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Mas-Junqueras, dos ‘hojas de ruta’ para no quedar en fuera de juego
Los líderes de CiU y ERC han expuesto ya sus propuestas para avanzar hacia la independencia. Alcanzar un acuerdo será clave para el adelanto electoral
BARCELONA // Concurrir con una lista unitaria del independentismo a las elecciones autonómicas anticipadas o presentarse con tres listas separadas bajo un paraguas común, una por cada ‘sensibilidad política’. Si se gana, abrir una negociación con las instituciones del Estado o ejercer como Estado independiente con un gobierno de concentración. Estrategias distintas en las hojas de ruta presentadas en sendas conferencias por el líder de CiU, Artur Mas, el 25 de noviembre; y por el presidente de ERC, Oriol Junqueras, el pasado martes. Proyectos distintos que dejan atrás la unidad exhibida durante la legislatura y fuerzan a una negociación que permita un acuerdo y concrete el avance electoral, pues, he dejado bien claro Mas, sólo adelantará los comicios si estos sirven “para hacer la consulta”. Y dos propuestas que, presentadas como proyectos para servir al procés, tienen muy en cuenta un factor: no quedar en fuera de juego en el nuevo tablero político.
El principal caballo de batalla es evidente: el president presiona para confeccionar una lista unitaria que evite el sorpasso de ERC y mitigue el desgaste de su partido –si bien lo presenta como una necesaria unidad que permita una lectura clara de los resultados a nivel internacional-, y Junqueras no quiere ni oír hablar de fundirse en los brazos de CiU y dejar escapar todos aquellos votos que, además de la independencia, prioricen el plano social; es decir, que la lista unitaria podría excluir a aquellos que quieran participar en la construcción de la independencia pero rechacen apoyar una lista con nombres de CiU.
El factor Podemos, que según las últimas encuestas irrumpiría como tercera fuerza en el Parlament, y la variable ‘regeneración’, que en los procesos electorales a partir de ahora tendrán un peso fundamental por la lacra de la corrupción, son otras de las razones que empujan a Junqueras a marcar perfil propio, aunque en los últimos dos años haya avalado las políticas de CiU sin levantar la voz sobre recortes y privatizaciones.
Las posiciones están fijadas en el tablero. Estas son las principales propuestas de cada uno sobre las que deberán acercar posiciones:
-Lista electoral
Artur Mas opta por una lista única del independentismo que integre a partidos y personalidades de la sociedad civil, así como a expertos que colaboren en la construcción de las estructuras de Estado. Los integrantes de esta candidatura renunciarían a volverse a presentar a las siguientes elecciones que, según el plan de Mas, se celebrarían un año y medio después.
Junqueras plantea que se configuren varias listas independentistas, que también se abrirían a la sociedad civil. Por ejemplo, una que integre al independentismo de centro-derecha liberal –donde estaría CiU-, otra a la socialdemocracia independentista –donde se ubicaría ERC-, y una tercera al independentismo de la izquierda alternativa –con la CUP y Procés Constituent, entre otros actores-. Las listas podrían llevar un término común en el nombre de la candidatura (por ejemplo ‘Ara es l’hora’), para evidenciar en los resultados el peso del independentismo, y se pactaría al menos un punto coincidente en el programa, en el que se incluya la independencia y la manera de llevarla a cabo. Además, propone que las fuerzas independentistas celebren algún acto de campaña conjunto.
-Acción de gobierno
El líder de CiU propone, en caso de que la lista unitaria resulte ganadora, comunicar a las instituciones del Estado, la Unión Europea y organismos internacionales “la intención de construir un nuevo Estado en Cataluña”; abrir negociaciones con el Gobierno central para acordar las condiciones; acabar de configurar estructuras de Estado como la Hacienda propia, así como el paquete legislativo; y preparar las bases de la nueva Constitución, con participación de la ciudadanía, que debería aprobarse en la siguiente legislatura.
Junqueras opta por conformar un gobierno de concentración entre todas las listas independentistas para, desde el primer momento, “intentar ejercer con plenitud la condición de Estado independiente”. El líder de ERC sostiene que la negociación con el Estado central se ha demostrado inviable y que, por lo tanto, el diálogo “sólo será posible cuando sea entre iguales”. Este gobierno de concentración desarrollaría las estructuras de Estado e impulsaría una “ley de transitoriedad jurídica”, que regularía el paso de la legalidad española a la legalidad catalana. También promovería un proceso constituyente, dando la voz a los ciudadanos.
–Segunda votación
La hoja de ruta presentada por Artur Mas contempla un periodo de trabajo de 18 meses –durante el cual se desconoce qué acción de gobierno se llevaría a cabo en todo aquello no relacionado con la independencia- antes de convocar unas nuevas elecciones, que esta vez serían de carácter “constituyente”, con cada uno de los partidos por separado. Con el nuevo parlamento constituido, se llevaría a cabo un referéndum para que la ciudadanía catalana ratificase la independencia.
