiza y en algunas entidades eso no es así, se nutren de voluntarios para que realicen tareas con una excesiva responsabilidad y así evitan contratar a nuevas personas.
El Termino ONG no significa que el fin justifica los medios.
A quien quiera hacer voluntariado o colaborar con una entidad le propongo que investigue si son entidades éticas, si aquello que promulgan es lo que hacen a nivel interno tanto con sus trabajadores y trabajadoras, como con sus voluntarios y voluntarias.
En las grandes organizaciones no lucrativas es donde se dan más casos de acoso laboral, visibilizarlo es necesario para que cambie.
Hace ya un tiempo vengo planteándome en asociarme tanto económica como personalmente con alguna ONG, no lo he hecho ya debido a que no encuentro alguna en la cual «encajar», e incluso debido a mi situación personal, varias personas me han recomendado hacerlo, pero nunca me había planteado lo que has escrito. Esta versión de la realidad que se queda fuera por «accidente» y que también hay que tener muy en cuenta. Gracias por la información, la tendré muy en cuenta.
Muy de acuerdo con gran parte de esta crítica a la burocracia a la que se ve expuesta lo que denominamos como «ayuda sin recompensa». Efectivamente no son más que empresas encubiertas en el que el típico «sin ánimo de lucro» en realidad es una forma de engañar y ponerse un poquito de maquillaje; hablando generalmente de la ONG que conozco como voluntario y concretamente, de otras grandes ONGs. Asimismo me parece muy importante destacar las ONGs verdaderas ( a mi juicio) que son las pequeñas y por desgracia menos conocidas, en las que los voluntarios no se ven sometidos ante instituciones que ponen trabas, incluso a la hora de sacar un proyecto nuevo adelante; si no le entra por los ojos al burocrático de turno, simplemente, no se considera buena idea. No obstante, supongo que quizás porque no he olido de cerca toda esa «mierda», o no me ha caído ningún chaparrón encima, veo un mensaje demasiado pesimista. Yo sí animaría a entrar en una ONG, a formar parte de ella, y a tener la ilusión típica de intentar cambiar algo que no te gusta; ya sea una realidad social, o sea el organismo interno de la propia ONG. Ruedan cabezas al intentarlo; pero no desaparece la necesidad de cambio entre los que nos quedamos. Un saludo, y feliz año señorita Arnés!