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Jaume Marfany: “A partir del 10 trabajaremos para que haya elecciones en tres meses”
El vicepresidente de la Asamblea Nacional Catalana defiende que es el Govern quien tiene que liderar el proceso participativo del día 9, que considera “un primer paso”
La Asamblea Nacional Catalana (ANC) se encuentra a las puertas de un día señalado para la organización, constituida en marzo de 2012 con el objetivo de lograr la independencia de Cataluña. La entidad que ha capitalizado el movimiento soberanista con las multitudinarias movilizaciones en la Diada y que agrupa a casi 100.000 personas, reconoce que el proceso participativo del 9 de noviembre no es el escenario que querían. Aun así, lo ven como un primer paso “importante” antes de unas elecciones que, defienden, deberían realizarse antes de tres meses. Su vicepresidente, Jaume Marfany, asegura a La Marea que la hoja de ruta que ha seguido el proceso tras las sucesivas suspensiones por parte del Tribunal Constitucional ha sido la prevista, porque ‘el Estado no quiere negociar”.
¿El domingo se celebra una consulta?
Sí, nosotros lo vemos así. No es la consulta que queríamos, un referéndum vinculante, pero no pudo ser. Hemos hecho nuestro este proceso participativo porque lo vemos como una primera vuelta de unas elecciones que pedimos que se hagan en un máximo de tres meses. Lo consideramos importante como un primer paso.
Por lo tanto lo leerán más en términos de participación que de resultados…
Sí. Si todo va normal y la gente puede votar normalmente, que esperamos que sí, lo que nos interesará más es ver la participación. Si hay mucha gente que ha participado para nosotros ya será un éxito, más allá de si la mayoría son sí-sí, sí-no…
Han llevado a cabo un maratón de llamadas para animar a la participación. ¿Qué respuesta han obtenido?
Nos encontramos un poco de todo, pero hay tres perfiles mayoritarios: la persona que te dice que no le interesa, la que dice que lo sabe y lo tiene todo preparado, y un tercero que es el que sí que dice que irá a votar pero que desconoce dónde tiene el colegio. Este es el que nos va mejor porque es a quien podemos darle información. Eso quiere decir que en general la gente que parece predispuesta a votar es más que la que dice que no le interesa. Son llamadas aleatorias en las cuales no pedimos el voto específicamente por ninguna opción sino que lo que hacemos es preguntarles si el 9 de noviembre irán a votar y si conocen cuál es su colegio electoral. Sólo el miércoles hicimos 185.000.
¿Entiende que haya quien tenga dudas sobre la limpieza de la votación y el recuento? No hay interventores de las distintas opciones, como pasaría en unas elecciones…
Creo que será impecable porque desde la sociedad civil, sin la ayuda de las instituciones ni del Govern, ya lo hicimos con las consultas populares. Hicimos un proceso impecable desde el punto de vista de estructura y de montaje. Entiendo que evidentemente no reúne todas las condiciones, pero porque no nos han dejado hacer nada más. Es de un cierto cinismo cuando nos dicen que no hay censo, no lo hay porque nos lo prohibieron. Evidentemente los resultados no pueden ser vinculantes pero sí un cierto barómetro, sobre todo la participación, de si realmente el pueblo está dispuesto a avanzar en este proceso. En el fondo el día 9 está más en juego esto que el proceso de independencia, porque vendrá más tarde. El día 9 estamos hablando básicamente de democracia, no nos dejáis votar y nosotros queremos votar.
¿Entonces sería una buena noticia que hubiera una gran participación del ‘no’?
Sería buena noticia que hubiera mucha participación. Como la sociedad catalana no es homogénea, habrían muchos sí-no y también habrían ‘no’. En la sociedad catalana hay gente que votaría ‘no’, y esto claro que sería bueno. Evidentemente yo querría una vitoria del doble sí, pero también que viésemos que la gente que está en contra no ya de la independencia, sino de hacer un cambio, también fuese a votar, porque tiene el mismo derecho que yo a expresar su voluntad de por dónde debe ir este país. Y como somos democráticos, en su momento aceptaremos el resultado.
¿Comparten que el Govern deje la organización de la jornada en manos de la sociedad civil?
Desde el primer momento hemos dicho que es un proceso que debe llevar el Govern hasta las últimas consecuencias, y que por tanto la sociedad civil colaboramos, desde el punto de vista que mucha gente nos hemos apuntado como voluntarios, y nuestra campaña está presionando al máximo por la participación… Pero la organización depende del Govern, y es quien debe sacarlo adelante.
¿Temen que puedan llegar órdenes desde el Ministerio Fiscal o algún juzgado a los Mossos de retirar urnas?
