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Rafael Burgos: “Sería interesantísimo que alguien investigara las presuntas comisiones del rey Juan Carlos”

En 'Crema Catalana' (Icaria, 2014) el periodista e historiador construye una enciclopedia sobre la corrupción que retrata el funcionamiento del poder

BARCELONA // Rafael Burgos (Santa Coloma de Gramenet, 1972) es actualmente guía oficial de Cataluña. Su último trabajo, Crema Catalana, amiguismo, corrupción y otras miserias (Icaria Editorial, 2014), transporta al lector por un exhaustivo recorrido por la geografía catalana, aunque sin citar a Miró, Gaudí ni Salvador Dalí. Sus protagonistas no tienen la fama de los citados artistas pero dominan el arte del pillaje como nadie. Caso Palau, Caso Pretoria, Caso Macedonia… una verdadera enciclopedia de la corrupción en la que muchos nombres se repiten.

“Un trabajo de recopilación y síntesis admirable”, señala en el prólogo el juez Santiago Vidal. Una obra imprescindible para conocer la connivencia entre el poder político y el poder económico -“el real”, afirma Burgos-, y el libro de cabecera para todo aquél que no quiera perderse entre el ruido mediático y los silencios intencionados. Historiador y periodista –ha colaborado en La Vanguardia, RNE y la Enciclopedia Catalana-, estos días Burgos se encuentra inmerso en una intensa agenda de charlas, debates y presentaciones con un claro objetivo: “Que esta información llegue”.

Crema catalana, ¿por qué este título?

Por la metáfora de este azúcar quemado que se pone encima de este postre, que sería como la costra, de todas estas élites económicas y financieras -con la connivencia política- que frenan determinados tipos de políticas, más sociales, y donde la ciudadanía participe bastante más. Se ha hablado mucho de ella, incluso Fèlix Millet hizo referencia a que en Cataluña son 400 familias y basta.

El título original era La Barcelona indigna, pero cuando comienzas a tirar del hilo te vas más allá de la ciudad, y de hecho en muchos capítulos también te vas fuera de Cataluña, salen paraísos fiscales… Llega un punto en que tuvimos que acotar.

La Barcelona indigna sí que se mantiene como título de los vídeos, porque el proyecto tiene tres patas: el libro, los vídeos y una ruta de la corrupción.

Sí, con los pocos medios de los que disponemos grabamos unos vídeos caseros donde intentamos explicar temas que normalmente están escondidos o cuesta mucho que salgan en los grandes medios de comunicación. Hicimos algunos hablando de evasores fiscales, del Corte Inglés…. Y la tercera pata que comentas son las rutas, que al final mantienen el título simple y para que todos lo entiendan de La ruta de la corrupción, y el subtítulo de ‘El poder bajo sospecha’, y que las hacemos con viabarcelona.cat, una agencia de rutas alternativas.

¿En qué consisten?

La arrancamos por el centro de la ciudad, y en lugar de pararnos delante de la Catedral de Barcelona, La Pedrera o la Casa Batlló, nos paramos ante la sede de Convergencia Democràtica de Catalunya, del gabinete de abogados Cuatrecasas, de la Diputación de Barcelona, del despacho de Pascual Vives -el abogado de Urdangarin-, de Zara, del Corte Inglés… El objetivo de estas tres patas es sobre todo la obsesión de que esta información llegue.

Le han comentado varias veces de que en lugar de un libro debería haber hecho una enciclopedia, pero en pequeña escala no deja de serlo. Hay mucha información, incluso se ha tenido que servir de destacados, anotaciones paralelas, etc., para incluirlo todo. Debe haberle supuesto un tiempo largo de investigación…

Son casi ya cuatro años desde que empecé, y es muy duro. Es muy agotador todo lo que implica hacer la síntesis. Piensa que te levantas y te vas a dormir con la corrupción en la cabeza, leyendo todos los diarios en un sentido crítico, buscando lo que se explica y sobre todo lo que no se explica, los silencios que hay. Semanarios, diarios económicos, revistas mensuales, muchos libros, casi todos los que han salido sobre la corrupción… Y muchos que sospechosamente están ya descatalogados. Además, muchas veces leerte un libro de 300 o 400 páginas del que quizás sólo aprovechas un pie de página.

Todo un rompecabezas.

Mi idea era hacer un trabajo de síntesis para que todo el que ahora se encuentra con esta vorágine informativa pueda tener un punto de referencia, saber cuáles son los casos más importantes, en este caso de Cataluña, para tener las cosas claras. Y juego mucho también con la ironía, porque entiendo que es un tema farragoso y que cuesta mucho acercarse a él.

