Cultura | OTRAS NOTICIAS
Pantalla iconoclasta en Donostia
El Festival Internacional de Cine de San Sebastián arranca este viernes con una sección oficial a competición particularmente cargada de cine español
Artículo publicado en el número de septiembre de La Marea, que puedes adquirir en quioscos y en nuestra tienda virtual
Cine que no teme a abordar el terrorismo desde lugares no transitados (como la comedia o los GAL), cine que mira de frente también desde el humor a los causantes de la crisis económica que venimos pagando, cine hecho por una mujer pionera cuyos poderosos personajes femeninos conviene rescatar… El Festival de Cine de San Sebastián viene dispuesto a combatir esos soporíferos lugares comunes a los que parecemos abocados al llegar septiembre: que si la vuelta al cole, la depresión posvacacional, la llegada del otoño… Zinemaldia, que programa buena parte del cine más prometedor que nos llegará en los próximos meses a las salas comerciales o filmotecas, propone en su 62ª edición una alta presencia de cine español en su sección oficial, vasco en particular, y ciclos sugestivos, como el que recupera la filmografía de la primera mujer en dirigir una película sonora y la única en hacer películas profesionalmente en los años dorados de Hollywood: Dorothy Arzner.
La cita arranca el 19 de septiembre, pistoletazo de salida mediante, a cargo de Denzel Washington, quien recibe el premio Donostia de esta edición. La sección oficial a competición viene particularmente cargada de cine español, con cintas como la ciencia ficción de Autómata, dirigida por Gabe Ibañez y producida y protagonizada por Antonio Banderas; el thriller enérgico de Alberto Rodríguez, La isla mínima, que tan bien mezcla cine negro y crítica; el misterio de uno de los directores más sorprendentes surgidos en los últimos años, Carlos Vermut, y su segundo largometraje Magical Girl; y el lirismo de Loreak, de Jon Garaño y Jose Mari Goenaga.
Mirada al terrorismo
No concursan por la Concha de Oro ninguno de los dos films que tocan la espina terrorista: en la sección oficial, pero fuera de competición, estará el drama Lasa y Zabala, donde el director Pablo Malo reconstruye el caso de los dos miembros de ETA que fueron torturados y asesinados por los GAL en 1983. En la sección Zabaltegi se presenta la mirada cómica de Borja Cobeaga, que con Negociador, y tras el éxito arrasador de su guion de 8 apellidos vascos, plantea una negociación de paz con poca solemnidad y mucho cachondeo. También en Zabaltegi Virginia García del Pino, autora clave de la no ficción española de los últimos años, nos acerca en La décima carta a la mirada crucial y política de Basilio Martín Patino, para quien la directora escribe una última misiva cinematográfica (recordemos aquellas nueve previas del director en su ópera prima de 1966, Nueve cartas a Berta).
La sección oficial se completa con los últimos trabajos de un habitual del certamen, François Ozon, Concha de Oro de 2012, que presenta La nouvelle amie y la también francesa Mia Hansen-Love, que propone un vigoroso periplo de ficción por la escena electrónica del París de los noventa, entre otros.
Directora pionera
Además, entre los ciclos de Zinemaldia, donde también estará el cine de Europa del Este en el ciclo Eastern Promises, destaca la retrospectiva dedicada a visibilizar por estos lares a Dorothy Arzner, cineasta, editora e inventora (ella dio con el micrófono boom típico para hacer cine colgando un micro de una caña de pescar), que fue la única y solitaria directora profesional de la era dorada del Hollywood de los años treinta. En sus películas trabajó con actrices claves de aquellos lustrosos y masculinos años –Claudette Colbert, Katherine Herpburn, Joan Crawford…– y puso en juego a personajes femeninos que desafiaban los roles patriarcales con inteligencia y sagacidad en films como La loca orgía (1929), Working Girls (1931) o Tuya para siempre (1932). Fue la primera mujer en formar parte del Sindicato de Directores de América y la única durante décadas. El ciclo pasará a la Filmoteca Española después del festival.