Espero que no, pero es evidente que todo puede pasar. Cuando nos dicen que el Estado no lo puede hacer… el Estado puede hacer lo que quiera. Ahora bien, ¿hasta dónde llegará este traspasar las líneas rojas? Eso es lo que no sé. Incluso les recomendaría que no lo hiciesen, porque, además de enturbiar el proceso en sí, internacionalmente creo que no lo entendería nadie. Si hubiera una actuación de fuerza del Estado le perjudicaría mucho, cosa que en el fondo me alegraría porque haría avanzar el proceso, pero prefiero que la gente pueda ir tranquilamente a votar sin que haya más problema.
¿Se está entendiendo el proceso a nivel internacional?
Creo que se hace difícil de entender, todavía hay algo de confusión. No se conoce a fondo la situación que se vive, no conocer por ejemplo cómo es el Tribunal Constitucional del Estado español, que es muy distinto al de EEUU o de Alemania… Los tribunales constitucionales, en general, en los países democráticos, tienen un gran prestigio, y pueden pensar que el español es igual, y no lo es. Porque más allá de las cualidades profesionales de cada uno, que no dudo que las tengan, es un tribunal que está mediatizado políticamente, cosa que no pasa en otros lugares.
¿El referéndum quedará pendiente?
Los países que han conseguido la independencia, sobre todo los últimos, como las exrepúblicas soviéticas, todos han hecho prácticamente lo mismo: unas elecciones y después un referéndum. Es lógico. Podría haber sido al revés, primero un referéndum y después unas elecciones, pero esto no ha podido ser. Por lo tanto, unas elecciones, y si ganan los partidarios de la independencia tarde o temprano se deberá hacer un referéndum, porque el pueblo es el que debe votar. El político lo que necesita es un mandato democrático.
¿Puede producirse frustración por el hecho de que parece estar lejos aún la posibilidad de un referéndum con garantías? Parece que el movimiento independentista va más rápido de lo que luego sucede a nivel institucional…
Entre nuestra gente no lo detecto, al contrario. Ya sabíamos que este proceso sería así, desde hace un año. En nuestra hoja de ruta marcábamos unos escenarios que se han ido cumpliendo. Creíamos que el Estado no nos daría ninguna opción de hacer referéndum, por lo tanto estaba previsto. Incluso creíamos que con la consulta pasaría igual. Lo que quizás no entendería tanto la gente, o la llevaría a un extremo de cansancio, sería que ahora el proceso se alargase mucho. Si no hay elecciones en tres meses significa que ya no pueden haber elecciones como mínimo hasta octubre o noviembre, porque hay municipales, y eso suponiendo que el Estado español no convocase elecciones en otoño de 2015. Es decir, la cosa se complica mucho, y muchos de nosotros no lo entenderíamos. A partir del día 10 comenzaremos a trabajar para que haya elecciones en tres meses.
¿No sería todo más fácil una vez el PP pierda su mayoría absoluta, como apuntan las encuestas? Porque la negociación deberá existir en algún momento, incluso en una declaración unilateral de independencia…
Sí, lo que sucede es que, al menos que yo haya visto, el Estado no quiere negociar. No hay negociación posible. Si ahora es un éxito el día 9 las cosas cambiarán un poco, y si además hay elecciones y ganan las fuerzas partidarias de la independencia estaremos en una situación de mucha fuerza desde Cataluña que puede facilitar esta negociación, que será inevitable, en el sentido que tarde o temprano te debes poner de acuerdo con el Estado para hacer esta transición hacia la independencia, porque hay muchísimas cosas que negociar. Es una lástima que no haya llegado antes, volvemos a referirnos al caso de Escocia, que es lo que hubiéramos querido nosotros.
¿Un proceso de independencia conllevaría un peligro de ruptura emocional con aquella parte de la población que se siente española y no quiere dejar de serlo?
No debería ser así. Una cosa es sentirse español y otra cosa es el concepto de ciudadanía catalana. En los países europeos hay muchísima gente de otros lugares, catalanes por ejemplo, que tienen la ciudadanía francesa o alemana y se benefician de los derechos que les otorga, pero que se sienten catalanes, o españoles, o alemanes. No pasa absolutamente nada. Pasará lo mismo que pasa ahora. Es decir, no prohibiremos las emisiones de los partidos de la selección española, la gente podrá ir a verlos, se podrá emocionar y podrá sacar una bandera española a la calle para celebrar el triunfo de la selección. Sé que se insiste mucho en este punto, pero yo no lo veo problemático.
