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El discurso del increíble rey malabarista

Un análisis de los cuatro ejes en torno a los cuales giró el discurso del rey: corrupción, crisis, Cataluña y justificación del cargo

“Hay que cortar de raíz la corrupción”, decoraba las navideñas portadas de todos los medios de comunicación. El titular era el regalo que, en su primer discurso de Navidad, Felipe VI traía bajo el brazo, empaquetado y con un lacito para no ser acusado de racanería por no llevar a la cena referencia alguna a las corrupciones familiares. Un rey es un capricho caro que sirve para dar titulares, textos cortos, una máquina etiquetadora de ocho millones de euros al año más mantenimiento. Más allá del titular un rey no profundiza en argumentos. A un rey hay que interpretarlo.

La corrupción

No especificó Felipe, ni tampoco se han hecho la pregunta los grandes medios, si esas raíces de la corrupción de las que habla contradicen el diagnóstico oficial que, desde el Gobierno, desliza que la corrupción es un fenómeno meteorológico incontrolable, sólo combatible con paraguas. ¿Son esas raíces que ve el rey las mismas que señalan las tesis etarrabolivarianas, esas que sitúan el origen de la corrupción en la injerencia de los intereses privados en el gobierno de lo público? ¿Acaso el “no somos mercancía en manos de los mercados” que nació en el portal de las plazas se sentó la otra noche a cenar en la Zarzuela?

Es de suponer que el nuevo rey, traído por la marea de cambio que está llenando de nuevas caras las obsoletas instituciones, no tenga más remedio que apuntarse a la visión bolivariana de que la corrupción no puede ser combatida con paraguas sino con tijeras. Pero también es de suponer que cuando un rey habla de cortar raíces se refiere como mucho a vencer la pereza y, los domingos que haga bueno salir al jardín a quitar de en medio las malas yerbas más visibles, no a remangarse el traje de jardinero y agarrar la hoz para dejar limpio el patio, con lo que eso supone para la propia monarquía. Borbón, remangarse y hoz son términos que no casan.

La crisis

Tras despegar de una serie de datos macroeconómicos dictados por el Gobierno, Felipe giró e hizo aterrizar la parte del discurso centrada en la crisis y lo económico sobre una frase que, salida de boca de otros, haría saltar como un resorte la respuesta automática de vete a Cuba o a Venezuela: “La economía debe estar siempre al servicio de las personas”. Felipe XV-M introdujo en su análisis sobre la crisis conceptos “meteorológicos” como drama del paro o situaciones de incertidumbre en las familias, pero ni un solo concepto concreto y difícilmente achacable a la meteorología, como desahucio o cortes del servicio eléctrico, que señalarían directamente a los bancos o las eléctricas que le acompañan en viajes oficiales.

Cataluña

La noticia es que dijo Cataluña. Pudo haberse refugiado en la socorrida unidad de España, en las tensiones territoriales, etc. Pero, al contrario que Rajoy, que está tranquilo porque hay más catalanes que independentistas, Felipe quiso demostrar que en palacio tienen tele y que él sabe que con Cataluña hay un problema bastante jodido. Os queremos, no os vayáis, nos va a ir muy bien juntos, “los desencuentros no se resuelven con rupturas sentimentales, reencontrémonos en los afectos que compartimos”. All you need is love fue la receta del monarca cupido. Quizá llegue demasiado tarde. Quizá Felipe le hablaba ya a una carta de despedida más que a una pareja. Pero viniendo de los portazos de los que venimos hay que reconocerle el mérito: al menos le habló.

Justificación del cargo

En esta última parte del discurso, Felipe hizo de rey y tiró de manual monárquico: disolver entre verdades objetivas cuestiones más que discutibles, como la utilidad de su propio puesto de trabajo. España está en Europa; Europa está en el mundo, que es un lugar globalizado; el Sol sale por las mañana y lo blanco que sale luego por la noche se llama Luna; en el 1978 se aprobó una Constitución que hace que yo esté aquí sentado en 2014, lo pone en un papel, a mí no me miréis; y por último muchas gracias, porque ya he percibido que os habéis puesto todos muy contentos con que esto de la monarquía siga unos decenios más. Hasta el discurso que viene. Giro de cámara. Mete el himno. Vámonos a cenar.

Felipe de Borbón reina un país en el que a la Monarquía la sostienen las élites que nos han llevado a esta situación y en el que al mismo tiempo las encuestas sitúan a las exigencias de las plazas de aquel mayo como la primera fuerza en intención de voto. ¿Habéis visto alguna vez a un rey malabarista? Pues dicen que Felipe ensaya todas las mañanas con naranjas mientras desayuna.

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Comentarios
  1. Es el sumun discursivo del significante vacio de Laclau, de quien esta ya instalado en el Poder. Dicha coincidencia permitio el aplauso de quienes comparten significances vacios, tanto desde el campo sistemico como alternativo

  2. De un rey a otro se me da que no captaremos la diferencia y el sentido de la variación -si lo hubiera o hubiese- si no somos capaces de esclarecer a que sentido último y profundo obedece, o pudiera obedecer, que el el uno solucionaba sus apretones eróticos de baja estofa eligiéndolas de entre las manoseadas vedettes de los programas de variedades del sábado sabete en la la casta TVE y el otro, en la misma y fiel senda familiar, también recurriera a la TVE para solucionar similares problemas de modo asimismo similar. ¿Es esto realmente un avance? ¿Hay en esa reminiscencia ancestral de la dinastía algo mas que yo no veo? Todo esto me supera; espero que el acrisolado plantel de doctorandos en ciencias políticas de Podemos tomen mis angustias por suyas y acudan a su esclarecimiento. Entretanto a todos los mediáticos del tipo de sor Lucia, o la ínclita Tania, harán bien en no arreglarse demasiado para salir en la TV.

  3. Alguien esperaba que el rey denunciara la injusticia social que estamos vivendo los españoles ?.Esto de que un monarca se preucupe por su pueblo solo pasa en los cuentos del Disney . Este rey a demostrado estar en perfecta sintonia con las politicas del PPSOE . Ya pronto lo veremos de viajes oficiales a estos paises de las dictaduras Arabes rodeado de los los mas grandes empreserios españoles para hacer negocios con ellos y por supuesto llevandose la corona buenas comisiones por cada contrato firmado como hacia el rey padre . No hay un Borbon que sea bueno , ¡ viva la Republica ! . posdata : Le pido a Podemos que sean mas cañeros en sus criticas y no empiezen a bajarse los pantalones porque pueden acabar como el PSOE .

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