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Mas condiciona el adelanto electoral a una lista unitaria por la independencia
El 'president' propone una lista mixta entre partidos y sociedad civil, cuyos miembros no repetirían legislatura. En caso de ganar, ésta duraría un año y medio, cuando se construiría el nuevo Estado
BARCELONA // Hace semanas que se esperaba con expectación la comparecencia del president de la Generalitat, Artur Mas, este martes 25 de noviembre. Por aquellos entusiasmados con el denominado ‘procés’, en mayor medida, no en vano Mas debía explicar la hoja de ruta que tenía en mente después de la ‘consulta alternativa’ sobre la independencia de Cataluña celebrada el pasado 9 de noviembre. Y aunque no han quedado todas las dudas resueltas, el discurso de Mas ha arrojado luz sobre su estrategia, con un punto principal: adelantar las elecciones autonómicas únicamente si los partidos favorables a la independencia acuerdan una lista unitaria por el ‘sí’, con la aspiración de convertir los comicios en “la consulta definitiva” que viene apuntando. “Sólo avanzaré las elecciones si son para hacer la consulta, si son para cambiar el gobierno o modificar el Parlament no habrá adelanto”, ha confirmado Mas en una conferencia realizada en el Auditorio del Fórum de Barcelona bajo el título “Después del 9-N, tiempo de decidir, tiempo de sumar’, a la que han asistido más de 3.000 personas, entre entidades de la sociedad civil, representantes de varios partidos políticos y miembros del Govern.
La propuesta de Mas consiste en una lista electoral “amplia, transversal y fuerte” favorable a la independencia, con ese punto único en su programa, que sea capaz de obtener la mayoría absoluta con un resultado “nítido y claro”. “Todo el mundo debe saber qué ha votado el pueblo de Cataluña”, ha señalado. Esta lista debería estar compuesta por “personas representativas de la sociedad civil, profesionales expertos, y personas propuestas por los partidos políticos”, es decir, una “lista mixta”. Todos sus integrantes prometerían no repetir en la siguiente legislatura –“se presentarían una sola vez como un acto de servicio al país”, ha puntualizado Mas-. La legislatura que comenzase tras la constitución del nuevo Parlament sería corta, “máximo de un año y medio”, y en las siguientes elecciones los partidos “podrían volver a presentarse por separado”. La financiación de la campaña, ha propuesto Mas, quedaría al margen de los partidos que participasen de la lista, y se llevaría a cabo a través de una fundación creada para la ocasión.
Si esta lista obtuviese la mayoría absoluta, ha apuntado Mas, las funciones que debería llevar a cabo en esa corta legislatura serían las siguientes: comunicar a las instituciones del Estado, la Unión Europea y las instancias internacionales “la intención de constituir un nuevo Estado en Cataluña”; proponer la apertura de negociaciones para acordar las condiciones de la constitución del nuevo Estado; acabar de preparar “las estructuras de Estado” necesarias para constituirlo, así como el “paquete legislativo”; y comenzar un “proceso de participación de la ciudadanía y las entidades” durante esos 18 meses para “preparar las bases” para una futura Constitución catalana, que sería aprobada en la siguiente legislatura. Una vez finalizado ese año y medio de trabajo, se volverían a celebrar unas elecciones, “esas sí, constituyentes”, con cada partido por separado. Y con el nuevo Parlament constituido, llevar a cabo un referéndum definitivo para que la ciudadanía confirmase o no la constitución del nuevo Estado.
Mas, que no se ha mostrado contrario a que hubiese más de una lista a favor del sí, como por ejemplo la que previsiblemente constituiría la CUP con organizaciones como el Procés Constituent, ha reclamado a los partidos favorables al Estado propio que, de forma puntual y por un periodo corto, actúen con “generosidad”. “Hay momentos en que hay que difuminar un poco la ideología propia a cambio de hacer brillar los ideales. En Cataluña estamos en uno de estos momentos”. El ‘president’ de la Generalitat ha asegurado que en caso de que sea él quien encabece la lista unitaria –algo para lo cual está “a disposición”-, no repetiría como candidato en los próximos comicios. Además, se ha mostrado dispuesto tanto a encabezar la lista como a cerrarla. “Puedo ser el primero o ser el último”, ha sentenciado.
Otra de las dudas que planeaban sobre el contenido de la conferencia de Mas de este martes, era la posible fecha de unas elecciones anticipadas. Sobre este punto no ha sido taxativo, aunque ha mantenido que todo el proceso debería acabarse a finales de 2016, con lo cual las elecciones deberían de celebrarse a principios de 2015. “El tiempo debe ser la consecuencia de saber qué queremos hacer y cómo lo queremos hacer”, ha subrayado Mas, que pone toda la presión en Esquerra Republicana de Catalunya (ERC).
En las últimas semanas se había avivado el debate sobre si una lista conjunta entre CiU y ERC sería capaz de obtener la mayoría. Según un sondeo publicado este lunes por El Periódico, la lista conjunta obtendría menos escaños (entre 58 y 60, a 8 de la mayoría absoluta) que la suma de los que conseguirían ambos partidos si concurriesen a las elecciones por separado (entre 63 y 67). La introducción en la ecuación de personalidades de la sociedad civil podría trastocar estas previsiones.
Totalmente de acuerdo.
El precio político que está pagando CiU a su vinculación con la corrupción y con los procesos de degradación de los servicios públicos es por ahora muy bajo gracias al protagonismo que están tomando como neo-indepes.
Por otra parte, a mí me gustaría independeziarme de los mercados financieros, al margen de en qué estado viva. Y ahí no son tan soberanistas muchos independentistas.
He podido seguir por 3/24, el canal de noticias de TV3, gran parte del discurso de Mas.
He de confesar que me ha hechizado como orador y como líder de una propuesta muy razonable: unión del independentismo social y político en unas elecciones a todo o nada, dejando temporalmente aparcadas las diferencias ideológicas.
Sin duda, si ganaran con mayoría absoluta, su legitimidad y la fuerza que tendrían debilitarían mucho el inmovilismo actual del estado.
Puede ser tramposa su oferta de encabezar o cerrar la lista. En el primer caso, no se presentaría en las hipotéticas elecciones constituyentes catalanes de después del año y medio de gobierno para la independencia, pero podría reaparecer con su aura de creador de la patria catalana. En el caso de cerrar la lista y no conseguir escaño por la lista unitaria, podría reaparecer como cabeza de CiU, líder de la independencia y mártir previo en las elecciones constituyentes, pudiendo dar una fuerza a CDC en un hipotético parlamento constituyente mayor del que tiene ahora. Es una apuesta arriesgada e inteligente.
Sin embargo, supone un reto para quienes priorizamos otras cosas antes que la independencia en nuestra agenda política.
No se puede negar que es un gran estratega político (como ha demostrado desde que se «subió al carro» del movimiento independentista en 2012), a la vez que es, en mi opinión, el mejor orador de la política catalana y no tiene problemas para enfrentarse a entrevistas de cualquier tipo, tanto en medios catalanes como estatales.
Si contraponemos todo esto con su homólogo español, el famoso «presidente del plasma», su figura se ve reforzada todavía mucho más.
Sin embargo, no hay que dejar que esta «fachada» que tanto reluce nos evite ver la verdadera ideología detrás de Artur Mas y su partido. Yo creo que, de salir adelante este proceso, pase lo que pase tanto Mas como su partido saldrán reforzados (como muy bien describes en tu comentario). Por eso nosotros, los catalanes, hemos de andar con pies de plomo al valorar esta propuesta tan aparentemente atractiva.