¿Qué trabas ha encontrado en todo este proceso de investigación? ¿Ha habido momentos en los que se haya topado con un muro?

La pared la encuentras en las fuentes informativas de prensa tradicional. Encuentras la presión de los anunciantes, que pueden ser bancos o grandes multinacionales. Cuando pasas muchos años haciendo este tipo de análisis te das cuentas de cuáles son las causas de estos silencios, lo ves clarísimo.

Eso requiere un esfuerzo de leer entre líneas, supongo.

Recuerdo que leyendo el libro de Cafèambllet me encontré con un párrafo que pensé: es esto. Comentaban que toda la información muchas veces ya existe, sea en el Diari Oficial de la Generalitat de Catalunya (DOGC), o en el Boletín Oficial del Estado (BOE). Y también en general en la prensa, pero tienes que estar mirando lo que te dice un diario, hasta dónde llega porque es de una determinada ideología, e irte al otro para encontrar la información que falta. Es la pregunta que me hago en el libro, de hasta qué punto no explicar toda la verdad también es mentir. Porque a pesar de que a veces podemos acceder a toda la información en la prensa, para llegar hasta la verdad tienes que dedicarle 24 horas, y esto el ciudadano normal no lo puede hacer.

¿Se ha perdido el periodismo de investigación?

En los grandes medios creo que en la actualidad no se hace. Siendo optimista, se abren algunas puertas de gente que está intentando crear medios alternativos. Cuando te hablan del Caso Pretoria, o el Caso de las ITV, si no has seguido el caso es una información más, pero que si no te lo contextualizan no te aporta nada. No puedes ver todas estas connivencias que hay entre los distintos poderes y las distintas élites.

Utiliza el subtítulo de “Amiguismo, corrupción y otras miserias”, ¿el amiguismo es la clave de la corrupción?

Sí, están las dos versiones: el nepotismo, que sería directamente tirar de las familias para intentar conseguir colocar a alguien dentro de una institución, sea privada o pública, y después este amiguismo, que vemos todos. Esto de las puertas giratorias, o que dentro de un mismo partido, incluso cuando se pierden las elecciones, todos acaban encontrando un puesto. La madre del cordero de todo esto es si realmente los políticos tienen vocación de servidores públicos o lo ven como una profesión más, que eso es lo que no debería ser, sino tener muy claro que debes estar un tiempo para dejar las cosas mejor de como te las habías encontrado, y no sólo para encontrar un cargo.

El caso del clan Pujol, que a pesar de que se ha querido presentar como un asunto estrictamente familiar parece que incluye todo un engranaje de comisiones, adjudicaciones públicas, y evasión de capitales, ¿es un caso paradigmático de cómo ha funcionado el poder en Cataluña, y en España?

Sí. Pujol ha gobernado con mayorías absolutas durante 23 años, esto crea unas connivencias económicas, financieras… aparecen empresas constructoras, bancos, incluso algunas Sicavs, una de ellas en manos de Pilar de Borbón… Por no hablar de todos los casos de corrupción que ha habido relacionados con Convergència, y sobre todo Unió, no nos olvidemos. Y ha sido una buena muleta tanto para el PSOE, en primer lugar, como después para el PP. Aquí se añaden muchos temas, no sólo estas connivencias, sino ahora, a raíz del proceso que se está viviendo en Cataluña, por qué la información se dosifica y sale en un determinado momento cuando en teoría ya se tenía antes, dice mucho de hasta qué punto ha llegado la política.

El poder, por eso, ¿está en la política?

No. Hay un capítulo que titulo ‘Yo mando, tú gobiernas’ que sería un buen resumen de lo que me estás preguntado. Una cosa son los políticos y otra el poder real, que normalmente es el poder económico y financiero. Por eso es tan fácil criticar a los políticos, y disparar (metafóricamente hablando) contra ellos, porque realmente quien tiene el poder es quien está por encima. Parece que no pase nunca nada, por ejemplo a nivel laboral, con el Corte Inglés, Inditex, o La Caixa, o el Banc de Sabadell, con la cantidad de trabajadores que tienen… porque aquí ya estamos hablando del poder real.

