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Los platós de televisión y el Titanic
"Esta foto confusa en la que aparece por primera vez un nuevo partido optando a la gran liga entre los dos dinosaurios es la imagen del momento en el que el bipartidismo recibe un disparo", apunta el autor
Podemos, segunda fuerza política. Es el titular que deja una encuesta de Sigma Dos para Telecinco. Podemos, primera fuerza política en intención directa de voto. Es el rumor que corre hoy sobre el estudio que el CIS presentará el próximo lunes. Es cierto que las encuestas las encarga y las carga el diablo. Pero también es cierta esa frase que dice que las encuestas no predicen el futuro pero sí señalan tendencias. Y la tendencia y la noticia es que, segunda fuerza real o no, primera en intención de voto o no, cuando lleguen las urnas generales, parece que Podemos va a estar ahí peleando.
Esta foto confusa en la que aparece por primera vez un nuevo partido optando a la gran liga entre los dos dinosaurios es la imagen, quizá no la de la muerte del bipartidismo, pero sí del momento en el que el bipartidismo recibe un disparo. Y con esta foto, como con la del miliciano de Robert Capa, nos pasa que no sabemos aún cuánto de realidad tiene, pero sí cuánto de simbólica es.
Queda un año. Un año en el que no sólo competirán PP, PSOE y Podemos por ir ganando la posición. También competirán entre sí dos mundos: el de la nueva y el de la vieja política. Decía Anguita hace años que la paradoja de la transformación política era que para transformar las instituciones había que jurarles lealtad y luego intentar destruirlas (transformarlas). El nuevo mundo, encarnado ahora en Podemos, intenta acelerar el proceso de cambio a base de pedagogía en platós de televisión pagados por el mundo viejo. Es la actualización de la paradoja de la que hablaba Anguita.
La orquesta del mundo antiguo sigue tocando Paquito el Chocolatero y Clavelitos mientras el barco se les hunde. Con el agua de la corrupción ya a la altura del cuello y la ciudadanía gritándoles que hasta aquí hemos llegado, los viejos partidos no tienen más reflejos que el de ofrecerse mutuamente pactos anticorrupción, poner a un candidato con sonrisa más bonita o nombrar director de informativos a alguien aún más afín que edulcore la realidad. No se enteran de nada. No se enteran de que cada día más gente sí se entera.
Aun así la vieja política tiene sus viejas estrategias que desplegarán con todas sus fuerzas. La del PSOE pasa por copiar el funcionamiento del supermercado de la esquina. Las cadenas de supermercado que venden productos de marca propia suelen colocarlos en las estanterías entre la marca cara muy conocida que no compras por el precio y la marca barata desconocida que no compras por miedo a la calidad. La mayoría de las veces la gente coge la del medio, la marca propia del súper. En el PSOE rezan para que los consumidores electorales no hayan cambiado sus hábitos. Al PP no le quedará más remedio que tirar de los clásicos y usar sus cadenas de televisión, sus periódicos y sus radios para bombardearnos con anuncios a todas horas e intentar convencernos de las grandes ventajas de su detergente, que blanquea más que ninguno. Nunca mejor dicho.
Desgraciadamente las bases programáticas y discursivas de PODEMOS, no son distancia sustancial con las precedentes de IU y otras izquierdas alternativas.
Digo desgraciadamente, por qué la división entre PODEMOS y las izquierdas alternativas en España, provocarían no sólo la fracturación representativa, sino también la atemperación de sus fuerzas (Podemos-IU….) en función de los espacios televisivos que no deciden ninguno de ellos.
Los españoles-as no tienen cuerpos intermedios, vida asociativa que filtre la opinión de los grandes medios de comunicación, convirtiéndose ésta en opinión pública.
Lo que llevaría a que discursos y programas muy similares, pudieran compensarse en la fracturación, minorando su potencia de cambio y alternativa.
Ni las instituciones se transforman desde dentro, ni la pedagogía revolucionaria encontrará su potencia en las Televisiones, pueden ser instrumentos.
Pero sólo sociedades estructuradas, articuladas pueden empoderarse y tener tal potencialidad alternativa.
El planteamiento de PODEMOS parte de potenciar dicha articulación desde la conquista democrática del Poder, y en la acción desde él.
Pero los platos del mundo viejo, llegado el momento arbitraran los medios para fracturar.
Arriola ya lo dijo, hay que fragmentar como en el 79, que el PP pueda con cerca del 30% obtener o acariciar la mayoría absoluta, en un escenario fragmentado.
Y sobre la acción de los platos del mundo viejo, y la fracturación ya vimos la campaña de las europeas.
Una Campaña única en la Democracia, por dar voz a no pocas formaciones que no tenían representación, nunca antes paso.
Respecto a PODEMOS, si alguien hiciera metraje del tiempo ocupado en la última semana, comprobaría que multiplicaba el de IU. Vaya por delante que no valoro ni a IU ni a PODEMOS.
Lo que pretendo destacar, es como utiliza el viejo mundo su propiedad mediática para fragmentar.
Lo lógico es que si tuviera que fragmentar, llegado el momento, lo volviera hacer para desactivar cualquier alternativa.
Quizás por eso, el simbolismo de la foto puede ser potencia o espejismo.
La embriaguez que demuestran en sus declaraciones algunos lideres de PODEMOS, crean dudas sobre el espejismo simbólico o el símbolo de potencia. Y la ilusión no se funda en la fragmentación, por que requiere de potencia. No debiéndose construir identidad desde la crítica a la izquierda alternativa, pues no es función de PODEMOS confrontar con ella, ni las bases de unos y otros son menores de edad que necesiten orientación al respecto.
Siendo posible ganar, con audacia y altura de miras, pero sin fragmentar.
Divide y vencerás es una vieja máxima, que potencia la propiedad del medio.
Todavía hay ingenu@s que piensan en la posibilidad de sumar más por separado, con independencia de las leyes electorales.
Como si la competitividad política electoral, no fuera confrontación, y no desmovilizara a parte del espacio en competencia.
Como si los tiempos del televisivo mundo viejo, no estuvieran en manos de sus propietarios para arbitrarlos cara a fragmentar, favoreciendo en función a desecar alternativa.
Pensar en la potencia de los símbolos y apostar por la fragmentación es de suicidas.
Ahora vivimos el tiempo en que los desaires son amores reñidos amores queridos, si cuaja la confrontación (fragmentación) no sólo desaparece el amor, sino que los ritmos del divorcio televisivo no serán de las parejas que pudieron pero no fueron.
Y como decía al principio, ni discurso, ni programa…, son sustancialmente distintos. En la España de la opinión pública mediatizada, incluso sin división alternativa y con ruptura entre sentido común y regresión oligárquica, se requerirá de esfuerzo y audacia para aprovechar la ventana de oportunidad abierta al cambio.
Hay mucha controversia en torno a esa foto, Milos. Búscalo, ya verás. Un saludo!
«El miliciano de Robert Capa» se llamaba Federico Borrell, tenía 24 años en el momento de su muerte, era anarquista y había nacido en el pueblo alicantino de Benilloba. Y no me imagino un momento mas real que el instante que inmortalizó Capa en cerro Muriano.