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El calor ‘desaparecido’ del cambio climático se esconde a 300 metros bajo el Atlántico
Uno de los argumentos más utilizados por los negacionistas del calentamiento global se tambalea. Las profundidades del océano Atlántico son un inmenso almacén de calor, un fenómeno que explicaría por qué la temperatura atmosférica se ha mantenido relativamente estable desde 1998
Manuel Ansede // Los negacionistas del cambio climático, muchos de los cuales sostienen que el calentamiento global se detuvo en 1998, se quedan sin munición. Aquel año fue el más caluroso de la historia, culminando una subida media de un grado desde alrededor de 1850, cuando el ser humano comenzó a emitir masivamente gases de efecto invernadero con la Revolución Industrial. Pero, en los últimos 15 años, el aumento de la temperatura atmosférica se ha ralentizado. En lugar de continuar subiendo a buen ritmo, la gráfica de la temperatura del planeta parece aplanarse, como cuando un niño sube corriendo por un tobogán y luego camina por su cima.
Los científicos llevan una década en busca de este calor desaparecido, que debería estar en alguna parte, porque las emisiones de CO2 a la atmósfera no han dejado de batir récords año tras año. Y si hay más CO2, un gas que retiene la energía emitida por la Tierra tras recibir la luz del Sol, la temperatura atmosférica debería dispararse. Pero el hecho es que se mantiene relativamente estable desde 1998.
La comunidad científica ha intentado explicar este fenómeno con más de una docena de teorías diferentes, como los cambios en la actividad del Sol, el aumento de la contaminación procedente de China e incluso las erupciones volcánicas. Mientras, los negacionistas han esgrimido esta supuesta “pausa” en el calentamiento global del planeta para negar su relación con la actividad humana. Como ejemplo, una célebre columna publicada en el diario británico The Telegraph por un geólogo escéptico: “Hay un problema con el calentamiento global… que se detuvo en 1998”.
Una “cinta transportadora” bajo el mar
Ahora, dos científicos de EEUU y China creen haber resuelto el enigma del calor desaparecido. Lo han encontrado en el fondo del océano Atlántico. “El calentamiento global no se ha detenido y podemos ver que toda la columna del océano se está calentando de manera ininterrumpida”, explica Ka-Kit Tung, profesor de la Universidad de Washington.
Según sus datos, el calor que debería estar en la atmósfera pulverizando los récords de temperatura ha viajado de manera masiva desde las aguas superficiales hasta las profundidades de los océanos Atlántico y Antártico. Detrás de este fenómeno se encontraría la llamada “cinta transportadora oceánica”, una corriente que lleva agua salada, y por lo tanto más pesada, desde los trópicos hasta el Atlántico Norte, donde se hunde junto al calor que almacena. Esta circulación se habría acelerado en los últimos años hasta comenzar a ralentizarse de nuevo en 2006.
“Cuando cambie el ciclo oceánico, habrá otro periodo de rápido calentamiento global, como el que tuvimos en las últimas tres décadas del siglo XX”, vaticina Ka-Kit Tung. Su opinión está en línea con la del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático de Naciones Unidas (IPCC, por sus siglas en inglés), el organismo compuesto por unos 2.000 científicos que vigilan el calentamiento global del planeta. “La tasa de aumento de la temperatura atmosférica ha sido un poco más lenta en los últimos 15 años, comparada con las décadas de 1980 y 1990, cuando el incremento era realmente rápido. Pero el calentamiento ha continuado. Lo que hemos visto en los últimos años es que el calentamiento se ha concentrado más en los océanos que en la atmósfera”, explicaba en junio a Materia el ecólogo estadounidense Chris Field, copresidente de uno de los tres grupos de trabajo del IPCC.
Batalla científica
Hasta ahora, la comunidad científica sospechaba que el océano Pacífico podría estar funcionando como un almacén del calor desaparecido. Pero Ka-Kit Tung y su colega Xianyao Chen, de la Universidad Oceánica de China, descartan esa opción. Ambos investigadores han analizado decenas de millones de medidas de la temperatura oceánica y de la salinidad tomadas en océanos de todo el mundo por boyas y barcos desde 1970. En su estudio, que se publica hoy en la revista Science, exponen que durante el “hiato”, como llaman los expertos al fenómeno para evitar la confusa palabra “pausa”, el Atlántico ha almacenado más energía que el resto de océanos juntos. Este calor se encuentra a profundidades a partir de los 300 metros.
No todos los expertos comparten las conclusiones de Tung y Chen. El climatólogo neozelandés Kevin Trenberth, del Centro Nacional de Investigación Atmosférica, en Boulder (EEUU), publicó hace cuatro días un estudio que señala al Pacífico como el verdadero ladrón del calor atmosférico. En su opinión, el trabajo que hoy se publica en la revista Science es “bastante deficiente” y con datos “no tan nuevos como ellos dicen”.
