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Un funeral para otra foto
La propuesta de Pedro Sánchez de realizar un funeral de Estado para las víctimas de violencia de género lleva al autor a plantearse la dicotomía entre imagen y contenido
MADRID// Los funerales de Estado son una oportunidad magnífica para conseguir una buena foto con la que mostrar a la opinión pública lo que te importan los ciudadanos. Siempre efectiva, humaniza al dirigente y lo acerca al vulgo. Un triunfo del marketing político al mismo nivel que hacerse fotos con pobres.
Pedro Sánchez está en una carrera de popularidad para decir alguna cosa inteligente que adorne su muy buena imagen, y todavía no lo ha conseguido. El líder del PSOE avanzó este jueves que cuando sea presidente las mujeres víctimas de violencia de género tendrán un funeral de Estado, una idea tan lúcida que el PSOE tuvo que emitir un comunicado matizándolo y Sánchez ha tenido que puntualizar en una entrevista que se expresó mal.
Intento comprender las motivaciones que llevan a todo el mundo a expresarse en una o determinada forma, siempre, intento ponerme en el lugar del hablante para comprender qué ha querido decir o transmitir y así limitar mi ira e indignación. La mayoría de las veces ocurre lo contrario, cuando encuentro la motivación aumenta la ira y cuando no la encuentro aumenta la indignación. Quiero creer que cuando a Pedro Sánchez se le ocurrió proponer tal cosa pretendía visibilizar la violencia machista en una sociedad que sigue minimizándola. Pero no puede ser que la solución sea el boato de la muerte, mostrar el fracaso de la sociedad que permite sin medidas efectivas la sangría diaria de las mujeres a manos de los hombres. La propuesta de Pedro Sánchez es un reflejo de lo que está siendo su relato como número uno del PSOE. Imagen frente a contenidos.
Sé que me aventuro cuando intento ponerme en el lugar de las mujeres. Pero creo que lo que quieren es no morir a manos de sus parejas, no tener un funeral transmitido por la televisión en el que Pedro Sánchez ocupe un lugar en primera fila mediática en el que mostrar su mejor abrigo y su efigie apolinea. Porque los funerales en los que a los políticos se les guarda la primera fila del velatorio jamás se han hecho para las víctimas ni sus familias, sino para mayor gloria e imagen del mandatario asistente. Y ese es el punto fuerte de Pedro Sánchez, dejarse ver. Y por ahora se ha mostrado siempre sonriente. Necesita un buen escaparate en el que mostrarse compungido, y qué mejor lugar que un funeral. Porque quien piensa en la víctima y en la familia tendría que entender que a lo mejor no quiere que vayan a su funeral políticos que no han sabido poner freno a su drama, ni desconocidos ni medios de comunicación que conviertan su dolor en un show televisivo, ni mandatarios que instrumentalicen su dolor para mejorar unos puntos su imagen en el CIS y que cuando abandonen el funeral ni siquiera recuerden el nombre de la víctima.
No hace mucho, Marta Besada, la hermana de una víctima del accidente de tren de Santiago se quejó amargamente del espectáculo que les habían hecho pasar en el funeral a los familiares de las víctimas. Marta no comprendía que en el funeral de su hermana de 18 años tuviera que esperar a las puertas de la Catedral a que los entonces Príncipes de Asturias les dieran las condolencias para poder comenzar la ceremonia, católica, en recuerdo de sus familiares. Ese día los hoy reyes ocuparon un lugar preeminente en la misa, la primera fila, por delante de quien sí sentía la muerte de los que allí se recordaban. Una primera fila que ocupaba la plana mayor de las instituciones y que algunos, incluso, utilizaron para difundir una especie de selfie institucional.
Creo, sinceramente, que Pedro Sánchez propuso los funerales de Estado para víctimas de violencia de género con una buena intención. Son cosas que pasan cuando delegas todo a expertos de comunicación política que sólo piensan en proyectar una imagen y la forma, un envoltorio que se descose en cuanto llegan las propuestas y las ideas. Pensar sólo en la foto lleva a considerar que contra la violencia de género lo efectivo es una imagen de políticos frente al féretro de otra mujer muerta.
A más políticas retrógradas, a más neoliberalismo, que embrutece y atrofia; más violencia machista.
Educación, cultura, políticas progresistas versus machismo.
Excelente articulo Maestre, diciendo las cosas exactamente como son.
Si todo lo que tiene que decir un politico sobre la violencia hacia las mujeres, es que el rey asistirá al funeral de la víctima, es que no merece el lugar que ocupa. Verdaderamente es muy triste y muy poco ético utilizar un tema tan doloroso para darse autobombo de esa manera.
Por cierto, ya que hablamos de reconocimiento del Estado a las víctimas, ¿cuando se van a honrar a las miles de víctimas de cuarenta años de dictadura franquista? muchas aun continuan esperando un mínimo reconocimiento del Estado español que las arrinconó y despreció tras la sacrosanta transición democrática. Muchas de ellas eran socialistas Sr. Sánchez.