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Boicot académico a Israel: una experiencia personal

"Mi decisión provisional", afirma el autor, "es seguir trabajando con mis colaboradores en Israel mientras sigo buscando formas de desmarcarme públicamente de la política y de las acciones militares de su gobierno."

Como tú que me lees, y como la mayoría, llevo semanas horrorizado por las atrocidades perpetradas por el ejército de Israel en Gaza. Como tú que me lees, y como la mayoría, también soy consciente de que esto es un episodio más en una política opresiva y militarista que dura décadas y que algunos han relacionado con el apartheid.

Dentro de la campaña de Boicot, Desinversión y Sanciones está el debate sobre la retaguardia académica y sobre si sería positivo un boicot académico. Si trabajas en ciencia, quizá has seguido la reflexión en el Círculo de Podemos Ciencia y la réplica en Ciencia para el Pueblo.

Esta no es una idea nueva: un boicot académico contra Israel es algo que está sobre la mesa -y, en realidad, que está en marcha- desde hace más de una década, y no en España sino internacionalmente. Para entenderlo mejor y ponerlo en su contexto, es útil recordar el tambien complejo y debatido boicot académico a Sudáfrica (o a las instituciones pro-apartheid en Sudáfrica), que duró unos 30 años y del que se dice que tuvo un efecto sobre todo simbólico de apoyo a las instituciones anti-apartheid.

Nos pasamos la vida firmando para campañas de Amnistía Internacional y llamamientos de Avaaz. ¿Y qué pasa cuando, en vez de firmar, estás en la situación de participar en un boicot personalmente? Como ya comenté aquí, yo tengo colaboradores científicos en Israel. Y así me encuentro con la responsabilidad de tomar una decisión trascendente, que va mucho más allá de firmar un manifiesto.

¿Qué harías ante una situación así? En mi caso, para tomar una decisión he empezado por leer, por hablar y por documentarme. Sin dejar de sentir, claro: las imágenes del horror no salen de mi cabeza. He intercambiado varios correos cargados de dolor y de diálogo con uno de mis colaboradores de Israel, y he consultado también a un amigo español que vive en Ramala. He leído las razones de Stephen Hawking para sumarse al boicot académico, y las de Noam Chomsky, que teme que el boicot haga más mal que bien a la causa. A este último me permití escribirle preguntándole más detalles, ya que respeto mucho sus puntos de vista políticos y sociales, y tuvo la amabilidad de contestarme, defendiendo la utilidad y la ética de hacer un boicot selectivo de la ocupación pero mantener la colaboración en territorio no ocupado. He leído también sobre un par de académicos israelíes prominentes, muy críticos con la política de su país y que también piden Boicot, Desinversión y Sanciones, y les he pedido su punto de vista. Y he empezado a leer +972mag.

A la hora de tomar esta decisión, me he puesto como prioridad el no empeorar las cosas, no ser cómplice del horror (¡qué menos!). Adelanto que mi investigación científica es de tipo básico o fundamental, y que no tiene uso militar potencial, al menos no en las próximas décadas. Mis colaboradores tampoco trabajan en los Territorios Ocupados. Eso ya es algo: al menos no estoy contribuyendo directamente a la guerra ni a la ocupación… pero no lo es todo. En conciencia, tampoco puedo aceptar que mi trabajo contribuya a normalizar las relaciones internacionales del Estado de Israel, que frecuentemente saca pecho como país moderno por sus avances científicos. Así pues, la decisión que tome ha de servir para desvincularme y condenar públicamente las violaciones de los Derechos Humanos perpetradas por el Estado de Israel. Para hacer público, por las vías que encuentre, mi rechazo a la atrocidad, para que mi colaboración científica presente, pasada, y, si la hay, futura, no se confunda con lo que no es. Esto parece relativamente fácil: en parte ya lo estoy haciendo aquí, y nada me impide el seguir haciéndolo.

