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De letras y números: peticiones de un “pigo del lenguage”
Como 'pigo del lenguage' científico, lo que quiero es lanzarte unas peticiones concretas a tí, que compartes, comunicas e informas, seas o no periodista.
Al cruzarte con un hoygan te nace: «¡mis hogos!», y te llaman talibán ortográfico o «un pigo del lenguage». Pero ¿tratas con el debido respeto a los números, como haces con las letras?
Expresarse bien y pedir a otras personas que se expresen bien no es elitismo. Al contrario: necesitamos al lenguaje como herramienta intelectual para defendernos de las élites. Me gusta mucho cómo escribía sobre esto Fernando Lázaro Carreter hace casi 40 años, así que voy a empezar citándole. De Idioma y ciudadanía, en 1976: «La lengua debe ser considerada y tratada como instrumento. […] Nada más absurdo que valorar la pobreza [de la lengua] como atributo de clase, como arrogante emblema de un estado social, de un modo peculiar de cultura. Un movimiento socializador, que tienda a una participación colectiva en los bienes, no puede empezar deseando el empobrecimiento de éstos ni de sus medios de producción. Y ocurre que, dicho en toscos términos materiales, el idioma es un medio básico de producción».
Usamos el lenguaje para construir nuestro pensamiento, y por tanto es una herramienta básica. En esto ya se ha incidido aquí cerca, así que no voy a insistir.
Como pigo del lenguage científico, lo que quiero es lanzarte unas peticiones concretas a tí, que compartes, comunicas e informas, seas o no periodista:
1: Cuando proceda, cuantifica: expresa la información mediante números y sus correspondientes magnitudes.
2: Si usas números, ten a mano tu fuente, porque un buen lector te la pedirá.
3: Si estás expresando cantidades, da un contexto a esas cantidades.
4: Pide ayuda a un científico siempre que la precises.
Empiezo con el primer punto: los números, esa gran ayuda a la hora de cuantificar. ¿Cuantas veces hemos leído u oído algo del estilo de «la mayoría de los estudiantes universitarios [o la mayoría de las personas que viven en la pobreza en el mundo, o la mayoría de las víctimas de violencia doméstica] son mujeres»? Es obvio que, para un grupo grande y casi para cualquier actividad humana, la mayoría serán, o bien hombres, o bien mujeres. Ahora bien: ¿se trata de una mayoría relevante? ¿Estamos hablando de 55:45, de 70:30, de 85:15? Si ponemos esas tres mayorías en números nos damos cuenta de que significan desequilibrios muy distintos.
Ahora una perogrullada, por si las moscas. Los números no bastan: las magnitudes que acompañan a los números no son opcionales y desde luego magnitudes distintas no son intercambiables entre sí, aunque suenen parecido. Los metros no son metros cuadrados, y los kilovatios-hora no son kilovatios. Más problemas habituales: si no das la unidad de tiempo, ¿cómo quieres que sepa si es al día o al año? Y si estás comparando dos países, ¿hablas en total, por habitante o ponderando por PIB?
Mi segunda petición: ten a mano el origen del dato numérico. La clave es que en ciencia los números no están completamente definidos si no se explica bien cómo se han obtenido. Por ejemplo: se cuantifica el seguimiento de huelga general, pongamos un viernes de otoño, dando el dato de que el consumo eléctrico ha bajado un 25%. Vale, ¿y eso es un 25% menos que el jueves, la víspera? ¿O es un 25% menos que el viernes de la semana anterior, para tener en cuenta las diferencias de consumo entre los días de la semana? ¿O es un modelo más complicado, que corrige teniendo en cuenta cambios de temperatura o la proximidad de las Navidades? Cada forma de calcularlo va a dar un número, todos los modelos tienen defectos, y si no me dices qué modelo usas no puedo valorar bien el resultado. Por eso en las publicaciones científicas es imprescindible detallar los materiales y métodos experimentales y el modelo teórico.
El tercer punto: los números, incluso estando bien definidos, no se pueden entender adecuadamente sin un contexto. ¿Ese aumento del PIB (del paro, de la deuda externa) es alto o es bajo? ¿Es sorprendente o esperado? ¿Qué pasó el año pasado? ¿Y qué ha pasado en otros países?Esto ya es pedir por pedir, pero sería crucial: ¿qué modelos matemáticos serios estaban tratando de predecir ese número, y qué tal les fue? Las previsiones del gobierno o de organismos oficiales, si no me explican en cada ocasión qué modelo han usado, no me valen de mucho, porque dependen de la política. En cambio, si me das el modelo, puedo estudiar su funcionamiento, y podré valorar las previsiones, y tener criterio para decidir qué medidas me parecen más positivas.
Y el último punto realmente es para facilitar los anteriores: en caso de dudas, si se trata de números o magnitudes, buscar la asesoría de alguien que tenga idea de ciencias igual es buena idea para no meter la pata.
Un problema muy habitual son los cambios de los porcentajes, que si no se definen bien no significan nada. Si dentro de unos años, por ejemplo porque estamos poniendo en marcha lo del trabajo garantizado, el paro en España ha bajado hasta el 20% y el año siguiente el paro baja hasta al 10%, ¿diremos que el paro ha bajado un 10%? ¿o que ha bajado un 50%, porque se ha reducido a la mitad? ¿Sabemos qué significa el tanto por cien, o no lo sabemos? La clave es la siguiente: hay 10 parados menos por cada 100 personas en la población activa en el año en curso o 50 parados menos por cada 100 parados del año anterior. Ahora, si el paro es del 20% y te dicen simplemente que ha bajado un 10%: ¿cómo saber si se ha quedado en un 10% o en un 18%?
Vale que los números son difíciles, pero para eso estamos quienes tenemos una educación en ciencias: pedidnos ayuda y expresaréis la información mejor, lo que ayudará a todos a entender mejor la realidad para poder tomar decisiones más informadas. Y ya solo faltará que, en correspondencia, de vez en cuando nos bajemos del pedestal de las ciencias y también os pidamos ayuda a la gente de letras para expresarnos con algo de corrección, propiedad y claridad.