En cambio, Junqueras mantiene que la independencia debe comenzar a ejercerse tras las primeras elecciones que, sostiene, ya ejercerían de consulta. Para el presidente de ERC, el referéndum posterior debe servir únicamente para que los catalanes ratifiquen la Constitución que regirá el nuevo Estado.
Disponibilidad para el acuerdo
En una entrevista realizada el pasado jueves en TV3, Oriol Junqueras se mostró convencido de que será posible llegar a “amplios acuerdos” sobre la hoja de ruta. Sin ellos, Mas, el único que como president tiene la potestad de convocar elecciones, no avanzara los comicios –ésta es una de sus principales bazas en la negociación-.
Ambos compiten por el electorado independentista, lo cual se refleja en sus declaraciones. Al defender la candidatura única, el líder de CiU puso toda la presión sobre ERC alegando que es hora de dejar atrás “los intereses personales y de partido”, y presentándose así como un servidor “del país” dispuesto a renunciar a toda gloria personal, a la vez que dejaba entrever que quien no secundase su propuesta lo haría por interés personal. Ante esto, Junqueras ha alegado que su propuesta es la que permite acaparar el mayor número de votos independentistas posibles (es decir, es la mejor para ‘el procés’), y ya avanza que durante la campaña electoral dejará a un lado la beligerancia hacia el resto de partidos independentistas: “¿No vieron la campaña de 2012? Llena de carantoñas y sensibilidad…”, expresó Junqueras en la cadena pública catalana.
Desde el lado convergente, el portavoz del Govern, Francesc Homs, mantuvo este viernes en una entrevista en el programa Els Matins de TV3 que “será fácil” que se acaben poniendo de acuerdo.
El resto del ‘bloque pro-consulta’, más afín al plan de ERC
Tanto ICV-EUiA como la CUP han expresado su preferencia, si bien con reservas, por la línea marcada por Junqueras. El diputado de la CUP Quim Arrufat valoró que la apuesta por la pluralidad de listas “es la mejor manera de acoger y recoger la pluralidad política y social”. “Es comprensible que haya gente que quiera avanzar hacia la independencia y que no quiera votar a partidos responsables de las políticas neoliberales”, apuntó Arrufat, en declaraciones recogidas por el diario Ara. Arrufat, sin embargo, expresó sus dudas sobre qué contenido tendría el gobierno de unidad conformado tras las elecciones.
Por su parte, ICV-EUiA celebró que la propuesta de Junqueras «tenga en cuenta el plano social». El secretario general de ICV, Josep Vendrell, señaló que la hoja de ruta del presidente de Esquerra “reconoce más la pluralidad de la sociedad catalana” que la de Artur Mas, y valoró positivamente que ERC no elimine en su propuesta el eje “izquierdas y derechas” y “corrupción sí, corrupción no”, como, a su juicio, sí hacía la del president.
En cambio, la Asamblea Nacional Catalana (ANC), un actor relevante por su capacidad de movilización entre el electorado independentista, opta por la lista unitaria y presiona a ERC para que se sume a ésta.
Un escenario incómodo para navegar entre dos aguas
Ante un formato de “elecciones plebiscitarias” inédito hasta ahora habrá que tener en cuenta que sólo los partidos independentistas las encararán como tales, mientras que el resto de formaciones lo hará como en unas elecciones al uso. En esta clara división no ya de programas, sino acerca de la esencia y función misma de los comicios, dos partidos pueden sufrir especialmente a nivel interno: aquellos en donde conviven independentistas y no independentistas. Lo hacen, además, de forma pública y notoria: En Unió, Duran i Lleida optó por el sí-no en el 9-N y la vicepresidenta del Govern, Joana Ortega, se decantó por el doble sí; y en ICV-EUiA, los dos coordinadores de la formación difirieron en su voto: Joan Herrera apoyo el sí-no y Dolors Camats, el sí-sí.
Si finalmente se concurre a las elecciones con listas separadas bajo un paraguas común independentista (la única fórmula en la que ICV-EUiA podría adherirse), ¿qué papel tomará la formación? ¿Sumarse a una de las listas independentistas abandonando definitivamente la apuesta por terceras vías? ¿O concurrir por separado sin que la parte independentista del partido sea contada como tal en los resultados? Sin duda un escenario nada cómodo que motivará un profundo debate interno. Previsiblemente, la duda la disipará Herrera el próximo 11 de diciembre, cuando pronunciará, como se está poniendo de moda en la política catalana, una conferencia sobre el proceso soberanista en el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona.