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Proceso soberanista (3): ¿Quién integra el movimiento independentista?

El independentismo ocupa hoy una posición predominante en el catalanismo político y abarca posiciones ideológicas y económicas diversas

El número de septiembre de La Marea apuesta por analizar el proceso que vive Cataluña sin caer en la guerra de trincheras desde la cual suele abordarse. En los próximos días iremos publicando los distintos bloques que forman parte del dossier, que aborda el proceso soberanista catalán desde diversos ángulos con el objetivo de ofrecer las máximas herramientas posibles al lector para comprenderlo.

Si nos ciñésemos a las portadas de la derecha mediática sobre el proceso soberanista parecería evidente que la pulsión independentista que vive Cataluña está motivada, impulsada y protagonizada por un inaudito cambio de rumbo del president de la Generalitat, Artur Mas. Pero lo cierto es que el líder de CiU y su formación llevan mostrándose favorables a la secesión desde hace sólo dos años. Y a fecha de hoy siguen haciéndolo con un lenguaje que muchos califican de ambiguo. El independentismo, que en las últimas décadas había quedado relegado a fuerzas de izquierda no mayoritarias, ocupa hoy una posición predominante en el catalanismo político, y abarca posturas ideológicas y posiciones económicas diversas. El apoyo a la realización de una consulta de autodeterminación es todavía mayor.

“Hay mucho debate sobre si es un movimiento de la burguesía o de las clases populares, y creo que es un poco de todo, porque se trata de un conflicto que está muy poco ligado al económico o de clases. Hay personas de derechas con ideas independentistas y otras que no; y lo mismo sucede con la gente de izquierdas”, afirma la politóloga Berta Barbet. En el bloque soberanista se sitúan desde la CUP, con una postura netamente anticapitalista, hasta CiU, representante histórica de la oligarquía económica.

Una buena muestra de la transversalidad del movimiento soberanista es la composición del Pacte Nacional pel Dret a Decidir, la organización de carácter parlamentario creada con el objetivo de llevar a cabo la consulta, y que en el manifiesto fundacional expresa que “Cataluña es nación, y toda nación tiene derecho a decidir su futuro político”. Entre las organizaciones que asistieron en junio del pasado año a la constitución del organismo se encuentran los sindicatos UGT, CCOO, USOC, Intersindical-CSC y Unió de Pagesos; entidades cívicas como la Federación de Asociaciones de Padres y Madres de Cataluña y la Confederación de Asociaciones Vecinales de Cataluña (CONFAVC); las patronales CECOT, FEPIME y PIMEC, y agrupaciones empresariales como la Confederación de Cooperativas de Cataluña y Jóvenes Agricultores y Ganaderos de Cataluña, así como entidades marcadamente soberanistas como Òmnium Cultural, la Asamblea Nacional Catalana (ANC) y la Asociación de Municipios por la Independencia, además de los partidos pro-consulta.

Tres cuartas partes de los municipios, por la independencia

El mapa de los municipios catalanes dibuja una gran implantación del independentismo. Lo atestigua que 692 de estos, el 73% del total, estén adscritos a la Asociación de Municipios por la Independencia, una organización creada con el objetivo de crear «un amplio espacio de debate donde compartir ideas, iniciativas, experiencias, información, herramientas de gestión y todo aquello que pueda ser útil para llevar al pueblo de Cataluña hacia la independencia para conseguir las plenas competencias municipales», según exponen. Más de setenta de estos municipios están gobernados por alcaldes socialistas. En centenares de localidades, bajo el panel con el nombre del pueblo que saluda a los visitantes se constata la pertenencia del pueblo a la asociación. En cinco comarcas, el 100% de las localidades están adheridas a la AMI, y tan sólo nueve de las cuarenta y una de Cataluña tienen menos de la mitad de sus municipios en la organización.

Organizaciones ciudadanas como Súmate, integrada por personas que usan la lengua castellana habitualmente y que nacieron fuera de Cataluña, son un ejemplo de la adhesión de parte de la inmigración española al proceso soberanista. En el acto fundacional de Barcelona intervinieron personas de perfiles a priori alejados del independentismo como Manolo Ortega, exmilitante de UPyD, y Carlos Treviño, excandidato municipal por el PP.

Si el proyecto no fuera transversal no tendría nada que hacer, argumenta el politólogo Ferran Requejo: “Si alguien plantea la independencia para hacer un país de izquierdas o de derechas, está equivocado. De ahí el éxito que han tenido movimientos como el de la Asamblea Nacional Catalana”.

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Comentarios
  1. CiU no representa la oligarquia. Representa a las clases medias e incluso a los trabajadores cualificados en la Catalunya no metropolitana. Si fuese oligarquia, jamás habría conseguido tanta implantación en un país con mentalidad abierta y antifascista como Catalunya. Además, la oligarquia es heredera directa de los vencedores de la guerra y de quienes se aprovecharon del franquismo, y esta gente votó UCD y después Partido Popular, no os confundáis. No consideron nunca a Pujol como uno de los suyos, por demasiado catalanista y por poco conectado con los grandes interés del capital monopolista y financiero.

  2. No s’hauria d’haver aplegat fins aquí. Una constitució actualitzada, amb el dret a decidir sobre model de govern i independència de futur, crec que haguera aplacat tota la revolta que ans retrocedeix a 1714 Quan francesos i castellans destruïren Barcelona i sotmeteren Catalunya juntament amb la resta dels Països Catalans. Catalunya, representa el que representa, i amb veu alta o baixa ho sentim i sabem tots: Catalunya és el cap dels Països Catalans. Pot ser sotmesos, però no vençuts. Barcelona com a referència capitolina i la idiosincràsia catalana/valenciana/ mallorquina com a argument, no estaríem on som, sota el cetre Alemany.

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