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Algunos mitos sobre la violencia contra las mujeres

A pesar del esfuerzo colectivo realizado desde prácticamente todos los ámbitos, se continúan reproduciendo los tópicos y una serie de mitos

En sólo 15 días, julio es el mes con más víctimas por violencia machista.

“Ante las atrocidades tenemos que tomar partido. El silencio estimula al verdugo”
(Elie Weisel, Premio Nobel de la Paz 1986)

Han pasado varios años desde la completa aplicación de la Ley Orgánica 1/2004, de 28 de diciembre, de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género, conocida popularmente como Ley integral, y es imposible no encontrarnos cada mes un asesinato de una mujer a manos de su compañero o ex compañero. Las medidas adoptadas no están sirviendo para acabar con una socialización del género masculino y femenino que haga imposible el uso de la violencia. Lejos de reducirse el problema, la información y el conocimiento vivencial existente me permiten afirmar que la situación se perpetúa.

El Informe Igualdad y prevención de la violencia de género en adolescentes (2010) ponía de manifiesto la perpetuación de comportamientos violentos en las relaciones de pareja en los adolescentes. Una de cada diez chicas dijo haber vivido situaciones de maltrato y un 13% de los chicos reconoció haber ejercido dichas actitudes con las chicas. El 23% de los chicos se mostró bastante de acuerdo en que “es justificado agredir a alguien que te ha quitado lo que es tuyo”. Pero, ¿qué es lo tuyo?, ¿tu pareja es tuya?

A pesar del esfuerzo colectivo realizado desde prácticamente todos los ámbitos, se continúan reproduciendo los tópicos y una serie de mitos. Los mitos forman parte del sistema de creencias de una cultura o de una comunidad, la cual los considera historia verdadera. ¿Y qué es una creencia? Un estado mental en el que el individuo tiene como verdadero el conocimiento, no se cuestiona y sustenta nuestra cosmovisión del mundo. Veamos algunos que al tener efectos habría que eliminar:

a) El maltrato a mujeres es raro y aislado.

A pesar de que España no es el país que más feminicidios presenta, entre 2000 y 2009, una media de 3,2 mujeres por millón han sido asesinadas por sus parejas cada año. Durante estos años 629 mujeres en España han sido asesinadas. Lo que supone una media de casi 63 mujeres asesinadas al año, con el agravante de que cada vez son más jóvenes. Si atendemos a los datos de denuncias, el número de estas es alarmante. En 2012 hubo un total 128.543 denuncias presentadas por violencia de género. Ese año se registraron una media de 352 denuncias diarias, según la estadística difundida por el Observatorio contra la Violencia Doméstica y de Género.

Pero las denuncias sólo son un indicador del maltrato. Según la Macroencuesta del Instituto de la Mujer (2011), 2.154.706 mujeres han sufrido maltrato alguna vez en su vida.

b) A las mujeres les gusta el abuso, sino se marcharían.

Habría que pensar en tres elementos importantes. Uno sería de tipo económico. Hay mujeres que carecen de autonomía económica, de modo que romper con su agresor resulta aún más difícil. Pero existe un número importante de mujeres con empleo, autonomía económica y una profesión que también padecen situaciones de violencia. Hay que olvidarse ya de esa idea de que el maltrato a mujeres ocurre principalmente en familias de bajos ingresos y étnicas propia de cuando la información solo se obtenía de los datos que aportaban los servicios sociales. El segundo sería la dependencia psicológica y emotiva.

Aunque no existe un perfil previo de mujer maltratada, el maltrato produce una serie de secuelas psicológicas que hace muy difícil a las mujeres salir del ciclo infernal en el que se encuentran. La falta de autoestima a que les conducen les hace pensar que son ellas las responsables de la violencia que padecen.

Finalmente, hay que pensar que la violencia no se produce en ciclos (aislamiento, control, violencia física y finalmente momento de arrepentimiento), pero para que se inicie tiene que existir la idea de que estás frente a un inferior. Nadie maltrata a un igual, solo ejerce sobre alguien a quien se considera inferior.

c) La violencia es un asunto familiar y no debe salir fuera, sobre todo si hay hijos.

Ningún acto que dañe a una persona física, psicológica o sexualmente puede ser considerado como privado, sólo se debe considerar como falta o delito. Por otra parte, si una mujer es agredida, los niños y niñas se convirtierten en testigos y por tanto víctimas secundarias, cuando no directas. En 2012 hubo 6 menores víctimas de violencia de género y en abril de 2013 ya van 5. A este respecto, uno de los últimos debates del gobierno del PSOE fue la creación de un registro de malos tratos infantiles.

d) Cuando una mujer dice NO quiere decir Sí.

Existe el mito de que las mujeres no decimos lo que pensamos. La peor interpretación en este sentido se produce en las relaciones sexuales. Parece que las mujeres aunque estén deseando tener relaciones debieran “decir que no” siempre, de modo que los hombres no saben a qué atenerse. Es evidente que las mujeres somos capaces de saber y decir cuando queremos o no tener sexo  y conviene recordar que “cuando ella dice no” es una violación.

e) La violencia es una lacra social propia de países subdesarrollados y tenderá a desaparecer con el tiempo.

La violencia se perpetuará, al igual que patriarcado, si no se actúa en la dirección correcta. Incluso aumentará a medida que se sigan reduciendo los ámbitos de prevención y mediación que hasta ahora se habían abierto. Pero la violencia contra las mujeres también aumentará puesto que ésta no es sino la práctica más extrema de discriminación. La reducción en un 24% de la partida destinada a políticas de igualdad en los últimos Presupuestos Generales del Estado muestra falta de interés por una sociedad igualitaria.

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Begoña Marugán Pintos es profesora asociada de la Universidad Carlos III de Madrid y adjunta de la Secretaría de la Mujer de la FSC-CCOO. Doctora en Sociología. Licenciada en Ciencias Políticas y también en Sociología por la Universidad Complutense de Madrid. Forma parte del Consejo del Instituto de Investigaciones Feministas de la UCM y ha sido coordinadora del Seminario Feminismo y Cambio Social. Su línea prioritaria de militancia, investigación, publicación y docencia ha sido el feminismo, y dentro de esta se ha centrado en temas relativos al trabajo, el empleo y la violencia que se ejerce sobre las mujeres. Actualmente participa en el Proyecto Europeo “The fight against trafficking in human being in E.U: Promoting legal cooperation and victims protection”.

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Comentarios
  1. Totalmente de acuerdo Miguel, violencia, especialmente psicológica, contra los hombres, denuncias falsas, acuerdos de separación/divorcio casi siempre favorables a las mujeres; discriminación legal contra los hombres (impago de pensión es delito, incumplir régimen de visitas no) y un largo etc. Todo ello por no entrar en que la ley considera que toda violencia ejercida contra la mujer es por cuestión de «género» no dando pie a otras posibilidades y obviando que, en realidad el número de mujeres víctimas de homicidios en España es muy inferior que el de hombres. Es decir, que la raiz de la violencia física, mayoritariamente masculina, no es la cuestión de «género». Claro que cada una puede usar las estadísticas a su gusto y hacer un coctel a la medida de sus pretensiones. Dicho todo lo dicho abomino de la violencia machista. Algo compatible con estar en total desacuerdo con determinadas formas de activismo feminista.

  2. Yo añadiría mas mitos a la lista, como por ejemplo:
    -la mujer nunca ejerce la violencia (incluida la psicológica) hacia su pareja o demas miembros de la familia.
    -el hombre es malo, la mujer buena.
    -no es cierto que hayan denuncias falsas.

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