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El Teatro Arnau, una década cerrado y en peligro de desaparecer

El teatro más antiguo de la Avenida del Paralelo de Barcelona se deteriora mientras el ayuntamiento no ha expuesto todavía ningún proyecto de reforma

Hace una década que al girar la cabeza al paso por la Plaza de Raquel Meller se ve la misma estampa: el Teatro Arnau cerrado. Incluso, la imagen se ha ido degradando con los años, ya que se ha tenido que apuntalar para garantizar su supervivencia. Una fotografía que no hace justicia a este local del Paralelo, el más antiguo de los que se conservan en esta arteria teatral de Barcelona.

Con el paso del tiempo, el inmueble incrementa su coste de reconstrucción y actualmente, según el Ayuntamiento de Barcelona, asciende a 10 millones de euros. Unos recursos que no tiene el consistorio, detalla el Teniente de Alcalde de Cultura, Conocimiento, Creatividad e Innovación, Jaume Ciurana. Aunque desde Som Paral·lel, plataforma vecinal contraria a la reforma del Paralelo -que antiguamente se denominaba Plataforma Aturem el Pla Paral·lel-, aseguran que es «cuestión de prioridades» y «voluntad política», ya que, a su entender, «subvenciones en festivales de música y otros espacios culturales sí las hay». Ciurana explica que desde hace algo más de un año se han estado reuniendo «con conocidos operadores de las artes escénicas» y, añade, «es una decisión de muchos millones de euros y entiendo que se medite». El concejal afirma que «hay fórmulas como hacer una cesión de larga duración». Pero el movimiento vecinal considera que es «patrimonio del barrio para cederlo a la ciudadanía».

Más allá de esta demanda, también ha surgido otra voz crítica, la plataforma Salvem el Teatre Arnau, integrada dentro de Som Paral·lel gracias a la Asociación Talia Olympia. Enrique H. March es su impulsor y advierte sobre el «peligro» que corre este emblema del Paralelo, porque «el edificio se puede deteriorar hasta tal punto que se declare imposible de rehabilitar y se tire abajo. Entonces, nos quedamos sin edificio». Por ello, Som Paral·lel pide «la activación» de los vecinos y vecinas, «sin miedo a la participación. Se debe debatir entre todos». La propuesta de March es la de hacer un museo de las artes escénicas y de la historia del Paralelo con documentos y obras como las de la exposición del CCCB El Paral·lel 1894-1936: Barcelona y el espectáculo de la modernidad, «que tan buena acogida tuvo», apunta. El concejal Ciurana estima que el uso «debe ser proporcional a la inversión». Mientras que Som Paral·lel insiste en la vertiente ciudadana: «No queremos que se convierta en un museo para el turista o en un circuito cultural, que está bien que exista. Pero tenemos muchos jóvenes que no tienen espacios donde actuar o crear en el barrio».

Diez años de incertidumbres y sin lugar en el Pla Paral·lel

Desde el cierre definitivo, el Teatro Arnau ha vivido muchos capítulos. De todos los colores. En 2006 se produjo una ocupación simbólica para reclamar su recuperación. Un año más tarde, el Ayuntamiento de Barcelona empezó su expropiación, pero los propietarios lo habían vendido a la Iglesia Cristiana China, que de esta manera trasladaba su sede del barrio del Eixample. Pero una falta de permisos no les permitió cambiarse. Así que el alcalde de entonces, Jordi Hereu, a principios de 2011, anunciaba su compra por algo más de 2 millones de euros. «La hemos acabado de pagar en este mandato», subraya el actual concejal de Cultura. La finalidad de tal adquisición era, en palabras de Hereu, «convertir el Paralelo en un punto de encuentro de los barrios y uno de los grandes ejes culturales de Barcelona». A finales de 2012, la Síndica de Greuges, Maria Assumpció Vilà, abría un expediente de oficio por el mal estado del edificio. Hasta la fecha, este organismo no ha recibido respuesta del ejecutivo local, pero éste confirma haber destinado 250.000€ para consolidar la fachada. Todo ello demuestra la «incompetencia y la mala fe por parte de los responsables del ayuntamiento», exclaman desde Som Paral·lel.

La gran reforma que se está llevando a cabo en la Avenida del Paralelo no contempla ninguna acción sobre el teatro. «La prioridad es arreglar el espacio público, para la gente», apunta Ciurana, y continúa: «Haciendo esto, el Arnau también encontrará su salida». Tanto desde la plataforma Salvem el Teatre Arnau como Som Paral·lel lo encuentran incomprensible. «No entendemos, por ejemplo, el gasto de casi tres millones de euros en alumbrado. Es esto una prioridad mayor que recuperar el Arnau o el Talia, que ahora es un solar «, defienden desde Som Paral·lel, y prosiguen: «Hechos así dan una idea de la justificación de la reforma y demuestran que la exposición del CCCB fue propaganda. Lo que hay detrás, de hecho, es especulación«. Enrique H. March lamenta que la transformación «la acaben convirtiendo en unas nuevas Ramblas. Necesitamos espacios donde los barceloneses se sientan a gusto». La prácticamente nula acción municipal en todos estos años no despierta confianza entre los vecinos y vecinas y lo que es peor, el paso del tiempo debilita un Teatro Arnau que comienza agonizar.

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