Y este poder real queda bastante en un segundo plano en la vida pública… En el libro aparecen muchos grandes empresarios con un peso importante en muchos casos de corrupción, pero no suelen escucharse…

Claro, ponte en la situación. Tú eres uno de estos grandes personajes que realmente tienes poder. Desde un Isidre Fainé hasta unos apellidos tan ilustres como Carceller, Godia, etc. ¿Qué necesidad tienes de exponerte y hacer una entrevista en un medio de comunicación si tienes más a perder que a ganar? Y además no lo necesitas, porque puedes controlarlo todo sin la necesidad de esta sobreexposición.

Le dedica un capítulo a la monarquía, centrado en su rama catalana, principalmente en Urdangarin y la infanta Cristina. ¿El Caso Urdangarin ha abierto la veda para entrar a fondo a investigar la institución?

A pesar de que últimamente se dice que se ha abierto el melón, creo que no es así, hemos visto qué ha sucedido con algunas publicaciones satíricas que han intentado continuar por este camino… Relacionándolo con lo que comentábamos antes sobre el periodismo de investigación, yo encontraría interesantísimo, si estuviese en una redacción, que alguien fuese lo suficientemente valiente para decir ‘vamos a tirar del hilo de las presuntas comisiones que podría haber cobrado el rey Juan Carlos I’. Es un tema interesantísimo para cualquier periodista, y a día de hoy nadie lo ha hecho. Todavía hay un buen paraguas arriba, porque es uno de los polos de este régimen.

Sobre el poder que se perpetúa, hay un apartado en el que repasa distintos personajes que habían tenido relación con el franquismo, y vemos cómo estos mismos o sus descendientes siguen manteniendo posiciones de poder…

Cuando comienzas a tirar el hilo de los apellidos ves muchos que se repiten, o gente que tenía cargos importantes, que incluso fueron ministros de Franco, viven muy bien, gracias también a las fortunas que se hicieron entonces. A pesar de que en su momento mucha gente intentó vendernos la película de que en el franquismo no había corrupción… Te encuentras casos como el del Banco de Siero, de la familia Rato, relacionada indirectamente por lazos familiares con los Botín… También el de José Manuel Lara, que tiene la sede de Planeta en este edificio tan bonito de la Avenida Diagonal (que antes había sido sede de Banca Catalana, curiosamente), en una avenida por donde entró su padre con las tropas del general Yagüe en la Guerra Civil española. Un personaje que dijo que si se produce la independencia de Cataluña él se iría, en esos momentos que piensas, ¿Por qué no habrá ningún periodista que le diga que indirectamente ya se ha ido? Porque empiezas a investigar y ves que el Grupo Planeta tiene sociedades en paraísos fiscales o en territorios de baja tributación. Es toda esta hipocresía que vale la pena, por lo menos, explicarla.

También se centra en el Barça, como eje de poder.

Una cosa que me he ido encontrando es que muchos de los casos, desde el caso de Lloret de Mar, con el diputado de CiU Xavier Crespo, como incluso en el caso Urdangarin, salían muchos implicados que habían estado trabajando dentro del Barça o colaborando directa o indirectamente con el club. Es un polo de atracción, como se dice también del palco del Bernabéu en el caso del Real Madrid, que es donde se hacen muchos negocios. Es curioso como todo el mundo quiere acabar trabajando en estos grandes clubes de fútbol. También encontramos negocios inmobiliarios que se mueven alrededor…

Lo apunta el magistrado Santiago Vidal en el prólogo, que después de leer el libro el lector puede tener la sensación de que no hay nada que hacer, de que la corrupción está tan arraigada y extendida que no se puede eliminar. Usted que se ha sumergido durante cuatro años, ¿tiene la misma sensación?

Tienes días mejores y días peores. Pero en general soy optimista, sí que es verdad que a lo largo del libro se te abren dos caminos, uno podía haber sido el nihilismo absoluto, el hecho de decir que todo el mundo es corrupto y no hay nada que hacer; y el otro es ser un poco más modesto y a la vez generoso y decir, ¿qué puedes hacer tú? Esta es mi modesta aportación. Intentar recopilar todo esto para estar informados.

¿Y qué podemos hacer los demás?

Primero estar bien informados, que no es fácil; después dar apoyo a cualquier iniciativa o proyecto que vaya en el camino de hacer esta renovación, sea desde asociaciones alternativas de barrio, o determinados partidos políticos, porque no todos los partidos son corruptos, ni en todos hay el mismo grado de corrupción. Pero sobre todo que no vuelva a ocurrir, ojalá fuera así, esta división entre la ciudadanía y estos partidos políticos que han acabado convirtiéndose en cómplices de estas élites. También debemos hacer autocrítica sobre por qué nos hemos alejado y les hemos dejado hacer.

 

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