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Cambiar derechos por el azar de la lotería
El anuncio de la lotería funciona, claro que funciona: apela al auténtico motor de la clase obrera, la solidaridad entre iguales
MADRID// Un anuncio emotivo, solidario, nos saca la lágrima para inducirnos a comprar lotería y mitigar así la mermada situación económica de la clase obrera española. Objetivo cumplido. La lotería es el único impuesto indirecto que se paga con alegría, con ilusión y con la casi absoluta certeza de que se tornará en frustración. La lotería tiene mucho más éxito en época de crisis o miseria porque los trabajadores y obreros no ven otra solución por parte del Estado a su situación de pobreza. Es el único ámbito de la Administración que quizá les saque del barro. De nada sirve ir a hacer un curso de formación o sellar el paro con la esperanza de que te llamen de un trabajo. Loterías del Estado nos da la posibilidad de tener una nimia posibilidad de conseguir dignidad a cambio de un impuesto para pobres. El Estado proporciona a la clase obrera una manera de prosperar irreal, rápida y azarosa.
Una copla de 1959 gaditana explicaba cómo la lotería era la ilusión de los míseros:
“A las mujeres hoy en día se le han partido los frenos jugados rifas y finales y cupones de los ciegos. Algunas van en chancletas que no tienen que almorzar y llevan diez papeletas para la misma jugá. Cuando se acuestan de noche no pueden coger el sueño porque hasta los cobertones los tienen en la casa de empeño. Si saca la lotería yo te digo la verdad se llevan dos o tres días bebiendo vino y coñac”.
En el año 2013 una pareja en exclusión social fue noticia porque le tocó la lotería. Para comprar el décimo dejaron de comer y la suerte les dio la razón. A ver quién les dice que hicieron una tontería al cambiar comida por una probabilidad del 0,0001% de que les toque la lotería. El problema viene con los que no son noticia y dejan de comer un día por comprar ese décimo. La ilusión y la desesperación tienen mucha más fuerza que las matemáticas, de nada sirve apelar a la estadística para convencer a la clase trabajadora de que es mucho mejor para mejorar su estado ir a una manifestación que comprar un décimo de lotería. Esa es una afirmación rotunda. Pero no es buena forma de intentar cambiar las cosas criticar a los trabajadores que dejan todo su futuro al azar en lugar de exigir políticamente unas mejoras de sus condiciones. La emoción tiene un peso importante en la vida de las personas.
Es necesario apuntar a quien promueve esta situación, a quien juega con los sentimientos primarios de quien tiene unas necesidades materiales y de futuro y, tras despojarles de derechos y de la posibilidad de labrarse un futuro digno, les brinda la única posibilidad de mejorar su situación jugando con el azar y uno de los valores principales de la clase obrera, la solidaridad. Porque el anuncio de Loterías del Estado funciona, claro que funciona: apela al auténtico motor de la clase obrera, la solidaridad entre iguales, algo que resulta tremendamente insultante cuando viene de un sistema que durante años ha fomentado la individualización para desarticular la única herramienta que esta clase tiene para mejorar su vida, que es la lucha, la movilización. A pesar de todo, suerte, en la lotería y en la vida. Pero mejor si es acompañada de compromiso y lucha.
Las probabilidades suben si le que compra lotería Calos Fabra 🙂
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