Mi objetivo secundario es contribuir a mejorar algo, y aquí ya tengo dudas sobre el mejor camino. ¿Cual va a ser el proceso por el que Israel tome finalmente -dentro de años o dentro de décadas- el camino de la paz y los derechos humanos? ¿Será una decisión política o económica? ¿Hay que ganarse a la opinión pública israelí? ¿atraer a los votantes de centro, que son los que deciden las elecciones, o tratar de escorar más a la izquierda a los que ya son de izquierdas (en Israel izquierda y derecha se entienden fundamentalmente como la actitud para alcanzar la paz, simplificando: negociación o victoria)? ¿Dependerá de la evolución de la situación del mundo árabe, saldrá la solución de la propia Palestina? ¿O al final la decisión vendrá de EEUU, y en ese caso la presión que se haga hay que hacerla con los ojos puestos en el Oeste, y no en el Este?
Y ¿qué efectos tiene un bloqueo en todo esto? ¿Es posible que se use para dar más madera a la línea dura del sionismo, dándoles argumentos para atrincherarse en su punto de vista?

Finalmente, y compitiendo en importancia con el segundo objetivo, están mis relaciones humanas y laborales particulares. Son menos relevantes en el gran esquema de las cosas, supongo, pero también son mucho más fáciles de evaluar.

Por el momento, he decidido seguir trabajando con mis colaboradores en Israel, y seguir buscando formas de desmarcarme públicamente de su política y de sus acciones militares. La decisión es provisional, pues estoy a la espera de varias conversaciones, y también espero que este texto me sirva para abrir algún debate que me pueda ser productivo. Lo que está claro es que toca comprometerse, aunque duela. No apartar la cara, no pasar de follones, darse cuenta de que la democracia real que queremos consiste precisamente en tomar decisiones muy difíciles: tomar y hacer en vez de pedir y esperar.

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Comentarios
  1. Interesante reflexión dentro de una situación dramática. ¿ Pero nadie habla de Hamás? ¿Que crees que piensa el israelí medio? Que digo yo que también los habrá normales y que no todos desayunaran niños gazatíes. ¿Que opina ese israelí de una comunidad internacional que no dice NADA de una partido politico (que por cierto es el que gobierna en Gaza ahora mismo) que tiene establecida como una de sus principales misiones la destrucción de Israel? ¿No piensas que ese israelí merece nuestra solidaridad ante alguien que simple y llanamente ha declarado su intención de hacerlo desaparecer? Y si, muchos en Israel quieren la PAZ. Y si, otros muchos NO la quieren. Gracias

    • No he hablado de Hamás para no complicar más el tema, que ya era lo bastante difícil. Pero sí, Hamás preocupa y mucho, y al menos en parte con razón. Y la opinión pública internacional (de izquierdas, sobre todo) preocupa a los israelíes de izquierdas. Y se habla de un alto el fuego -hace varias semanas- que Hamás no aceptó, parece ser que por presiones de Qatar. Qatar es un país que la izquierda internacional critica con motivo en general, pero que no relacionamos con este conflicto en particular.

      En cuanto a la desaparición de Israel como objetivo, ciertamente a muchos israelíes les parece una amenaza de muerte personal. Con esto me cuesta algo más empatizar, porque para mí el Estado es una cosa y las personas otra muy distinta. Con el miedo a la amenaza de muerte empatizo, pero yo no viviría una amenaza a España como una amenaza personal.

    • Pues Hamas ha declarado alguna vez que está dispuesto a aceptar a Israel (a cambio de cosas, claro). Compárese con las declaraciones de políticos (¡y militares!) sionistas en Israel. Al fin y al cabo, es Israel y no Hamás (¿por qué no se hacen diferenciaciones entre partidos en otros sitios?) quien mantiene desde hace ya casi una década un embargo brutal, denunciado por la comunidad internacional, sin otro motivo real que la victoria electoral de Hamás. Además de otros castigos a la población Palestina, a los palestinos en el mismo Israel, la invasión de territorio Palestino (y no olvidemos que también ocupa parte de Líbano y Siria), etc. Francamente, ni punto de comparación. Como comentaba un activista palestino una vez: «si no quieren que Hamás tire cohetes, que EEUU nos dé millones de dólares en tanques, cazas y bombas pesadas, para que podamos hacer lo mismo que Israel».

