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“No estoy aquí como representante de la City”
El candidato a comisario europeo para Servicios Financieros, el exlobista británico Hill, quiere revisar la regulación para el sector bancario que se ha hecho a raiz de la crisis
Uno de los candidatos al puesto de comisario europeo más controvertidos, junto con Miguel Arias Cañete, es el británico Jonathan Hill. Pocas horas antes del turno del exministro español, Lord Hill –título que ostenta desde su paso por la Cámara de los Lores en Reino Unido- pasó este miércoles por un intenso interrogatorio en el Parlamento Europeo (PE).
El inglés ha sido seleccionado por el nuevo presidente de la Comisión, Jean-Claude Juncker, para llevar la cartera de servicios financieros. Aparte de su carrera política –tuvo cargos en los gobiernos conservadores de John Major y David Cameron– Hill ha trabajado durante años como lobista para el sector financiero. Creó su propia empresa de relaciones públicas para la banca, Quiller Consultants. Muchos críticos, desde ONG a partidos políticos, consideran que es un topo para el sector financiero. Sven Giegold, eurodiputado y portavoz de Los Verdes alemanes, le describió como “un zorro en un gallinero”.
Consciente de los recelos que despierta, durante los casi tres horas de su audiencia, Hill se mostró muy conciliador y a la defensiva. “Entiendo la preocupación que pueda tener la gente pero no estoy aquí como representante de la City de Londres”, repitió Hill en la sesión de esta tarde en la Eurocámara en varias ocasiones ante las sospechas de los eurodiputados. Como comisario europeo de Estabilidad Financiera, Servicios Financieros y Mercado de Capitales este político-empresario británico es el responsable de implementar, revisar y elaborar la regulación de la banca. “Quiero una regulación que sirva al interés de la mayoría y no de una minoría”, aseguró en Bruselas.
Desde el estallido de la crisis las instituciones comunitarias han elaborado una cantidad de nuevas reglas cuyo fin declarado es limitar la capacidad del sector financiero para hacer negocios altamente especulativos y así evitar que en un futuro, los bancos tengan que ser rescatados otra vez con el dinero de los contribuyentes. Mucho se ha hecho en este sentido, pero el comisario saliente Michel Barnier, cuya cartera pasaría a Hill en caso de conseguir la confirmación por el PE, advirtió hace unos meses que hacen falta nuevas y más contundentes medidas para atajar a aquellos bancos considerados sistémicos, los que se suele llamar “too big to fail” (“demasiado grandes para caer”).
En su comparecencia ante los eurodiputados, Hill subrayó varias veces que habrá que revisar las nuevas normas que se han introducido a raíz de la crisis. “Cuando la gente reacciona bajo presión no siempre acierta”, ha dicho. A partir de ahora toca hacer menos reglas, en opinión del aspirante a comisario europeo. “En los últimos cinco años, nos hemos visto obligados a atravesar un periodo de enormes cambios normativos a una velocidad extraordinaria. Hemos presenciado una reforma radical del marco de regulación y supervisión financiera. Se trata de un logro considerable, máxime si consideramos que se produjo en pleno furor de la crisis. Ahora estamos entrando en una nueva fase. Aunque debemos permanecer alerta ante la posible emergencia de nuevos riesgos en nuestro sistema y estar preparados para hacerles frente, es poco probable que, en los próximos cinco años, tengamos que volver a promulgar un volumen de legislación semejante”, explicó.
Aun así, Hill reconoció que la regulación que existía antes del estallido de la crisis, frutos de décadas de desregulación, contribuyó a la misma y a la destrucción de empleos y los rescates de muchos bancos con dinero público. Ahora hace falta un marco regulatorio para estimular el crecimiento y crear puestos de trabajo, afirmó.
Sobre el supuesto conflicto de interés con su trabajo de lobista, recordó que vendió todas sus participaciones antes de entrar en el Ejecutivo de Cameron, hace más de cuatro años.
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