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La Revolución de Octubre en Asturias a ‘ojos de turista’
El autor recuera la “última revolución de componente obrero en Europa occidental” ahora que se cumplen 80 años
Se cumplen ochenta años de lo que fue la “última revolución de componente obrero en Europa occidental”. La Revolución de Octubre de 1934 en Asturias es el resultado de la unidad de todas las organizaciones obreras –la Alianza Obrera-. Este hecho nos deja hazañas épicas en busca de la “revolución social” (en una República que viraba hacia el fascismo con la entrada de Ministros de la CEDA en el Gobierno).
En cierta medida se logró; apenas fueron diez 10 días, pero los trabajadores desde los “Comités Revolucionarios” fueron capaces de coordinar todas las actividades productivas y cotidianas.
Un hito que puso a la cuenca minera asturiana en el centro de todas las miradas para el movimiento obrero europeo. A mediados de la primera década del S. XXI, aún hoy, esta experiencia da lugar a continuos debates; intensos homenajes (Aída la Fuente) y publicaciones…, muchos fueron los esfuerzos por sumergirse históricamente en el contexto, sobre todo a través de los testigos vivos del hecho; pero en escasas ocasiones se ha dado voz al que fue el escenario del conflicto: la ciudad. Oviedo, aguarda todavía hoy cicatrices de unos enfrentamientos que tenían por banda sonora la dinamita.
A pesar de lo anterior, siempre que se menciona la “Revolución de Octubre”, parece que todo está dicho; como diría Martí: todo está dicho ya, pero las cosas cada vez que son sinceras, son siempre buenas. Éste es el objetivo de la Fundación Juan Muñiz Zapico, a través de un equipo multidisciplinar en el que participan historiadores, geógrafos y especialistas en turismo diseñan un itinerario para poner en valor este patrimonio urbano, hoy silenciado.
Las jornadas se inician este viernes (3 de octubre) en el salón de actos del Museo Arqueológico en Oviedo, donde se expondrán los materiales que dieron lugar a la ruta. Cabe destacar el potente material gráfico que se conserva del conflicto. Por ejemplo, imágenes del Ejército del Aire que durante, y previo a los bombardeos, fotografió la ciudad para que el General Franco dirigiera las operaciones militares desde Madrid. Este hecho es inédito en otras ciudad españolas. De esta manera, poseemos imágenes aéreas en un momento en el que aún no se había completado, ni si quiera, el Mapa Topográfico Nacional (recordemos que Franco dirigió las campañas de la Guerra Civil, 1936, con el mapa de carreteras de la Guía Michelín).
Por tanto, no sólo se cuenta con gran parte del patrimonio vivo; las edificaciones. Muchas de éstas, conservan aún impactos de bala testigos de los sucesos, aunque es difícil distinguir los que pertenecen a la Revolución o la Guerra Civil (3/5 partes del caserío fueron arrasadas en este último conflicto).
La actividad de la Fundación continúa el domingo (5 de octubre) para poner en práctica la ruta. Siguiendo la trama urbana podemos revivir por dónde penetraron los mineros, llegando hasta el corazón del Oviedo burgués que los recibió con las ventanas tapiadas y un silencio insólito.
La simbiosis entre la exposición gráfica y el contacto in situ con el medio urbano resulta una experiencia innovadora no sólo para potenciales turistas; sino también para los propios residentes, que en muchas ocasiones desconocen el patrimonio que la ciudad nos brinda si la observas de manera adecuada, en este caso: desde la piel de un revolucionario.
La experiencia que nos ofrece la Fundación Juan Muñiz Zapico con estas jornadas sin duda tendrá continuidad, ya que la propuesta no nace únicamente para engrosar las “efemérides del 34” sino que pretende integrarse entre los atractivos de la ciudad; y también, ofrecer esta posibilidad a escolares o universitarios. Aportando otra mirada al paisaje urbano -a priori-, ajeno para jóvenes o viandantes.