      • Antes que nada muchisimas gracias a Alejandro por su respuesta pero me parece un pelin excesivo decir que una amenaza a España no supone una amenaza personal…Yo paso mas de la mitad de año fuera del país pero si mañana los portugueses, los gibraltareños o los marcianos declararan que quieren acabar con el estado español me preocuparia y me sentiría amenazado. Porque veo complicado querer acabar con un país y no acabar con sus ciudadanos y con sus infraestructuras. De hecho Hamas no pone bombas contra «el estado», las pone en los autobuses y los cohetes que lanza le caen a la gente, no al «estado». Creo que eso deja claro cual es su objetivo…
        Y a David decirle que el muro es una verguenza si, pero «desgraciadamente» hizo que los atentados disminuyeran y dio alas a aquellos que quieren mantener el yugo lo mas férreo posible sobre el pueblo palestino. Eso a mi tampoco me mola, pero los autobuses dejaron de volar… Y si diéramos cazas y cohetes y Hamas no acabariamos con el problema, acabaríamos con Israel. En ese punto hay que tener palmariamente claro si defendemos el derecho a Israel a existir como estado o no. Si es que SI, pues habrá que dejar claro a Hamas (y a cualquier otro) que la comunidad internacional defendera ese derecho, como el de cualquier otro estado. Y asi podremos exigir a Israel que apoye y respete la creación del estado Palestino. Si es que NO, pues nada, guerra eterna, porque creo que los israelies si le tienen cierto aprecio a su estado y si nadie lo defiende lo haran ellos. Al precio que sea. Yo, personalmente quiero poder tener la opción moral de decirle a Israel, defiendo tu derecho a la existencia, pero con la misma fuerza te exigo que respetes a Palestina. Porque si no defiendo en derecho al estado israeli, con que fuerza le exigo nada a ellos??? De nuevo, gracias a los dos.

    • Es que Hamás ya es tratado como una organización terrorista. No tiene ningún reconocimiento internacional, y el territorio que controla (tras ganar limpiamente unas elecciones) es sometido a un implacable e ilegal bloqueo por tierra, mar y aire. Israel, sin embargo, ocupa ilegalmente desde hace 47 años (¡47!) tierras palestinas, desplaza a la población nativa, incumple más de 30 resoluciones de la ONU. Y sentencias de La Haya. ¿Qué recibe por esa conducta? El reconocimiento de la comunidad internacional, se le permite cometer crímenes con la más absoluta impunidad y, que yo sepa, no se le restringe la entrada de ningún bien. Incluso algunos de ellos (como armas), se los regala EEUU. ¿Y la UE? Pues le da todo tipo de facilidades, pues resulta que tiene un trato preferente. VERGONZOSO.

  2. Gracias Álex por compartir tus reflexiones e indagaciones. Respeto tu opinión.
    Yo por ahora no me he visto en tu tesitura a nivel académico. En todo caso, sigo considerando el boicot como una herramienta básica y en lo que me atañe, el consumo y la difusión, lo intento aplicar.

    • En el boicot al consumo como en el académico, seguramente la forma más útil depende del objetivo. Si se quiere dañar a Israel en general, boicot absoluto. Pero si se quiere presionar selectivamente contra la ocupación, habría que favorecer los productos de zonas israelíes (¡y en zonas bajo control palestino, claro!) y boicotear lo producido en Territorios Ocupados.

      En este sentido, veo como buena noticia que en el Horizonte 2020 (plan plurianual de investigación a escala europea), al que Israel tiene accceso, se vaya a impedir el acceso a instituciones que operan desde los Territorios Ocupados. Así se incentiva la retirada.

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