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El armario de la sexualidad
"Todavía existen enormes dificultades para salir del armario como homosexual o bisexual", defiende la autora. El día para salir del armario busca concienciar sobre esta realidad
Sí, existe un día oficial para salir del armario. Su origen es el 11 de octubre de 1988, cuando el psicólogo Robert Eichberg y el activista Jean O´Leary fundaron el National Coming Out Day. De celebrarse en 18 de los Estados Unidos, ha pasado a convertirse en una cita internacional.
La abundancia de días dedicados a los temas y colectivos más variados ha descafeinado el objetivo con el que se crean en un primer momento: visibilizar algún aspecto importante al que no se le presta la suficiente atención. Y vivir de forma abierta el deseo afectivo y sexual no es una cuestión baladí.
Algunas personas argumentan que “lo que se hace en la cama es una cosa privada”. Sin embargo, siguiendo el concepto de biopolítica desarrollado por el filósofo Michael Foucault, la sexualidad está estrechamente sujeta a la política, entendida ésta como las relaciones de poder que dominan una sociedad (aunque, paradójicamente, él pasó toda su vida dentro del armario).
Según un estudio de COGAM, un 80% de jóvenes entre 12 y 17 años oculta su orientación sexual en la escuela por miedo al rechazo. Las dificultades que encuentran muchas personas para mostrarse abiertamente como homosexuales o bisexuales no son una cuestión individual. Eliminar la discriminación por motivo de la orientación sexual nos atañe a toda la sociedad.
Salir del armario (o del clóset en Latinoamérica) disminuye los niveles de ansiedad y depresión entre las personas homosexuales y bisexuales, según un informe del Centro de Estudios del Estrés Humano de Montreal. Por su parte, entre los 10.000 adolescentes que participaron en el estudio de Human Rights Campaign, los que mayores niveles de felicidad reconocían eran los que no ocultaban su orientación sexual.
La falta de visibilidad y de libertad para mostrarse públicamente como personas LGTB ha demostrado ser una barrera importante para la efectividad de las campañas de prevención del VIH. Por este motivo, la Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Transexuales y Bisexuales (FELGTB) ha reclamado a las administraciones “la protección necesaria para que las personas puedan salir del armario, un activo para su bienestar y su salud”.
Hay datos disponibles sobre los niveles de armarización. Según un estudio de Grindr, la aplicación basada en la geolocalización para concertar encuentros sexuales entre hombres más utilizada del mundo, en torno a un 18% de sus usuarios viven una doble vida. Se desconoce el porcentaje de usuarias de Brenda, la versión para lesbianas, que están dentro del armario, pero tradicionalmente las mujeres se han enfrentado a dificultades adicionales para vivir libremente su sexualidad.
Celebrities dentro y fuera del armario
Los personajes públicos viven bajo el constante escrutinio de los medios. Su vida amorosa y sexual es una de las presas más preciadas, especialmente si se aleja del modelo tradicional de matrimonio heterosexual. Muchos famosos gais y lesbianas viven dentro del armario, con el constante temor de verse expuestos a un “outing” forzado y las posibles consecuencias del mismo sobre sus carreras.
Para vivir de forma sana y libre la sexualidad es importante contar con modelos de referencia. Las celebreties tienen una gran influencia, especialmente entre el público más joven. El caso paradigmático de salida pública del armario es el de la actriz y presentadora estadounidense Ellen Degeneres. En 1997, y en el pico de su popularidad, tanto ella como el personaje homónimo que interpretaba en su serie se declararon lesbianas.
Ese mismo año la activista y profesora Angela Davis reconocía su homosexualidad. Al año siguiente el cantante George Michael se vio obligado a revelar su orientación sexual después de que la policía le arrestase por mantener relaciones sexuales con otro hombre en el aseo de un establecimiento público. Este año, la joven actriz Ellen Page afirmaba en el emotivo discurso con el que salía del armario que lo hacía como una “obligación personal y responsabilidad social”.
Desde hace cuatro años, el diario El Mundo publica un listado con los 50 homosexuales más influyentes de España. En 2011 incluyó en la lista a la actriz Elena Anaya, que no ocultaba su relación con la directora Beatriz Sanchís pero tampoco reconocía abiertamente su lesbianismo. Esta actitud ambigua se plasmó en la dedicatoria del Goya que recibió en 2012 a “su amor”.
A Fernando Tejero, célebre por su papel de portero en la serie Aquí no hay quien viva, le sacaron del armario “a patadas y de manera morbosa”, según sus propias palabras. Como él, muchos actores temen que directores y marcas dejen de contar con ellos si se conoce su homosexualidad. Especialmente loable es el caso de Patricia Yurena, Miss España 2008 y Miss Universo 2013, que este verano publicó en las redes sociales una foto en la que se la ve a punto de besar a su novia.
El origen del concepto “salir del armario” se encuentra en la expresión inglesa “tener un esqueleto en el armario” como metáfora de tener algo que de lo que avergonzarse. Esos trapos sucios que el refranero español recomienda lavar en casa. Ojalá el día para salir del armario desaparezca pronto ya que sólo puede salir quien ha estado dentro alguna vez.
Creo que la homosexualidad dejó de considerarse como enfermedad en 1973 no en 1989. En cualquier caso, da lo mismo. Lo grave de este tema no es «salir del armario», es que en muchos paises,
es considerada delito y está penada con cárcel o incluso pena de muerte.
Me has hecho comprobarlo, Miguel: fue en mayo de 1990.
http://www.publico.es/espana/230291/sanidad-mantiene-la-definicion-de-homosexual-como-enfermo
Es que, ahora que se habla tanto de la OMS a cuenta del ébola, conviene recordar que dicho organismo mantuvo la homosexualidad en su lista de «enfermedades» hasta 1989. ¡Hace cuatro días! Poco después del «National Coming Out Day» del que nos habla la autora.
Cuando se menciona a las «celebrities», no puedo dejar de pensar con tristeza en los fubolistas y en los aficionados (entre los que no me cuento). En aquellos, porque si se ha calculado que hay al menos un 6 % de españoles no heterosexuales, el porcentaje entre los profesionales del balón ha de ser similar. Y sin embargo, no se conoce ni un caso.
Y entre los aficionados están todos esos machotes que gritan “maricón” al árbitro o al futbolista del equipo contrario mientras animan con vigor masculino al jugador favorito de su equipo, sin sospechar que su ídolo es también uno de esos “sarasas”.
También se acuerda uno de Ricky Martin y esos videoclips rodeado de mujeres, ese ridículo paripé mantenido durante años. Me da rabia porque esta gente que lo tiene tan fácil (futbolistas, cantantes…) debería ser mucho más valiente y dar un paso adelante, y sin embargo, ahí están, escondidos entre las camisas y los pantalones.
Buen artículo 😉