El estudio de Trenberth, publicado en la revista especializada Nature Climate Change, sostiene que los ciclos naturales del océano Pacífico explicarían más de la mitad del calor desaparecido desde 1998. Según sus conclusiones, el fenómeno conocido como Oscilación Decenal del Pacífico, que cambia cada 20 o 30 años, está provocando un afloramiento de agua fría en este océano, desencadenando un descenso de las temperaturas. Para Ka-Kit Tung, “el doctor Trenberth ha mantenido durante mucho tiempo su punto de vista Pacífico-céntrico, pero no ha ofrecido ninguna prueba, más allá de simulaciones informáticas que dicen que el calor se almacena principalmente en el Pacífico”. Según Tung, además, estos modelos son “deficientes”.
Más allá de la pelea entre laboratorios, los últimos estudios dejan claro que el cambio climático no se ha detenido en absoluto, sino que, más bien, se ha escondido. Tanto Tung como Trenberth coinciden en la misma frase: “El calentamiento global continúa”.
REFERENCIA
[Artículo publicado en Materia]
Esther Vivas:
Soberanía Alimentaria.
http://arainfo.org/2014/08/esther-vivas-explica-que-es-la-soberania-alimentaria/
Hace décadas que oigo decir a investigadores independientes que el Estado Español será con el tiempo una prolongación del Desierto del Sáhara.
Pregunten a Organizaciones ecologistas sobre el deshielo de los Polos, del Artico, de la Antártida, de los glaciares en el Estado español…
En el medio rural, soy testigo, las generaciones anteriores hablaban de manantiales que se secaron definitivamente y que yo no conocí. Yo conocía barrancos y manantiales que de llevar agua todo el año, pasaron a secarse en verano y ahora ni siquiera en primavera, al salir del invierno, llevan agua ya.
Tambien hay estudios que demuestran que el hombre, el peor enemigo de Madre Tierra, la ha destruído en los últimos 50 años, especulando con ella, más que la suma de todos los tiempos anteriores.
Y le dejamos hacer…
Es más, hemos llegado a tal inconsciencia que a mucha gente de la ciudad cuando llueve le oyes decir: ¡qué asco de día!.
A más recalentamiento más contaminación y más plagas y enfermedades. Sólo hay que observarlo en verano en nuestras macetas.
El empleo más útil además de crear puestos de trabajo: plantar árboles autóctonos, en lugar de cortarlos, limpiar bosques para prevenir los incendios del verano, en lugar de reducir las plantillas de trabajadores forestales.
Los árboles, además de contribuir a frenar el calentamiento global, un sólo árbol proporciona a lo largo de su vida 28000 metros cúbicos de oxígeno, el que consume un ser humano durante 80 años.
Limpiar, descontaminar, mantener en buen estado, cauces, riberas fluviales, embalses.
Prohibir determinados productos químicos, tales como el glifosato, que hacen estragos en la naturaleza, en el agua, en la alimentación y en la fauna. A causa de determinadas sustancias químicas hemos puesto en riesgo a las abejas a pesar de que de su polinización depende el 75% de los cultivos a nivel mundial. Si ellas desaparecen al ser humano, según Einstein, le quedan 4 años de vida sobre la Tierra.
Los transgénicos son una intromisión para la flora tradicional, y por tanto un peligro para el medio ambiente y para la salud.
La escasez de comida es otro bulo más para manipularnos, atemorizarnos y dejar que multinacionales como Monsanto y otras, sigan especulando sin escrúpulos con las semillas y la comida. Creando además más pobreza en el mundo ya que, mediante patentes, han sacado de las manos de los pequeños agricultores autóctonos e indígenas sus semillas para empobrecer y controlar la alimentación mundial.
Aún así, se está produciendo alimentos para doce mil millones de personas y somos siete mil millones en el mundo.
En resumen: Es el sistema capitalista, depredador, sin escrúpulos, sin conciencia, ciego y su propaganda manipuladora y consumista que nos está llevando al galope hacia nuestra propia extinción, frente a nuestra apatía, indiferencia e ignorancia.
Que nos quedan dos telediarios es un hecho que no admite discusión. Y es así porque siete mil millones de individuos no se van a poner de acuerdo hasta que suceda un gran holocausto, el mundo tal y como lo conocemos desaparezca y los supervivientes, por fragilidad y, en menor medida, por conciencia del error, busquen otras vías
http://casaquerida.com/2014/08/21/disquisiciones-veraniegas-iii-estivales-v-petroleras/