Para aquellos que no conozcan cómo funciona la ANC, ¿cuál es el proceso que se sigue para la toma de decisiones?
La estructura de gobierno de la ANC es la asamblea general, con todos los socios, que si no pasa nada se hace una vez al año. En esta asamblea general se aprueba la hoja de ruta del año, las cuentas económicas, si hay alguna modificación de estatutos, etc. Y esta asamblea general abre un periodo de elecciones. En las elecciones votan todos aquellos miembros de pleno derecho, y se escogen 75 personas, 25 de las cuales a nivel nacional y 50 por territorio. Esto es el secretariado nacional, que es el órgano de gobierno durante el año. Este secretariado nacional nombra a los miembros del Comité Permanente, que es como si fuese la Ejecutiva, donde estamos 17 personas, que es el que hace el día a día, y los cuatro cargos orgánicos.
¿Cuántos socios tiene la ANC?
Los miembros de pleno derecho, que son los que pagan cuota, y que por lo tanto tienen unos derechos determinados, son unos 45.000, y después hay otros 50.000 que son simpatizantes y colaboradores, gente que no paga cuota pero que a veces trabaja más que uno que paga cuota. La suma total de gente con la que podemos estar en contacto y que de una manera u otra colaboran es de unas 95.000 personas.
¿De cuánto son las cuotas?
La cuota general es de 4 euros al mes, que se paga trimestralmente, y después hay cuotas más reducidas para jubilados o parados, de 3 euros; y una cuota familiar reducida para cuando se apunta una familia de más de tres miembros.
¿Esta es la única vía de financiación de la ANC?
Esta es una de las vías, y la otra es los ingresos que obtenemos a partir de la venta de merchandising.
También tenéis grupos en los territorios y de ámbito temático…
Estamos estructurados en asambleas territoriales, tenemos 725, que son autónomas, siempre siguiendo las recomendaciones del secretariado nacional. Y las sectoriales, que son unas cuarenta, por ámbitos: de juristas, de educación, de economía, etc. Su función es elaborar argumentario, documentos, de cara a un Estado independiente.
Dentro de la ANC hay personas de todo el espectro político. ¿Cómo se conjuga esto en las sectoriales y en los documentos que elaboran? El documento de la sectorial de sanidad sobre modelo sanitario, por ejemplo, fue acusado de fomentar la sanidad privada…
Las sectoriales forman parte de una estructura paralela en la que se apunta quien se apunta. Si en una sectorial de economía sólo está el sector de un punto de vista económico, evidentemente los trabajos que hará sólo serán desde ese punto de vista. Siempre decimos que cuando una sectorial hace público un documento, comunicado, etc. esto no responde a la línea de la ANC. Es un documento para el debate, pero nunca es la línea de la asamblea. La línea de la ANC sólo la marca el secretariado nacional, el comité permanente o la asamblea general.
De hecho como ANC intentan evitar entrar en posicionamientos políticos…
Nuestra gran fuerza es la transversalidad. Si nos posicionamos en determinados temas esta transversalidad se rompe. Debemos mantenerla al máximo hasta llegar a la independencia, después ya veremos. A toda esta gran masa de gente sólo nos une una cosa, que es un objetivo: la independencia. Yo con la persona que tengo a mi lado seguramente no me une nada más que esto. Si nos pusiéramos a discutir de otra cosa igual incluso nos pelearíamos. Esto es bueno porque hemos aprendido que con un objetivo claro se puede trabajar con una persona que es diferente ideológicamente a ti.
¿Quién confeccionó la giga-encuesta? Hubo alguna crítica a cómo estaban formulada alguna pregunta, por ejemplo la que instaba a priorizar entre varios servicios básicos como la Sanidad y la Educación…
En todas las preguntas podías responder las respuestas que quisieras. La idea es que la gente piense qué se podría hacer si Cataluña fuese independiente, no en el hecho de si priorizamos Educación o Sanidad, porque eso es como escoger si quieres más a tu padre o a tu madre. Todo es prioritario. La encuesta buscaba más hacer reflexionar un poco y con el puerta a puerta entrar en contacto con la gente. Este era el objetivo, más allá de la lectura concreta de la encuesta. Esto se hizo a través de la campaña Ara es l’Hora, que mezcla el esfuerzo de la ANC y Òmnium con un grupo de profesionales del márquetin político. Fue diseñada básicamente por profesionales que han trabajado en campañas o en referéndums de otros países. Tenemos un gran estratega político que ha trabajado en muchas campañas, entre ellas la de Obama, la de la presidenta de Brasil o la del presidente de México, que es un andorrano que vive en Estados Unidos.